jueves, 11 de diciembre de 2014

DESDE EL PRIMER INSTANTE DE SU CONCEPCIÓN


 
La Pura y Limpia Concepción de María es saludada por una Andújar que sabe ya de fríos, de escarchas y de campaña de aceituna, y que reviste esta celebración de finales de Otoño con el manto azul de pura Gloria que le otorga el propio Cielo, terciado sobre la saya áurea de conforma la nostalgia del recuerdo de los seres queridos que ya lo habitan.
 
 
 
Nuestra Inmaculada, bellísima talla surgida de la clausura Trinitaria, con las manos en oración permanente, es una de las apostillas más hermosas que Dios le pone a mi pueblo al término de cada año.
 
 
 
Recortada contra el perfil de la "Casa Suárez", con el fondo de las luminarias de Navidad, la Purísima llega ante la Residencia de San Juan de Dios y San José de la Montaña. 
 

 
 
El homenaje a la entrega, a la edad, a lo vivido, a lo que se soñó, cumplido o no, a las horas, que ahora se entretienen contándole palmas a las arcadas del recuerdo, a una Comunidad de Religiosas que siguen la huella de beata Petra de San José, a unas trabajadoras que tienen una responsabilidad infinita, porque cuidan de aquellas personas que nos transmitieron toda la ciencia que nos hace ser como somos... Ante este pequeño universo, conservado en un relicario de cal, azulejo y barroca presencia, llegó María Santísima, la Concebida sin mancha de Pecado Original, para ofrecer el consuelo de su Belleza y de su cercanía.
 
 
¡Tengo muchísimas ganas de tener esta Cruz parroquial de San Miguel Arcángel presidiendo el cortejo de la Inmaculada! La vara se ve que es inestable, porque no se corresponde con la pieza de orfebrería y precisa de una actuación que la fije más sólidamente, como puede ser la clásica asta en madera que da firmeza y elegancia, resaltando aún más la labor del trabajo sobre la plata, al centrar en él la atención. Así lo vemos en la Cruz procesional de nuestro primer templo diocesano.
 
 
Este relieve del Arcángel Miguel brindándose como nimbo a la figura de Cristo Crucificado es un extraordinario bien de nuestra ciudad que merece ser mostrado en más ocasiones; Y son muchas las corporaciones cofrades ligadas a la Parroquia de San Miguel que podrían disfrutar de su Cruz Parroquial formando parte de sus cortejos. ¡Una pena esta ausencia!
 
 
¡Ya, de recuperar esta joya formando parte de la vida religiosa de nuestra ciudad,... NI OS HABLO! Este patrimonio que se posee debe salir de los museos y hacerse parte integrante de nuestro día a día, porque es nuestro legado y debemos estar orgullosos de haber recibido estas muestras de arte,... ¡si aún lo conservamos, claro!
 
 
 
Otro elemento que se sigue echando en falta en este día: ¡el incienso! Dos albas blancas, un turíbulo (o turíbulos) junto a la correspondiente naveta, el perfume de incienso para la Reina de Cielos y Tierra.  Sin lugar a dudas, este cortejo litúrgico está próximo a llegar al día que conmemoramos el Dogma definido por S. S. Pío IX. 
 
La bellísima Efigie de la Inmaculada Concepción, venerada por su Cofradía en el convento de Madres Trinitarias Contemplativas, fue acompañada por todas las Cofradías de la ciudad, junto con el Ayuntamiento bajo mazas, tal y como se recoge en el voto formulado por la ciudad ante la Madre de Dios en señal de agradecimiento eterno.
 
Este hecho nos reportó, una vez más, imágenes que parecen retrotraernos a una Andújar de color sepia. Hay que felicitarse por la elegante presencia de los maceros que dan inicio a la representación del Consistorio andujareño. Los hijos cofrades de Andújar han asumido la importancia de esta función y llevan muy a gala este privilegio. Tal es el caso de José Manuel Martínez Pedrajas, en años anteriores, y de Óscar Menéndez-Quintana García y Miguel Emilio Mármol Aldana, andujareños los tres que se han revestido de este terno y le han aportado su elegancia y saber estar. A Carmela García le debemos también su participación, a través de la disposición de los elementos más españoles e imprescindibles de estas prendas.


 
Sueña uno con un cortejo municipal andujareño solemnísimo recuperando la tradición de procesionar junto a su enseña, como, tal vez, ocurriera en centurias pasadas. De mi tiempo en Teruel, guardo la impresión recibida al ver discurrir a los componentes del Consistorio de la ciudad de Alcañiz durante la procesión del Corpus de 2003.
 

 
¡Eso sí, mi Andújar mantiene su hilo argumental, su ser, sus rasgos, como los ha de tener cada rincón de la tierra! Y éstos son reconocibles y de agradecer por todos los hijos de esta Muy Noble y Muy Leal y Peregrina Ciudad.
 
 
En la calle de la Alhóndiga, el cortejo se llenó de ciudad y la ciudad abrazó a todas y a cada una de sus Cofradías. No podemos obviar nuestra condición de andaluces y el hecho de que parte de lo que somos encuentra su forma de manifestarse y de relacionarse a través de la vida en Hermandad.


Fotografía: Salva Marcos

 
Recuerdo cuando la Cofradía de la Inmaculada Concepción comenzaba su singladura en el Convento de Madres Trinitarias, compartiendo su vida cristiana con la Cofradía del Buen Remedio, y de como incluso los costaleros de la Señora que ostenta el patronazgo de la Orden Trinitaria, llegaron a portar sobre sus hombros a la Pura y Limpia Concepción de la Madre de Dios.
 
Por naturaleza, porque lo he vivido en mi casa, por el andar, la mecida, el significado, la elegancia, la naturalidad, el origen... ¡por todo!, me conocéis acérrimo defensor de los Pasos portados sobre el hombro o la cerviz. No niego que he visto maravillosas carrozas procesionales, como este prodigio que os muestro a continuación, sobre el que deambula por las calles de Burgos Su Divina Majestad durante las celebraciones del Corpus en la nobilísima y celebrada ciudad castellana. Os confieso que si se ha de procesionar sobre una carroza, ¡ésta es la manera más acertada para ello! Pero, ¡ay,... el andar costalero! ¿Quién puede privarse de la dulcísima mecida que otorga vida al Arte cuando se nos muestra tan perfecto?
 


 
  
 
Recorrió su ciudad, un año más, la Madre de Dios que aplasta la cabeza de la serpiente apocalíptica. Caminó entre los hijos e hijas de Andújar enseñoreándose por nuestras calles, altozanos y plazas, magníficamente acompañada por los acordes de las marchas elegidas para Ella por nuestra Banda de Música "Maestro Amador", de Andújar.
 
 
 
Ernesto Gómez, su director, nos mostró el brillantísimo resultado de tantas horas de esfuerzo, ensayo, tesón, amor a la música, sacrificio, incluso durante el propio tiempo de asueto, y responsabilidad asumida y magníficamente ejercida como heraldos de la ciudad de Andújar y de su condición de artistas.
 
Jóvenes y mayores dieron muestra de uno de los artes más maravillosos creados por el ser humano. Y esta música, tan adecuada para el momento vivido, fue belleza creada en homenaje a la Mujer que Dios hizo fuente de toda Belleza. ¡La Pureza de María saludada por las voces instrumentales más bellas de nuestra provincia!


 
 
¡Un día para vivir con los amigos, en Hermandad, para saborear lo mejor de la identidad de nuestro pueblo y de nuestras tradiciones!
 
 

viernes, 14 de noviembre de 2014

PERSISTENCIA BAJO LA MUCETA NAZARENA

Contenidos en aquel universo que circunvala el tiempo entre las cuatro paredes de la Capilla del Antiguo Hospital, de Andújar, lo hablábamos Luis Miguel Parrado y yo con cierto deje de nostalgia y pasión por lo rancio: quizá seamos los únicos (¡o de los pocos, cuando menos!) nazarenos que aún alzan su muceta de terciopelo, en la Hermandad del Buen Remedio andujareño, sobre capirote de cartón.
 
 
 
Hace algo más de 28 años, en el corazón de la calle Dulce Jesús, de Andújar, en el local comercial situado en el bajo de su casa, maese Rafael Blanco Medina confeccionó en cartón, ajustado con papel de pegar con el sello de "Papelería Blanco", mi primer, y único hasta la fecha, capirote sobre el que llevar enhiesto mi antifaz nazareno de la Cofradía del Señor de la Sentencia y María Santísima del Buen Remedio, de mi Andújar.
 
Esta noble cumbre de cartón y arte ha compartido mis Estaciones de Penitencia, ha soportado el calor y aguantado la llovizna que nos obligó atajar por la calle 12 de agosto de vuelta al templo. Ha marcado con su huella mi frente hasta bien llegado el Sábado Santo. Ha sentido la emoción de ver procesionar junto a nosotros a Nuestro Padre Jesús de la Sentencia después de años de espera y preparación. Ha recalado en el altillo de mi armario durante las benditas vísperas.
 
En la siguiente fotografía, contemplamos el tránsito por el "Peso la harina" de las parejas de cirios apagados que, custodiando el estandarte de la Cofradía, aguardaban la soberana presencia de Nuestro Padre Jesús de la Sentencia en el cortejo de nuestra Cofradía. Debemos estar en un Jueves Santo comprendido entre los años 1990 / 1996.

 
Ya desde aquel Jueves Santo de 1997, en que El Señor comenzó a caminar junto a su Madre del Buen Remedio, el viejo capirote de cartón pudo disfrutar de la oración nacida de las cornetas que marcaron siempre el andar de Cristo desde su capilla de la calle Cuna.
 
Este aguja de cartón que señala a los Cielos se ha empapado del incienso quemado para el Hijo de Dios, hecho Varón de Dolores y Redentor de miradas; ha sentido el fuego de la cera desprendida de sus ciriales cuando hay que dar paso a la cuadrilla, porque el control de horas lo demanda; se ha dejado perfumar por los naranjos de la calle Ollerías; ha sentido el relente guadalquivireño de la calle Tiradores y ha regresado a casa, por el camino más corto, siendo esa tilde morada entre los verdes capirotes  que acompañan a la Cruz de Guía de la Cofradía de la Esperanza durante su tránsito por la calle Ollerías.
 
 
Una andadura de casi 30 años la de mi capirote de cartón. Incluido la de este 13 de Abril de 2006 que quedó grabado sobre su piel, en un día en el que el Sol lució entre los dorados candelabros de guardabrisas, amarrando las manos del Señor de la Sentencia mientras dictaba su Evangelio de talla y de corneta, al compás de la mecida de su cuadrilla.
 
Esta pasada Estación de Penitencia del año 2014, al volver a su palquillo en las entrañas de mi armario, felicitaba la hazaña de sus años su hermano, mi capirote de malla que viste de ruan Veracrucero en la noche del Domingo de  Ramos.
 
¡Así son las crónicas nazarenas: un continuo tiempo de espera endulzado, permanentemente, por el aroma de los recuerdos!

viernes, 24 de octubre de 2014

...Y LÍBRANOS DEL MAL

 
Volvimos a la cita que nos une a la cintura de Padre Jesús cada primer domingo de octubre, cuando sale al encuentro de las personas enfermas e impedidas de su pueblo de Marmolejo. Varas con la Cruz arbórea bajo la tiara pontificia caminaron junto a los hermanos Nazarenos marmolejeños acercando la salud que brota de la mirada del Divino caminante a quienes más la precisaban.
 
Los hombros de las mujeres de Marmolejo serían las encargadas de acercar a Dios a nuestras vidas al término de la Santa Misa de aquel Domingo. La parroquia, llena de fieles, y el Evangelio de la fértil viña, nos predisponían para acercar a Cristo a cada casa del barrio oriental de la ciudad, brindando salud, consuelo, esperanza... ¡y vida!

 
Este vínculo que nos une al Dios hecho Hombre y abrazado a la Cruz, nos ha hecho caminar juntos a lo largo de este bendito Río que tiene Arte en todos y en cada uno de sus confines, un Arte que lo recorre de Este a Oeste...

 
El joven fotógrafo Jorge Rodríguez Toribio, con la ayuda inestimable de los paisanos, nos brindó la formación de su saber estar cofradiero. Cerquita de Cristo, Jorge buscó su rostro para aliviar el pesar de las almas que sufren el dolor y el desamparo.

 
La Cruz goticista de la Parroquia de Nuestra Señora de la Paz abría camino a la comitiva que recorría el barrio por el que el Sol entra cada mañana en la noble Villa del Agua. Ella anunciaba el paso de la Cristiana Comunidad que hacía lo que Cristo le pidió: estar cerca de quienes más nos necesitan.
 
 
El Estandarte hacía presente a toda la Cofradía, como insignia corporativa, divisa, enseña, santo y seña, identidad y legado histórico de la centenaria cofradía marmolejeña de Dios Nazareno y su bendita Madre, la Estrella. 

 
El incienso tenía aires también guadalquivireños, aunque, bien es cierto, que allí, junto a nosotros, eran muchos los corazones atrapados por Aquella que nos cuida desde San Gil...
 
Juventud marmolejeña quemando incienso ante el paso del unigénito de Dios. Pliegues romanos del alba y la cinta en el pelo. Dios camina entre su escolta de querubes turiferarios.


 
Y Cristo que volvía a casa. Caminando en silencio, entre sus hijos e hijas, entre mujeres que le rezan en la madrugada y que, llegado octubre, llenan ese hueco de sus almas sintiendo sobre el hombro el suave roce de la Redención que nos salva. El Señor de Marmolejo, el divino Nazareno, Dios, que camina y que nos habla. Esta es la raíz del sentir cristiano español. No se explica: ¡se vive! Por eso invitamos a todo el mundo a que se acerque a nuestras celebraciones religiosas, se santigüe y se deje llevar por lo que aprendió de sus abuelas desde la cuna. Si la simiente ha sido buena, la vida crece fuerte, ¡sin lugar a dudas!



 
Estrella bendita ceñida por el amor de tu tierra, de tu río, de tu cuadrilla y de todas y cada una de las madres que a ti confían la vida de sus familias. La Reina que conquista corazones bajo la espadaña de su Ermita.

 
Una Reina que se viste de peregrina y hace que el Camino no sea sino un premio al amor infinito de sus hijos e hijas. Nuestra Señora es Estrella de un firmamento, donde Dios corona de Gracia a Nuestra Señora de la Cabeza, Soberana y Emperatriz de toda la tierra que habita bajo el Cielo de su mirada.

 
Gracias, un año más, a la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno y Nuestra Señora de la Estrella, de Marmolejo, por su invitación a participar en este acto único y emocionante por el que el Divino Nazareno recorre su pueblo y visita a sus gentes, calle a calle, casa a casa. Esta es la vida entendida a la manera cofrade: sincera, verdadera, justa y CRISTIANA.
 
Que el Señor os guarde y os bendiga siempre, queridos hermanos y hermanas Nazarenos. Y que la Virgen sea el ejemplo a seguir, Ella que llena de Gracia.




miércoles, 15 de octubre de 2014

ALBORADA CARMELITA

 
Nos convocaron sus hermanos y hermanas a un nuevo encuentro con Ella, quien marca la primera luz cierta del Otoño para el ser cofrade de Andújar. Y junto a ellos acudimos, para ver nacer al Sol de labios de Nuestra Madre y Señora del Rosario, que custodia aún entre sus cuentas la bendita protección del escapulario carmelita.

 
Se prendió la cera y Santa María la Mayor fue revuelo de albas, de amanecida, de cera blanca libada sobre el Rosal Divino que desde el monte Carmelo viene a nacer, luciendo de rosa y bronce las mejillas de la Virgen Niña Carmelita.

 
Salió la Virgen del Rosario al encuentro de la memoria de la Aurora, y tañó para Ella la desaparecida espadaña de nuestras cosas perdidas. Pero la Señora de piel morena, que es Niña joven aún, más con muchas plegarias prendidas, como alfileritos que rizan y dan forma a su mantilla, nos hizo olvidar las bellezas perdidas, porque con el carmín de su sonrisa, nos venía anunciando que en Andújar habrá siempre nueva vida, como la de sus cofrades... ¡INFATIGABLES!, que por Ella visten Andújar de flor, de cera blanca, de oración, de mimos y de sonrisas.

 
Es la Hermandad de la Paciencia la heredera de una historia que llega ya a su tercer centenario y que ha sabido recuperar su nombre, su huella, su pasado y su presente de Ramos y Penitencia.
 
Paz, Paciencia y Rosario,... y siempre Carmen; Carmen del Mar, Carmen del olivar, Carmen, mujer andujareña a quien mecen entre nardos y flores de julio cuando llega su fiesta costaleros con aires de Domingo de Ramos y Miércoles Santo, entre sus compañeros de otras hermandades, amantes también del costal y la trabajadera. 

 
El cortejo fue desgranando "Padre nuestros" y "Ave Marías" ante los rincones más hermosos que le quedan a la vieja ciudad morisca, judía, cristiana y "vanguardista" que es Andújar; que lo mismo te derriba las calles estrechas y las casas de su Judería, que te vende un patio de viejas piedras para que lo alcen en, sepa Dios, que hacienda vecina...
 
Aún así, de lo que conservamos (¡porque Dios lo ha querido, más que nada!) las cofradías de Andújar dan buena cuenta de su belleza y se enhebran entre esas calles y murales cerámicos y palacios y fachadas y esquinas achaflanadas y piedra molinaza... para que los más jóvenes sepan de la belleza que todavía resiste en este rincón Andalucía.



 
Galas blancas para la Reina del Rosario andujareña. ¡Sencillamente, preciosa! Elegante, bonita, revestida de un color que parece haber nacido para Ella, rodeada de una maravillosa luz que los altozanos de la ciudad le dedicaron, como si quisieran atrapar para sí esa alegría en la Resurrección que nos transmitía la Virgen María Niña.
 
Porque las lágrimas de la Madre eran, en aquel Rosario de la Aurora, fructífero llanto que hacía florecer entre sus manos la vida, en la flor y entre las cuentas del Rosario con el que nos invita a seguir adelante, a no detener nunca nuestra búsqueda de la belleza, nuestro eterno tiempo de Vísperas que nos conducen a esa anochecida de Miércoles Santo, cuando el Cielo de Andújar se viste de carmesí y de su Concepción Pura y Limpia, y la lleva a Ella, como Reina coronada, por las calles de esta vieja ciudad de memorias doradas y mustias apatías.
 
¡Pero la Señora del Rosario carmelitana lleva sostiene sobre sí el corazón de su pueblo! ¿A qué más maravilla?




 
Cofrades jóvenes, cumpliendo fielmente con las necesidades de un cortejo de rancio abolengo, imprimieron las huellas del tiempo sobre un presente esperanzador.
 
Dando luz al Estandarte de María Santísima, rezando misterios del Rosario como lo aprendió de sus padres, el pregonero de nuestra Semana Santa de 2015, maese Manuel Andrés Barea Collado, caminaba junto a la Madre de Dios, una vez más, una nueva amanecida. Tenemos este año a un pregonero que, desde niño, ha sentido que la sangre, en cofrade, golpea los pulsos a ritmo de cera fundida, de montaje de Pasos y altares de insignias, de nerviosismo al vestir la túnica nazarena y de emoción liberada al ceñir el cíngulo a la cintura de unos hijos que siguen su senda.

Nuestro Pregonero de Semana Santa caminó junto a la Reina del Cielo, y todos soñamos con el dulce diapasón cofrade que ha de traer su palabra a nuestras almas en las benditas Vísperas Cuaresmales. ¡Buenas Vísperas, maese Manuel Barea! ¡El atril se llena de sapiencia cofrade y andujareña en este año del Señor, con un hombre que siempre lleva a su Andújar por bandera!





 
Monaguillos con pocos años prendiendo el incienso de la vida, costaleros que igual brindan su andar a Dios que anuncian entre ciriales a su Madre bendita, Juntas de Gobierno llevando sobre sus hombros a la Siempre Virgen María, la Madre de Dios, sin Pecado Concebida, y, aunque en Andalucía sabemos que no se quedó allí para siempre, Asunta a los Cielos para ser declarada por Dios Mediadora de todas las Gracias y Reina y Señora de Andalucía.
 



 
La luz, un Octubre más, se quedó sujeta a su cintura, entre rojas distinciones de corte marcial, y la acompañará durante el Adviento que  nos conduzca a una nueva Pascua, no sin antes ver declarado a su Hijo, Señor de la Paz, como Rey del Universo.
 
Rosario volvió a su templo y escapularios de plata se  volvieron los hombros de sus costaleros, confesándole a la Virgen Niña Carmelita su amor eterno.
 
¡Y, un año más, la familia Almansa Duro, con los ojos y el alma llenos de Cielo, disfrutamos de una mañana en familia, el mayor don que Dios nos concede mientras poblamos este bendito suelo andujareño!