martes, 23 de febrero de 2016

MI HERMANO DE COFRADÍA, MAESE JESÚS SEGADO HERNÁNDEZ Y SU FAMILIA

 
A dos de mis maestros de cofradías les conocí por esta condición que guardo de paseante rancio, pues como tal ejercía en los momentos previos a la presentación que tuve el honor de realizar del "Acto de homenaje a la mujer en la Semana Santa", organizado por el Ayuntamiento de Arjonilla aquel 22 de marzo de 2007.
 
Ese día, quiso la Divina Providencia guiar mis pasos ante las puertas entreabiertas de la Ermita de Nuestro Padre Jesús, faro inagotable que ilumina la vida de los arjonilleros, junto  a ese corazón palpitante que es su Iglesia Parroquial de la Encarnación.
 
Allí encontré a mis dos cicerones eternos para conocer los tesoros, visibles y ocultos, de la noble villa de cal y cerámica de Arjonilla, mis amigos: Luis Gómez Lara y Jesús Segado Hernández.

 
El curso de nuestras singladuras cofrades se ha seguido cruzando, una y otra vez, desde entonces. ¡Así somos y así caminaremos siempre por este mar fértil que son las eternas vísperas!
 
 
A mi hermano de cofradías Jesús Segado Hernández, le agradeceré eternamente hacerme partícipe del Acto de Desenclavamiento de Cristo en la tarde noche del Viernes Santo. ¡A mis hermanos de Arjonilla les debo la inmensa emoción se sentir que esta forma de ser nuestra no desaparecerá nunca!
 
 

 
¡Imaginad pues lo que supone para mí ver como la Cruz arbórea bajo tiara pontificia ya ilumina los hogares arjonilleros de mis hermanos Jesús, Diego y  Roque, junto a una parte importante de la vida de Sebastián!
 
 
Hay raíces que asoman, rompiendo la tierra, demostrándonos que nuestros fundamentos son sólidos y auténticos. Hay amistades que se forjan porque Dios así lo quiere, para permancer fieles a su servicio, porque Él así nos lo pide, y ofreciéndonos a cambio el bendito don de una amistad sin límites ni trabas.
 
 
Hay simientes fértiles con la VERDAD por bandera, un AMOR que con amor se paga, la TEMPLANZA para criar a unos hijos en la JUSTICIA de las creencias recibidas de nuestros mayores,... hay abuelos que enseñan a ser buenas personas a sus hijos e hijas y que sirven de espejo de CONFIANZA y FORTALEZA para las generaciones venideras; ¡porque las buenas personas no mueren nunca!
 
 
 
 
Hay amigas que te ofrecen una sonrisa, una conversación grata, una vivencia familiar que te hace sentir en casa, que fascina por la sinceridad y el amor con el que aman a los suyos, con la que los cuidan. ¡Hay amigas que sería todo un lujo tener como consuegras!
 

 
 
¡Y hay un camino en Hermandad que surca la memoria de nuestra tierra y que nos conduce a ese Cielo que hemos recibido de Ella!

 
¡Gracias hermano, por la confianza, por la cercanía, por la amistad, por las ilusiones compartidas, por transmitir a tus hijos los valores que a ti te han inculcado! ¡Gracias siempre,... y felices vísperas de esa Gloria en la tierra que ya nos llega!
 

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