En las Vísperas de la Solemnidad del Corpus Christi, y ante este tiempo de estío que nos aguarda, el Altar de la Santa Vera-Cruz contempla a sus Titulares con este terno, donde la tonalidad cardenal-grana-jacinto está presente en todas sus galas, como saludo a esta celebración sacramental.
Junto a ellas, todas las preseas y atributos simulan luz argentífera, muy adecuada a estas prendas de tejidos más ligeros.
Las tonalidades de los ropajes de Nuestra Señora nos recuerdan los lienzos concepcionistas murillescos o la interpretación de la Inmaculada de los pintores de la escuela madrileña del siglo XVIII.
En San Miguel, la única Imagen mariana de vestir, la Virgen de la Cabeza, ha cambiado sus galas a esta tonalidad asalmonada.
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