Este es el orgullo que anhelamos los abanderados de la Hermandad Matriz de Nuestra Señora de la Cabeza: que nuestros hijos, durante sus tardes de juegos y primeros sueños cofrades, empiecen a recortar vientos con su primera Bandera. No se puede explicar, ni tampoco pensar en cómo surge esta simiente en nuestros pequeños. Es una de nuestras glorias familiares.
Que no se pierda nunca la sublime locura por atrapar los vientos de la Sierra para postrarlos a las plantas de Nuestra Reina.
Que no se pierda nunca la sublime locura por atrapar los vientos de la Sierra para postrarlos a las plantas de Nuestra Reina.
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