martes, 30 de diciembre de 2025

SIRVIENDO PARA INSTRUIR A LOS FIELES Y GLORIFICAR A DIOS


    La devoción llena de sentido la vida del cofrade. Dejemos lo de "la afición" para los pasatiempos, para el tiempo de ocio o para el tema de las lecturas preferidas.

    A estas alturas en las que andamos, en que incluso la Primera Comunión se realiza también por afición, debemos evitar esa moda de proclamar que se llega a las cofradías bien "por afición" o "por querencia al oficio costalero", o el seguir repitiendo como papagayos la coletilla: "no comprende mi locura..."

    La devoción, esta manera de creer por puro amor que profesamos desde chicos, tampoco se puede convertir en herramienta para que algunos pastores de la grey pretendan llevar a quienes llegan a la Fe a través de las cofradías, a desempeñar otras labores pastorales para las que quizás no estén llamados.


    Desde que somos pequeños, nuestra pasión nos acerca a cuanto una cofradía representa en la calle. Es en ese momento que comienza nuestra búsqueda de documentación escrita y gráfica, nuestras investigaciones sobre tipologías y estilos artísticos, la bibliografía sobre la historia de su patrimonio, de sus raíces, de sus protocolos,... 

   Cuando llegamos a las cofradías, nos encontramos con unas estructuras  cofrades demasiado inmovilistas. Es por ello que nos vamos acercando a las personas con las que nos sentimos en mayor sintonía. ¡Esto nos ha sucedido a todos! He tenido el honor de trabajar con personas de extraordinaria calidad humana, con quienes he podido convertir en realidad proyectos originales que, en ocasiones, se han mantenido, y que en otras, han sido defenestradas por alarifes de la sosería y tramoyistas de los "colorichis". ¡De esto nunca estaremos salvos!

    En estos últimos años, he conocido a jóvenes con una extraordinaria formación en Historia y en Arte, que ojalá pudieran coincidir con buenos directores artísticos cofrades junto a los que caminar y trabajar para realizar proyectos sobresalientes.

    Igualmente, conozco a jóvenes con una carismática capacidad para liderar a un grupo de iguales, una actitud que les convierte magníficos artífices de tesoros patrimoniales.

    Los peligros son siempre los mismos... ¡no se pueden evitar! La capacidad de servir de reflejo para lo bueno, también lleva consigo la de poder servir de reflejo para lo triste.

    ¿Confianza?,... ¡siempre!
    ¿Esperanza?,... ¡toda!
    ¿Claro-oscuros?,... ¡inevitables!

    Ilustro esta última entrada del año con la fotografía del lienzo de la Inmaculada Concepción venerada en el baptisterio de la parroquia de San Miguel, un delicioso sueño que sigo alentando para que sirva de fulgurante rompimiento de Gloria para un palio andujareño. ¡Así es el mundo de las cofradías! Todos y cada uno de nosotros cosechamos, en nuestro fuero interno, un exquisito detalle cofrade. ¡Ojalá que sigamos alcanzando cotas de excelencia y no incurramos en despropósitos!

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