miércoles, 15 de junio de 2011

AÑORANDO EL SECULAR REDIL DE CAPUCHINOS

Éste debe ser ya un planteamiento de futuro: ¡que no vuelva el chasis de ruedas bajo nuestra Pastora!

Porque, en este Pentecostés de 2011, los cofrades hemos visto a la Pastora andar de nuevo, después de 26 años de no hacerlo, sobre los pies de costaleros andujareños (¡bendito año aquel en el que la llevaron hasta la Puerta del Sol, los jóvenes costales de la Hermandad de Buen Remedio!)

No dudo de que habrá quien lamente no haber culminado un recorrido pensado para un carruaje procesional, así como aquellos que sientan que el horario no coincidiera con la cena "ad hoc", pero en este blog no estamos para detenernos en tales planteamientos.

Si es verdad que, junto al arte costalero, hay que ir cuajando el necesario arte de fiscalizar una Cofradía en su tránsito.

También echamos en falta que una de las dos Cruces alzadas con las que cuenta la Parroquia de la Divina Pastora no estuviera allí, abriendo el cortejo, como manda el canon.

Por otro lado, el estandarte es una insignia corporativa que representa a la hermandad y que resulta mejor situar en lugar preminente, marcando un tramo de cofrades y cerca del Titular de la Cofradía, con la escolta adecuada a su significación.


Un elemento muy "curioso": detrás de esta "cabeza de procesión", figuraba un guión en cuyo reverso se podía leer: "DONA, donada por la Hermana Mayor".

Lo de abrir el cortejo con las "mises" infantiles de las fiestas del barrio es un tema también bastante peculiar:


Amplio cortejo de niñas y niños vestidos de primera Comunión, al más puro gusto pastoril y de Pentecostés. El aire clásico de tales galas recupera la elegancia de las niñas y niños andujareños. ¡Y luego está la percha, como es el caso de mi sobrina de primo hermano!


La Divina Pastora de las Almas iliturgitanas caminaba sobre su Paso con una nueva iluminación conformada por cuatro faroles plateados, conteniendo un solo codal de luz blanca en su interior. Durante la noche pudimos apreciar como, sobre el canasto y enfocada a la Pastora, reaparecía la iluminación eléctrica de costumbre.

En cuanto a los faldones, este tejido, corte y color no resulta el adecuado, ¡es cuestión de preguntar a la cuadrilla de costaleros!


Aquí tenemos el Paso de nuestra Pastora con su joven capataz, Francisco José Villar, al frente de la cuadrilla formada para Ella.

El arreglo floral era muy pulcro, y queda siempre la puerta abierta, porque es ésta una advocación que bien acepta en ese risco suyo simulado (no es precisa, por tanto, la peana de casetones de madera) una amplia gama de adorno vegetal.


Galas concepcionistas y una extrañísima pamela. la Divina Pastora asume un tipo de tocado ornamentado en flores silvestres que le es muy propio y muy marcado dentro de su estética, por no hablar de esos elementos de prestancia pastoril que se siguen echando en falta en nuestra Pastora y que ya tuvo la antigua y bellísima Titular, vilmente perdida durante la contienda entre hermanos. Aquí tenemos un objetivo más a conseguir para el año próximo.

El tradicional chaparro que por gentileza de un devoto de la Divina Pastora andujareña figuraba, año tras año, en esta recostrucción del soñado risco pastoreño, daba paso en este año de 2011 al adorno arbustífero que vemos.


Junto a las varas que se conservan en la capilla (y que, restauradas, sería buenas opciones de escolta para el estandarte), pudimos ver, durante las semanas previas, los cetros de presidencia que, según la costumbre andujareña, custodia el Hermano o la Hermana Mayor de cada año en su domicilio durante el periodo que ocupa su cargo.

Muy hermosa representación de la Coronación Pastoreña, tan recordada en nuestra ciudad, la que se nos muestra sobre la galleta del cetro del Hermano Mayor.


Y, como cierre, la Banda de Nuestra Señora de las Angustias, creando el ambiente preciso para una Procesión de Gloria y brindando el justo realce al discurrir procesional de la Pastora de Capuchinos andujareña.


¡Qué nadie pretenda hacer leña de este hermoso bosque lleno de esperanza, porque este primer movimiento, al igual que los cambios que vienen aconteciendo en nuestra Hermandad Matriz de la Santísima Virgen de la Cabeza, sólo pueden ir a mejor!

¡Nunca podemos dejarnos llevar por el desaliento de lo que insinúen unos cuantos, se debe estar atento a los consejos de juicio, emitidos en la forma adecuada, que puedan llegar del entorno cofrade y, es preciso, no perder nunca este norte fecundo del saber estar y la elegancia, que prevalece, y de que manera, sobre el concepto de la verbena popular!

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