martes, 30 de abril de 2013

TRES RAZONES: NUESTRA HERMANA MAYOR


Manoli Collado Contreras. Nuestra Hermana Mayor en este año 2012/2013

Me fascina el uso correcto de cada palabra cuando ésta es empleada en la plenitud de su significado. No en vano, nuestro pensamiento está refrendado mediante palabras, que, en muchas ocasiones, guardan mejor reflejo de la realidad que determinadas acciones.

Las hermandades como nuestra Cofradía Matriz andujareña tienen una piel muy fina, que mantiene siempre activo un proceso de ósmosis con la ciudad a la que pertenecen y representan allá donde acudan. Es un proceso de ida y vuelta que las mantiene profundamente identificadas con el propio ser de la comunidad representada. Este intercambio debe ser continuamente vigilado, depurado, conservado y examinado, porque esa fina capa de piel de la que estamos hablando puede llegar a sufrir heridas que paralicen este proceso de intercabio y enriquecimiento mutuo. 

Cuando funcionan correctamente, esa es la función reservada a los conciliarios y diputados existentes en estas hermandades, como en tantas otras, pero, podéis comprender que, en este tipo de cofradías, lo hacen de una forma más activa, porque son numerosos los protocolos y actos que han de ser desarrollados, manteniendo siempre su sentido y significado cristiano dentro del contexto social. Somos una comunidad cristiana que invita a la oración compartida, al encuentro, a la alegría, al camino, a la superación de nuestras dificultades, diferencias y necesidades en cada momento de nuestras vidas.


Me gusta cuando una comunidad ciudadana acude a sus valores cristianos para considerar a una Hermandad como una familia. Y así lo hace entender a través del empleo de determinados vocativos que contienen el significado más profundo  y esencial que aporta a toda sociedad la familia cristiana.

La forma en la que nos hemos dirigido, desde antiguo, a la esposa del cofrade que ostenta el cargo de Hermano Mayor de nuestra Hermandad en nuestra ciudad no es un vocativo del que se goce sólo por ser consorte del cofrade indicado: es un nombre, un apelativo del que se ha de ser digna receptora.

En este año cofrade y romero 2012/2013 vengo a demostrar mi fiel adhesión y mi profunda admiración hacia la esposa de nuestro Hermano Mayor, la cofrade Manoli Collado Contreras, ¡nuestra Hermana Mayor! Y la llamo así, tal y como me transmitió mi pueblo, porque he visto en ella aquellas emociones, palabras y acciones que mi pueblo ha considerado, desde antiguo, como dignas merecedoras de recibir esta advocación honorífica y llena de bellísimas connotaciones.


Manoli nos ha mostrado una fe en Dios asentada en el amor hacia nuestra Virgen de la Cabeza; Manoli ha sido el cordón umbilical entre la Cofradía, sus hermanos y hermanas, y la ciudad, aquellos que, sin ser cofrades, veneran de manera ferviente a nuestra Excelsa Patrona y Reina.

Han sido sus gestos, su andujareña elegancia, su maravillosa humildad, su permanente estado de disponibilidad, su forma de desempeñar las funciones que la tradición más sabia, aquella fundamentada en la huella cofrade que este pueblo lleva dentro, ha ido encomendando a su cuidado, y su capacidad para interpretar cuantos datos, usos, costumbres y elementos llegaban hasta ella en la forma de consejos fundamentados en la razón de ser de nuestra secular devoción hacia la Madre de Dios que vive en nuestra Sierra. 

Ella ha sentido el honor que los cofrades de su Hermandad han delegado en sus manos para que sirviera, durante todo un año, como camarista de honor de nuestra Reina y Madre; Manoli ha sabido engalanar el cuerpo de la Señora con los tejidos más apropiados para ello, con el respeto preciso, devoto y fiel, con el amor más bello, con la emoción acunada en toda su alma que ya la acompañará durante todos los días de su vida. Manoli, junto a nuestro Hermano Mayor y su hija, ha sabido ejemplificar los valores de la familia cristiana. Si el Hermano Mayor tenía sus funciones claramente delimitadas en nuestros Estatutos, su esposa ha sabido compartir con él tantos y tantos actos, de los que la familia del cofrade no debe estar ausente, ¡porque, a buen seguro, que esto supondría todo un año de ausencia, y esto no tendría sentido alguno para una hermandad cristiana!

Manoli ha permanecido junto a su esposo, junto a su familia, junto a sus hermanos de cofradía, y ha transmitido el amor que los cofrades sentimos hacia Nuestra Madre del Cielo y la fe en Dios, quien nos entrega el don de la vida y su Palabra para que vivamos este don gratuito según la libertad recibida.

Manoli, nuestra Hermana Mayor, ha sabido lucir la belleza y elegancia de la mujer andujareña de la que es merecedora en cada acto de nuestra Hermandad, al igual que en aquellos actos junto a otras Cofradías a los que ha acudido.

Manoli ha expresado su emoción en la forma magnífica de su sonrisa, o en su limpio llanto de alegría, o con la magistral elegancia de su baile por Sevillanas, o en la verdad contenida en cada uno de sus vítores a nuestra Virgen Morena y preciosa.

Personalmente, me ha llenado como cofrade la fe, el amor, la emoción, el arte, la elegancia, el saber estar, la alegría y la fuerza demostrada por Manoli, nuestra Hermana Mayor.

Ha estado en todo, sin tratar de figurar en nada. Cada mañana, los abanderados a las puertas de su casa han sido tratados de la mejor de las maneras posibles, atendidos en todo momento por esa mensajera elegante y compañera abanderada que es nuestra hermana e hija de nuestros Hermanos Mayores, Manoli Millán Collado.

La sonrisa de Manoli y el vuelo de sus volantes al bailar han infundido el arte de las hijas de nuestra bendita tierra andujareña durante la celebración de la tradicional Cena Romera.

La elegancia de nuestra Hermana Mayor y el decoro y correcta etiqueta guardado en todo momento por su guardarropa han dado respuesta a la esmerada educación recibida por parte de sus padres.

¿Qué más puede deciros sobre Manoli?: ¿qué nos ha mostrado, en todo momento, a la Virgen como la Reina que es?; ¡eso ya lo habéis visto!; ¿qué ha recibido de sus compañeros de trabajo el respaldo, el apoyo unánime, el amor, el cariño y la cercanía que demuestran su calidad como persona?; así lo pudísteis comprobar, como toda nuestra comarca, durante la jornada del Jueves de Romería en la visita a la Plaza de Abastos iliturgitana.

Esta entrada merecería cuatro o cinco o diez apartados más y todos ellos redundarían en el bien tan grande que Manoli Collado ha hecho al futuro de nuestra Hermandad. Si me permitís, me voy a detener en uno de los últimos momentos de esta Romería que acabamos de vivir. Al pasar nuestra Cofradía Matriz de vuelta del Cerro ante nuestra Ermita en Andújar, el Coro y cofrades de nuestra Hermandad recibían a nuestra Hermana Mayor con el arte de sus voces y con el pellizco y la verdad contenidas en las letras de maese Pedro López. Manoli, con el llanto de la alegría desbordado, en un precioso gesto de humildad, pidió a su arrentín, "Nono", que volviera su cabalgadura para que aquellas plegarias cantadas por los cofrades fueran dirigidas hacia nuestra Madre y Reina, nuestra Virgen de la Cabeza.

Guardo una cercanía especial con otras dos Hermanas mayores que también conquistaron mi entendimiento con su manera de ser: me estremece la poesía y la elegancia en los gestos de Susana Alonso y me emociona el cuidado y el amor de Flor Barranco, Camarista perpetua de Nuestra Señora. Es mi pequeña galería personal de cofrades a quienes admiro sobremanera.

Manoli ha venido a llenar de significado este vocativo con el que la tradición cofrade advoca a la esposa del hermano que desempeña la representación reglar de nuestra Hermandad. Era un espacio que habia que llenar de plenitud y Manoli Collado Contreras ha dado sobrada muestra de ser digna de esta honorífica designación.

Así, os invito a elevar al cielo andujareño los vítores que nuestros mayores nos transmitieron: ¡Viva la Virgen de la Cabeza! ¡Viva su Hermandad Matriz! ¡Vivan sus Hermanos Mayores! ¡Viva la Virgen de la Cabeza!



Manoli Millán Collado, cofrade de la Real Hermandad Matriz e hija de nuestros
Hermanos Mayores en este año

Escena mostrando a damas andujareñas, representada por Bernardo Asturiano en
un lienzo del siglo XVII conservado en la Real Basílica de Nuestra Señora de la Cabeza

Susana Alonso (en un retrato realizado por maese Luis Aldehuela en 1943) 
Hermana Mayor de nuestra Cofradía Matriz

Flor Barranco (segunda por la derecha) quien fuera Hermana Mayor
de nuestra Real e Ilustre Cofradía Matriz 

martes, 23 de abril de 2013

ESCUADRA DE DAMASCOS II


Madera y seda. Romerías del tiempo recortadas en formato fotográfico y hojeadas en las tardes de Vísperas, mientras el perfume del azahar nacido en el patio interior se cuela por la ventana de mi estudio.

¿Qué decir sobre estas emisarias de los vientos romeros que la sabiduría de nuestros mayores nos han legado como excelsa herencia?

La primera imagen que me va a ayudar a exaltarlas es esta foto que me hizo llegar Juan José Alcalá. Debemos andar por la Aparición del año 88, o tal vez del 89. Es el primer recuerdo fotográfico que guardo de estos benditos damascos, proclama en seda de las excelencias de mi pueblo.

Entre mis manos, el mástil de la Bandera donada por la familia Rodríguez-Plaza. Sobre mi pecho, la medalla de nuestra Virgen que aún cuelga del cordón rojo y blanco de los Caballeros Servidores de la segunda época. Ese polo blanco se rompió durante un "cordón" para acompañar a la Virgen de su Camarín a las Andas. Por mi semblante se aprecia que acabamos de sortear un porte de damascos en el que hemos aprendido la probervial necesidad de picar la Bandera hacia la dirección de la que procede el viento. El abanderado que marcha junto a mi es maese Antonio López Molina, el hombre que mejor ha sabido entender, llevar y ceñir los vientos junto a la Bandera de La Torre.

Este es uno de los momentos sublimes durante los que, rodeados de amigos, y con una Madre preciosa junto a nosotros, llegamos a sentirnos en la auténtica Gloria cofrade.



La segunda foto pertenece a la Romería de 2002 y muestra un envite de ese viento serrano que busca aliviar el cansancio de los anderos que llevan a nuestra Reina de vuelta a su Basílica y que exige de sus abanderados la administración correcta de toda su templanza.

José Alberto Santiago, "Chón", y Rafa Toledano me muestran el camino y la dirección del viento montuno con el ondear de las cintas de las Banderas Jubilar y Alés que se manifiestan espléndidas entre sus manos. Pose torera del "Chón". ¡Y no os perdáis la curvatura que muestra ya el mástil de la Jubilar! ¡Ni los vientos quiebran tanto arte! Sólo Pedro Palenciano Ruiz ha sabido captar esa riza del damasco cuando representa en sus mosaicos de azulejos a las Banderas de nuestra Cofradía.

La Bandera de la Torre que llevo entre mis manos en esta fotografía está a punto de mostrar todo su bordado. El tiempo la ha capturado a falta de un último aliento divino para mostrar su divisa y su salutación a la Madre del Cielo. Su mástil, pregonero de tantas Romerías, asume en su curvatura  toda la grandeza de nuestra fe, la verdad de nuestra devoción  y el amor hacia nuestro pueblo.

A esas alturas de Romería, el cuerpo está ya dañado tras la bajada por la Calzada grande y después de todo un procesionar  anunciando a nuestra Reina con el tremolar de sus benditos damascos. Falta ya poco para terminar el tránsito por la falda meridional del Cerro y aún resta salvar la curva de la antigua Casa de Colomera, donde la tradición popular se ha encargado de fijar la tumba del pastor. Es tiempo para sobreponerse y caminar entre el calor de nuestras Cofradías Filiales que aguardan a Nuestra Señora en la lonja al pie del monumento a la Virgen de la Paz. Ahi desaparece para el abanderado toda muestra de cansancio y, entre vítores y lágrimas, siente la trascendencia de nuestras tradiciones.

Las Banderas de Colomera y de la Hermandad Matriz de Andújar llegarán hasta la lonja de la Basílica para hacer ese arco de damascos y plata bajo el que vuelva a su casa Nuestra Madre y Reina del Cielo y de la Sierra.


Romería de 2005. Estando aún en la calle Alhamar, después de atar las alforjas y mientras me adaptada la altura de los estribos, le pregunté a nuestro arriero, el hermano del "Nono", cómo se llamaba mi cabalgadura. "- Española", me contestó. Le miré y volví a preguntar, para confirmar: "- Española entonces, ¿no?". Ante esta segunda petición de información, el sabio arriero me mira y se encoje de hombros. En ese momento, asumo que su respuesta viene a ser un: "¡Te va a dar igual!"

El nombre le duró al noble bruto hasta San Amancio, porque en la primera "galopá" que compartí junto a maese Pedro López, esta mula serrana y romera pasó a llamarse ¡"Nazarena"!

Una vieja manta sobre la albarda y una faca a la cintura, ambas recibidas de mi padre, contribuyeron a convertir aquel proverbial Camino en parte de mi herencia.

La foto fue hecha por Setefilla López Jiménez, sobrina de Mari Carmen Jiménez, que fuera directora del Colegio "Virgen del Carmen" de Andújar. Sete tiene la esencia cofrade y cristiana en su genética, siendo pregonera de la Semana Santa de su pueblo, Lora del Río, y persona muy implicada en toda la vida cofradiera de aquella nobilísima villa sevillana.

La medalla de nuestra Hermandad Matriz marca los compases de un nuevo Camino junto a la vieja medalla de la Hermandad de Sevilla que me entregó un querido amigo y Hermano de Romerías perteneciente a aquella venerable Cofradía Filial sevillana. Esta medalla me ha acompañado en todos mis Caminos desde aquella Romería en la que quedó colgada sobre mi pecho bajo el cordón rojo y blanco de Caballeros Servidores.


Y la última foto, se la debo a maese Paco Palomo y capta todo el orgullo que puede contener el corazón de un padre.

Romería de 2012, aunque han pasado los años y nosotros hayamos cambiado de una manera tan clara, ¡ahí siguen  nuestras Banderas! La Jubilar,  la Alés y la de la Torre, junto a la Barranco, siguen impartiendo su magisterio romero, mientras que la Bandera conmemorativa de la concesión de la Medalla de Andalucía aprende con avidez de sus hermanas mayores.

Mi joven rey luce sobre el pecho la nueva medalla de nuestra Hermandad, colgada de su cordón azul y blanco. Junto a él, su padre, sus hermanos abanderados y un Fiscal de Banderas, torero hasta las costuras. "El Peso de la harina" de nuestra Andújar se convierte en otra correctísima antesala de la misma Gloria. 

Si la vida tiene un principio y una trama, esta primera entrada de la serie "Escuadra de damascos" que aquí os dejo viene a demostrar que, si vivimos aquello que nos hace libres con auténtica pasión no ha de preocuparnos ningún final, porque, para mí, la eternidad está hecha de damascos bordados ondeando en el lugar más privilegiado que pueda soñarse.

Cofrades, hemos dado fin a unas nuevas Vísperas. ¡Dispongámonos a volver a vivir nuestra Romería!


¡VIVA LA VIRGEN DE LA CABEZA!

jueves, 18 de abril de 2013

HISTORIA DE DOS POETAS: FRAN CARRISCONDO ESQUIVEL. LA VOZ Y LA MIRADA

Confío en su mirada, la que él mismo define como:    “… esa actividad que alcanza a lo real para quedarnos con ello, introducirlo en la conciencia y someterlo al tratamiento que a cada uno de nosotros nos dicte. Y, una vez tratado, hacerlo llevar de nuevo afuera, mediante palabras estimuladas por nuestra voz.” (Francisco M. Carriscondo /2006/: Sobre la voz y la mirada. Pregón de la fiesta de San Eufrasio, Andújar).


Comparto con él ese amor por la palabra, escrita y pronunciada con la cadencia de la bocanada de aire que se aloja en los pulmones y que nos da la vida, así, inspiración a inspiración.

Nos diferencia, en cambio, el dominio y el bien hacer de su sapiencia frente a la osadía de mi ingenuidad. Por eso preciso tanto de leerle, de hojear su huella, de rememorar, de surcar de nuevo cuantos textos conservo nacidos de su verbo escrito.

Y es hoy cuando le traigo a este portal de mis sentires por primera vez, porque mis vísperas necesitan de la conversación sosegada y noble con mi amigo Francisco Manuel Carriscondo Esquivel.

Llevo tiempo sin usar, en la plenitud de su acepción, esta voz de “amigo”. Por eso es que ahora navego bajo el palio de mi memoria buscando los momentos conversados con Fran para cubrir estas superlativas atardecidas de Abril bajo el dosel de aquel preciado rincón de la amistad compartida.

Fran es amigo ganado a brazo partido por su forma de ser, por su bonhomía, por la cadencia con la que editamos vivencias en esta Andújar que sigue igual que siempre, aunque parezca tan cambiada.

Fran es mi amigo a través de cada una de las ventanas abiertas a la juventud compartida y porque el Otoño y la Primavera contienen todas las luces y todas las aguas que nos alimentan.

De todas estas veredas, siempre vuelven a la estauroteca de mi memoria las tardes de conversación, que es ese diálogo natural durante el que se formulan las cosas más ciertas. Él andaba en sus primeros versos cuando los demás nos íbamos situando frente a aquella línea de salida que nos alejaría de la ciudad o que nos vendría a alojar entre sus raíces.


 De aquellos primeros poemas, releo ahora su Tránsito V:

“Profunda es el alba
de mis sueños,
como la cama de Ulises.
El lecho del viajero,
leve susurro de garganta salada
que dicen que permanece
en viejos salones de estrellas.”

(Francisco M. Carriscondo /1993/: Infierno de tránsito. Colección “Poetas”, Diputación Provincial, Jaén)

Fran navegó hasta esa ínsula ofrecida, estableció su gobierno y sublimó Barataria para volver después a la tierra, al cobijo del Mar interior, y brindar allí lo aprendido. Hermoso estribillo para esta canción de ida y vuelta que le lleva a cruzar el Atlántico para recalar, pasadas las hojas, entre el mar y la sierra (él, siempre obsesionado con la piel oscura de una sierra de encinas, pizarra y lentisqueras, parece precisar el que los cerros del sur rompan su horizonte, se encuentre donde se encuentre).

Comparte con Mari Gracy la bitácora de las hojas escritas y por escribir, un mapamundi de leguas repletas de miradas precisas y preciosas, un Sacramento y una hermosa y pujante nueva vida: la de su hijo Rodrigo Emilio.

Hoy sueño con mi amigo Fran cosiendo palabras entre los hilvanes de una sierra pintada por el maestro Aldehuela con el compás suculento de su voz aviando ajuares de su faltriquera de emociones leídas. Porque Fran se ha leído la vida, y ahora guarda en sí todas las constelaciones que esos libros y legajos atesoran para nosotros.

De su bellísimo Pregón para la Peña “El Madroño” aprendí esta verdad sobre él: “Leo porque necesito sentir la emoción de lo que otros dicen, identificado con los hechos, las acciones, los sentimientos…” (Francisco M. Carriscondo /2002/: El Ámbito Evocado (y exaltado en un pregón), pág. 18. XXII Pregón de la Semana grande de “El Madroño”. Peña “El Madroño”, Andújar).

En estas mismas páginas encontramos esta atinada semblanza sobre el escritor:

“No sabría decir si durante la escritura el hombre pasa por un estado de trance o, más bien, de gracia. En una postura ecléctica, me quedaría con ambos. No pasa nada alrededor. Distintas emociones fluyen. Hay un cierto automatismo por el que se permite afirmar que escribe el alma. Una vez vuelto a la realidad, uno se sorprende de lo que ha escrito, y piensa cómo ha sido posible que lo haya hecho. Es una buena señal.” (Ibidem, 2002, pág. 19).

Hoy quiero anudar las cintas que ciñen el damasco al mástil de mis años con esta glosa sobre mi amigo Fran Carriscondo. En estos días de vísperas leo páginas repletas de sentimientos compartidos. El mundo se me hace un lugar un poco mejor. Dispongo mis días para la emoción, que revive y vuelve por sus fueros, y os saludo a todos como lo haría mi amigo y maestro:

“Que en esta noche Nuestra Señora la Virgen de la Cabeza los colme a todos de bendiciones” (Ibidem, 2002, pág. 13).

viernes, 12 de abril de 2013

ESCUADRA DE DAMASCOS I


La memoria, como las “vereas” que nos llevan al Santuario, dejan surcos en la piel fotográfica. Son ya 11 Romerías las que han pasado desde que fue tomada esta imagen y en estas vísperas de la Proclamación de Damascos y Camino todos los presentes en ella sentimos como la sangre nos corre como el caudal del Jándula por las venas. ¡Todos!

Recuerdo todavía su voz, con ese timbre andujareño de bien, de persona cabal, de hijo fiel de la Virgen, atento siempre a lo que Ella le pidiera. Esa voz que a través de las “Doce campanas de plata” transmitía a todos la seguridad que le nacía del relicario del pecho y compartía las emociones que todos los peregrinos sentían por Ella. José María González Jiménez era un hombre de la Virgen y, junto a nuestra Virgen Morena se sentía auténticamente libre.
Quiero evitar que mis palabras encierren ningún atisbo de tristeza. Tengo la seguridad de que su vida ya ha sido sublimada en el encuentro con Dios Padre ¡Y a buen seguro que José María ya le habrá colgado del cuello el primer estadal y lo tendrá dispuesto a iniciar camino desde la esquina de Jesús María!

Todos le sentimos aquí, porque él ya es uno de los vínculos que unen Andújar con la otra Romería, esa que es cita eterna colgada entre el Cielo y la tierra.

En la fotografía le tenemos en la plenitud de sus días. Unió el amor por su madre al que sentía por su otra Madre y Reina de piel morena. Ya las vuelve a tener juntas.

Posa su mano sobre el hombro de su hija Alba (¡sí, esa chiquilla con 11 Romerías menos es Alba el día que llevó su primera Bandera! ¡Creo que fue la donada por la familia Vallejo-Galaso, que en esa jornada ejercía como decana entre el grueso de Banderas!) La genética de los padres estaba claramente presente en esa niña, que ha sabido consolidar sus días como cofrade y romera.

¡Y qué decir de la última pareja de abanderados en aquella mañana abrileña! Por un lado, Don Francisco Fuentes Chamocho, Pregonero de la Romería de aquel 2002 que recibía su Bautizo de Damasco portando entre sus manos nuestra Bandera Jubilar. ¡Sublime alternativa!; ¡pocos pregoneros habrán gozado de tan altivo aldabonazo a sus sentires!

Como compañero tiene el maestro a Don Emilio García padre, bonhomía de andujareño que parece haber nacido sabiendo sentir los vientos aferrado a una Bandera. Bien merece Emilio cuanto le aguarda por vivir durante el resto de Romerias de su vida. Si Dios quiere, estas Banderas harán un arco de Damasco a la Virgen el día que Ella decida entrar a bendecir su casa, si así lo quieren sus cofrades.

Con la sonrisa que le identifica, con la herencia en la sangre y en el arte que recibió de mis padres, con su magisterio sobre mi vida entera, con su entrega hacia su familia, con su elegancia, con su sinceridad, con su hidalguía, con su grandeza, con su templanza, con su veneración hacia nuestra raíz, junto a las Banderas camina el cabeza de familia de la progenie Almansa Fuentes: mi hermano mayor: Don Luis Almansa González.

Don Manuel Baltanás, todo un caballero, todo un romero, un señor de los pies a la cabeza, el hombre que me anudó la corbata el día que me casé, el hombre que curó a mi Bandera Jubilar cuando estaba herida, camina junto a mi cuñada María José Expósito el día más bonito y más ansiado de la Primavera abrileña para un romero de Andújar.

El cetro que nuestro Fiscal de Banderas llevará entre sus manos en esta Romería de 2013, a buen seguro que perfumará el relieve de la Virgen con una ramita de romero recogida de las “vereas” que van hacia el cerro, cortada de las mismas plantas de la Cruz del Peregrino, lugar desde el que siempre nos acompañará, Camino Viejo adelante, nuestro hermano fiel, José María González Jiménez, “El Bollos”, otro peregrino eterno de María Santísima de la Cabeza.

¡VIVA NUESTRA MADRE Y REINA! ¡VIVAN SUS ROMEROS DEL CIELO! ¡VIVA LA VIRGEN DE LA CABEZA!

miércoles, 10 de abril de 2013

¡RESUCITÓ, SEGÚN TRIANA!


Triana resucitó de su nefasto Viernes Santo al despuntar el mediodía del Sábado de Vísperas.

A las puertas de la Basílica de Pureza nos habíamos reunido tanto los Trianeros y Trianeras nacidas en aquella República donde la Esperanza Reina como aquellos otros a los que Triana nos escogió para ser y vivir por Ella, para Ella y siempre, siempre (os lo puedo garantizar) junto a Ella.

Manuel chico se ejercitaba en la lectura juntando las letras de azulejería que dan forma al nombre más hermoso que pueda tener una calle sobre la faz de la tierra:

-“Mira papá: la P del panadero, la U de mi nombre, la R de…"

- “¡De la Reina de Triana, Manuel, de nuestra Reina!"

- “R de Reina, el príncipe E,…¿cuál es esa letra?”

- “La Z” -apostilla el orgulloso padre-.

-“¡Vale!, la Z y la A de nuestro otro nombre. ¿Cómo se lee todo junto, papá?”

-“Aprende para siempre este nombre, hijo mío, porque en este lugar siempre serás libre: ¡estamos en la Calle PUREZA; donde vive la Esperanza!”

- “¡PUREZA!" –repite el pequeño- "¡Qué bonito suena este nombre! ¡Mamá, mira!, ¡ahí pone PUREZA!" -Luego, le da un abrazo a su madre y, mirándole a los ojos, le dice: “¡Te quiero mucho, mamá!”

¡No hay duda, el chiquillo ya sabe dónde está!
              



           En este mundo perfecto andábamos cuando aparece por el codo que forma Pureza, acompañado por el compás de su barrio, “roneándole” entre aplausos, el Rey de Triana. Estos aplausos marcan el inicio y el final de cada “chicotá”, como un diapasón de proximidad del Señor para con su gente.

En cada “pará” una retahila de oraciones, un musitar de plegarias, de lágrimas que quedaron cautivas el Viernes de amanecida.¡Ya está el Señor en su casa! Así lo anuncia el romano más Trianero que habita la faz del planeta: “¡Aquí le tenéis, he aquí al Rey de Reyes!"

Verdaderamente este es el Hijo de Dios que navega entre el corazón de sus hijos e hijas, a la misma vera de “Señá” Santa Ana.

“Revirá” valiente ante la puerta del templo, ultima “arriá” del Paso en su navegación de vuelta de Sevilla y última “llamá”...¡a pulso!, para que el tiempo quede suspendido entre las alas iluminadas con pan de oro de sus querubes, y el aire se enrede entre el calado del baquetón, y el Guadalquivir se ciña el costal y ocupe su trabajadera. El imperceptible movimiento finaliza con un compás soberbio, una mecida marinera, una bitácora de corazones Trianeros que mecen al Hijo de Dios vivo.

El momento es tan sublime que me quedo aguardando a que  "el Vecino más antiguo del barrio" no cruce el dintel y permanezca allí, junto a nosotros, durante días sin término, en un nuevo Tabor Trianero. Pero Cristo vuelve, ha de volver a su Capilla, caminando como si la última de sus caídas se hubiera producido sobre el viejo adoquinado de la Costanilla, al otro lado del Puente de Barcas.
  




Continúa la vigilia. Junto a mí están mi esposa, mi hijo y dos de los priostes de la Vera-Cruz andujareña: Carlos y Esteban. Mezcolanza de memorias costaleras y nazarenas en la tertulia improvisada, tan cerquita de Santa Ana (veo como Carlos la mira con nostalgia).

El Simpecado cruza la puerta. Cofrades con el corazón “recogío” al igual que recogen en cada “Madrugá” los bullones de sus capas blancas, acceden al Templo, dando paso a que llegue, escoltada por su pueblo, la Pura y Limpia Esperanza Inmaculada.

Ella viene al compás de un nuevo oleaje de aplausos, ¡muy quedamente!, ¡silente!, ¡tan guapa como cada mañana! Avanza entre los suyos y a cada pocos pasos se detiene para escuchar, una a una, las voces de sus hijos e hijas que le imploran, que la vitorean, que la reciben de vuelta. ¡Aquí no hay lugar para la prisa! ¡Este no es sitio para las “chicotás” largas! ¡La Esperanza está de nuevo en su casa!

Suavemente, con dulzura, como una caricia de Madre, como una dulcísima nana, la Señora de los ojos oscuros y el semblante moreno de mar y sal y brisa, llega bajo su espadaña. Silencio de Sábado Santo, mañana de reloj detenido, de espejos cubiertos, de duelo por el Hijo de Dios, muerto y enterrado.

Última “llamá” para la Virgen que viste el manto de los alfareros, y es entonces cuando siento que mi miedo, mis dudas, mi inseguridad y mis debilidades mueren todas a un tiempo, sometidas al soberano poder de una frase musitada desde algún lugar de aquella marea humana:

-“Dios te salve, Reina, Madre y Capitana!”

¡Y entonces el mundo nos dio un nuevo giro esperado, igual que ha hecho siempre que pisamos Tierra Santa sevillana, y sentí como, una vez más, mi ser entero daba gracias a Dios por el don de mi familia.

-“Eres Tú nuestra vida, eres nuestra Esperanza, y a tus plantas, Señora, se arrodilla Triana”

Entre el susurro de las voces, que cantaban en esa media voz prodigiosa la Salve a la Esperanza de Triana, rogué a Dios que siguiera guardando la salud de cuantos seres amamos.

-“Nuestro puerto perdimos, nuestro nave naufraga sin rumbo en las tinieblas de este valle de lágrimas, desde el que suplicantes nuestras voces te llaman.”

“Oh, Misericordiosa, vuélvenos tu mirada y lleva nuestro barco con brisa de bonanza a Jesús navegante de tu divina entraña”.

“Capitana clemente, dulcísima Esperanza, siempre Virgen María, Luz que guía Triana.”

En mi entendederas, pedí la mediación de nuestra Esperanza para todas aquellas faltas que acarrea el día a día, ese garraspear de la conciencia, que ve endurecerse algunas “vereas” que no tendrían por qué hacerlo.

“Por ella y por tus hijos, Madre de Dios y Santa, ruega para que un día podamos echar anclas en el puerto que Dios nos promete como segura patria.”

Amén.

Viendo llorar a su madre y a su padre, Manuel, todavía entre mis brazos (sentir el latido de su corazón junto a mi pecho es una antífona de la Gloria), me cogió la cara entre sus manos, me miró a los ojos, me secó las lágrimas y me dijo:

- “¡No llores, papá, que el año que viene sale otra vez nuestra Esperanza!”


viernes, 5 de abril de 2013

HISTORIA DE DOS POETAS: PEDRO LÓPEZ CÁRDENAS. LA VOZ


Porque la calle Maestra lo siente como suyo, o porque los versos que compone se quedan "enredaos" entre los arcos del "Mercao", o a raiz de que nació con el mismo don que maese Scaramouche, o porque los pellizcos que busca producir entre nosotros con sus letras y sus músicas se convierten en coloquios de lagrimal y nudo en la garganta, o porque es un andujareño iliturgitano o un iliturgitano de Andújar o el Duque de las "Vereas" o la palabra precisa en cada trocha que se hace altozano cuando él la contiene en sus sevillanas y plegarias.

Que nuestras autoridades municipales y comisiones designadas para tales efectos hayan dictaminado otorgar el Romero del Año 2013 a Pedro José López Cárdenas, como véis, es, ante todo, un homenaje del propio ser de la ciudad a uno de sus hijos que la ha presentado guapa como nunca estuvo, graciosa como ella siempre quiso sentirse, elegante como cuando la piedra, el ladrillo y la cal eran sus alhajas y su mejor maquillaje, universal como pocos políticos en el cargo han sido capaces de conseguir en décadas y décadas de políticas insanas  y belicosas con el ser ciudadano.

Pedro es un hombre con el que sonríes, lloras, rezas, galopas al llegar al primer llano que el Camino te permite, proclamas Banderas como letanías de damasco y seda, atraviesas el Jándula bendiciendo el aire con plegarias de romero y tomillo, te estremeces al verle "enjaretar" una letrilla "sentao" a los pies de las lastras o directamente te fundes cuando le sientes bordar azucenas sobre las cuerdas de su guitarra al dar vista, por primera vez, al Santuario; Un alma libre con quien compartes una copita de vino en las Romerías solares o vivificas la garganta en los años en los que toca sortear arroyos entre pizarras.

Pedro lleva su arte a los confines de Andalucía, se rodea de hermanos y hermanas y de artistas y amigos y de amigos artistas.

Pedro es más cabal desde que tiene a Pilar y es padre desde que los dos tienen a Valeria.

Pedro viste la piel de nazareno y marfil, de brocado y galonaduras, de corto, de pana, de chalequillo para las mañanas frías de abril, de máscara al llegar febrero, de chaqué en las nupcias y de artista siempre.

Pedro es la manifestación de que Andújar es afortunada porque tiene a quien la entiende y la presenta: sus celebraciones, su esencia, su "cháchara", sus "cucha tú" y sus "a vín que", su "mandanga" y su gracia, sus esmaltes y sus tascas, sus "ligas" y sus promesas de plata y ámbar.

Pedro entiende que cantar a la Madre es rezar para siempre, y así nos ha convertido en herederos, transmisores y creedores de la Verdad proclamada en sus plegarias.

Pedro es Andújar, Pedro es el sol poniéndose en las Vistillas. Pedro es una copa de vino en la Plaza. Pedro tiene en la Sierra su estudio y su aljama, su alminar hasta el Cielo y sus cuatro paredes santas.

Pedro José López Cárdenas ha sido siempre (desde que tiene uso de razón y antes de que lo tuviera) ROMERO DEL AÑO, junto a su madre en la cuna y junto a su padre, recorriendo el Camino en mulo hasta arribar al Santuario. ¡Está bien que las autoridades se lo reconozcan! Pero es "chominá que le pongan lo de "el año". ROMERO DE TODA LA VIDA.

Todavía no le van a nombrar de oro (¡y para eso no hacen falta años!), pero como él lo lleva en la voz, en sus letras y hasta en el reguero de sus legañas, yo, si me lo permitís, así lo voy a considerar:

¡QUIERO DAR LA ENHORABUENA (porque ya era hora y, desde luego que es buena) A MI HERMANO DE CAMINO, MAESE (él me enseño lo bonita que es esta palabra, igual que ha hecho con tantas otras) PEDRO LÓPEZ CÁRDENAS, ROMERO DE ORO PARA LA CIUDAD DE ANDÚJAR!


miércoles, 3 de abril de 2013

EL CABILDO


Trabajar junto a los amigos en el seno de una Cofradía es la muestra más clara de que Dios es cofrade (seguramente, tiene a los Arcángeles de Priostes de su Gloria).

Comenzadas de nuevo las Vísperas, quiero hacer pública mi admiración y mi agradecimiento hacia mis hermanos y hermanas de Cofradía, con los que he podido compartir este último año de trabajo, ilusiones, incertidumbres y proyectos, aprendiendo de esta buena gente lo que significa ser cofrade.

A Miguel Ángel Moreno Almenara debo agradecerle su magisterio sobre el conocimiento del ser Veracrucero andujareño. Persona que ha estado vinculada a la Junta de Gobierno de la Hermandad de la Vera-Cruz desde su recuperación histórica, es el perfecto consejero para cuantos asuntos se puedan abordar sobre el camino de esta Cofradía penitencial decana de nuestra provincia. Conocedor de su día a día, persona próxima a cuantos cofrades son y han sido parte de esta corporación nazarena, hombre con los pies puestos sobre la tierra y magnífico programador es la compañía precisa para un proyecto cofradiero. Él es, junto a Juan Carlos Agüera Salas, el alma-mater de nuestra “Casa Pilatos”. Gracias hermano, por tu consejo.

Foto: Jorge Rodríguez Toribio

José Almagro Mazariegos y Raquel Moreno Colino atienden la mayordomía de la Cofradía, otorgando a esta labor su calidad humana. Ser mayordomo de una hermandad no es sólo llevar las cuentas, sino conocer a los cofrades, su circunstancia en cada momento, porque, no olvidemos que somos una hermandad religiosa y no una simple caja registradora de ingresos y pagos.

Aparte de esta función que le absorbe incluso parte de su tiempo de trabajo, José Almagro es un trabajador incansable al que la hermandad debe la hechura de una infinidad de realizaciones que hacen más fácil nuestra actividad cotidiana. Sé que me dejaré algunos de sus trabajos en el tintero, pero así, a vuela-pluma, quiero apuntar en este espacio: la realización del mostrador, el aseo y los altillos para nuestra Casa-Hermandad, el cabal mantenimiento del depósito de “Pilatos”; las cajas protectoras para guardar buena parte de nuestro patrimonio (magníficas cajoneras para proteger los respiraderos y cajas para el ajuar de la Virgen), dos mostradores-expositores que la Cofradía ya ha usado en dos Exposiciones culturales, la peana para el Altar de Nuestro Padre Jesús de la Columna y la soberbia peana sobre la que procesiona en su Paso Nuestra Señora de los Dolores junto a San Juan Evangelista. Esto por poner tan sólo parte de su trabajo para la Cofradía. Junto a ello, su palabra escrita, un revulsivo para las conciencias por parte de este cristiano que sigue indagando sobre los designios que contiene el mensaje salvífico de Jesús el Nazareno. Gracias hermano, por tu trabajo y por tu ilusión sin límites.

Foto: José Delgado Béjar

Os hablaba de los mayordomos de la hermandad. Esta función en la Cofradía de la Santa Vera-Cruz de Andújar, es desarrollada por dos oficiales, que desarrollan además la Vocalía de Caridad, a la que atendemos de manera conjunta a los ingresos y gastos de la corporación, pues a esta labor debemos nuestro origen y nuestro significado. Raquel ha sido, durante las dos últimas Juntas de Gobierno, el alma que ha animado la Caridad Vera-crucera entendida como servicio a los hermanos. A ella se deben las campañas desarrolladas y la creación de nuevos programas que se extienden a los nuevos cultos estatutarios puestos en funcionamiento por la Hermandad en estos últimos años. Y, en el ámbito del anonimato penitente, he de agradecer a Raquel, de manera encarecida, su buen hacer, su talante y su espíritu nazareno. Gracias siempre, compañera, por tu escucha.

Mónica Navarro López llegó a la Vocalía de Cultos un día preparatorio de la Cruz de Mayo y ha infundido a esta Vocalía su juventud, su forma de ser, su voz, su disponibilidad, su avidez por aprender, su prontitud en la participación y su trabajo en la preparación de los ternos del acolitado para la Cofradía. Además,su trabajo también se mostró indispensable en las jornadas del montaje de los Pasos de nuestros Excelsos Titulares. Con todo un año realizado, Mónica es ya la voz de mi conciencia, que me avisa con prontitud de cuantos actos llegan en nuestras benditas Vísperas. Gracias Mónica por tu elegancia.

La Priostía Veracrucera es un órgano de categoría y buen hacer que sigue actuando como tal, continuando en estas lides, indispensables para toda Cofradía, un hermano cercano en la devoción a Dios y a su Madre según la cátedra más alta a la que se puede mirar: os hablo de Juan Carlos Agüera Salas, que sigue ejerciendo su labor callada, sistemática y concienzuda de mantenimiento de nuestro patrimonio, acompañado, codo con codo, por los otros dos priostes de la Cofradía: Esteban Blanco Cortijos y Ángel Espín Galaso. Estos tres Veracruceros (hombres del costal que prestan su andar a Dios) han organizado, de manera soberbia, el montaje de los Pasos procesionales de la Cofradía en los plazos de tiempo disponibles, manteniendo el alto nivel de efectividad y trabajo que la Hermandad de la Vera-Cruz tiene a gala. Los que habéis trabajado en estas labores cofrades sabéis de los numerosos imprevistos que se encuentran en este laborioso proceso, porque no debemos obviar nunca que nuestros Pasos están sometidos, cada año, a toda una miriada de movimientos y tensiones a las que hay que atender, detenidamente, en cada nueva ocasión en la que vuelven a ser parte de nuestra Catequesis. A Carlos, a Esteban y a Ángel, mi más alta admiración, mi más profundo agradecimiento, mi más sincero orgullo por tener como maestros a tres hombres que hacen andar a Dios por las calles de mi pueblo.

Lo dijo mi maestro: "las Cofradías son montar, desmontar y los raticos de en medio”. Pues, esos tiempos de convivencia, de relación con las cofradías hermanas, de encuentro con las distintas escuadras que dan vida a nuestra cofradía, han venido siendo propiciados por nuestro Vocal de Convivencia, Francisco José Izquierdo Espín, quien, junto a Jesús Jiménez Cortijos han dado un nuevo impulso al torneo de fútbol inter-cofradías iniciado por esta Hermandad y que ellos han llevado a un alto nivel. Gracias por esa forma de sentir a nuestra Cofradía de la Santa Vera-Cruz. Fran ha sido nuestra conexión permanente con Álvaro Barragán, capataz de Nuestra Señora y San Juan.

A Maudilio Moreno Almenara le debo mi ingreso en esta Cofradía. Le debo conocer la historia, no sólo de esta hermandad de la Vera-Cruz, sino la del ser cofrade andujareño. Le debo conocer la autoría del Cristo al que le rezó mi padre en su barrio de San Bartolomé. Le debo la mirada de Dios. Le debo la juventud de Nuestra Madre y Señora. Le debo conocer el valor del Discípulo fiel. Le debo cada brizna de historia recuperada y cada puntal de arte cosechado por esta Hermandad. A Maudi le debo lo que conozco sobre nuestros orígenes y esa valoración de que las hermandades somos comunidades vivas que saben adaptarse al tiempo que viven, manteniendo la raíz verdadera de sus tradiciones y sus litúgias. A mi hermano Maudi, gracias por ser ese palermo concepcionista que me guía por entre los legajos de nuestra Cofradía.


Antonio Maldonado Tenorio es nuestro secretario emérito ¿Imagináis lo que tranquiliza cada llamada de Antonio? Está siempre presto a la ayuda, es una alerta permanente que recuerda plazos, protocolos, encuentros… Jesús y yo le tenemos de referente, de compañero, de custodio, de vigía tutelar, de modelo… pero, ante todo y sobre todo y por todo, como amigo cabal y hermano firme junto a la Cruz. ¿Cómo será que hasta el sagrado Madero quiso estar junto a él en los primeros días de su estancia entre nosotros? Que Dios bendiga y guarde siempre a Antonio junto con toda su familia. Gracias hermano, por ser mi hermano de ruan y de damasco (¡cómo echo de menos esos vientos compartidos, compañero!).

No sé ser otra cosa que nos sea cofrade. ¡O no quiero ser otra cosa que no sea cofrade! O no entiendo el mundo de otra manera. En esta forma de creer he encontrado amigos que me acompañan, me enseñan, me ayudan… Y ha querido Dios poner en mi camino, en este último año, un nuevo hermano de cofradías: mi amigo Jesús Jiménez Cortijos. Conocí antes su foto de portada en el Facebook que a él en persona. La imagen a la que me refiero no era otra sino la de Nuestro Padre Jesús Nazareno, de la Vera-Cruz andujareña, en su capilla de “El Salvador”. Aconsejado por su primo Esteban, hablé con él, invitándole a ser secretario de la Cofradía Vera-crucera andujareña, ¡y le compliqué la vida! Pero Jesús nos ha demostrado su calidad personal, su disposición, su forma de ser, su Fe Veracrucera y que sabe leer y escribir, como bien decía su primo Esteban. Sé que ha sido un año de tortura continua, de encargos casi diarios, de tareas solicitadas con muy poco tiempo (el que conozca a Almansa, ya sabe a qué me refiero)… Pero ahí estaba el secretario de la Vera-Cruz, respondiendo con total acierto a los requerimientos, aprendiendo del noble trabajo realizado por sus predecesores, siguiendo las pautas marcadas por aquellos que continúan atentos a las necesidades de la Cofradía, sufriendo la incomprensión en determinados momentos y buscando tan solo glorificar a Dios y a su Madre con nuestro ser de Cofradía.

Gracias Jesús, hermano mío, por enseñarme lo que significa ser seguidor de Cristo, atado a la Columna o llevando sobre su hombro la Cruz salvadora. Gracias por ser ya compañero, alerta del trabajo por realizar, camarada en esta grata tarea de trabajar para los hermanos.

Gracias a todos los que formáis esta Junta de Gobierno. Quería agradeceros vuestro tiempo y vuestra condición de Vera-cruceros en este blog personal, uno por uno, con vuestros nombres y apellidos, porque sé que vuestra verdadera recompensa es la de SER COFRADES DE LA VERA-CRUZ DE ANDÚJAR. Un orgullo para mi estar trabajando junto a vosotros en este año. ¡Vamos a por el segundo!