Hay trabajos científicos para llevar a las tres dimensiones la fisonomía del Hombre de la Síndone de Turín; aproximaciones detalladas y profusamente investigadas, para acercarse a una visión de la faz de Jesús de Nazaret. En una cruda Postguerra, un artista iliturgitano, enamorado de la vida, interpretó así el rostro de Dios, como una antesala certera a su Conocimiento.
Y él, que amaba el campo, su sierra, el contacto directo con aquella pulcritud que rodeaba su viña, a su familia y a los momentos más bellos de su existencia, supo acompañar como nadie el momento de la Aparición de Nuestra Señora del más perfecto joyel que se pudiera desear. Ojalá pudiéramos ver esta tabla en el Baptisterio de San Miguel, y así cumplir un hermoso sueño del maestro: tener obras suyas en los tres Baptisterios pétreos de nuestra ciudad.
Llegado a este punto, yo estoy seguro de que Don Luis Aldehuela Gómez, quien primero nos presentó a Cristo Resucitado en nuestra ciudad, está sonriendo, pleno de esa satisfacción infantil que llenó sus días, al ver cómo se muestra el Dios de la Gloria ante su presencia.
Dale, Señor, el descanso eterno, y brille para él la Luz de tu Gloria.
Paz y bien para toda su familia.
Amigo Manuel, preciosa entrada, no tengo palabras. Me has emocionado. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea. http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
ResponderEliminarGracias por esta entrada es preciosa. saludos
ResponderEliminarEl don de Maese Luis era ése: nos dejó toda la luz que llevaba dentro.
ResponderEliminarMuchísimas gracias a ti Pilar, huella de su trazo, porque nos haces partícipes de la esencia de tu padre a través de tu palabra y de tu arte.
Gracias Manuel.....soy Marién, aunque me suscribo con otro nombre, el de mi angel de la guarda.....has dicho con mucha certeza quien era mi padre.....te sigo en tu blog que es precioso.....Realmente mi Casa se ha llenado de la Luz que ya contemplaba asombrandose de todo hasta el final.....Dios le concedió el Don de la contemplacion y ese ha sido su legado, me dejó su corazón que como un niño tantas veces miraba....un abrazo
ResponderEliminar¡Ay, Marién! El don de tu padre fue pasarse la vida (y ahora la eternidad) creando arte: en lienzo, en madera, en hijas,...
ResponderEliminarLo leía en el comentario que Pilar dejaba en el blog de Vicente Laguna: a Maese Luis le "alimentaba" la lluvia que trazaba el número áureo sobre cada uno de los arbustos y matorrales que se encienden con los colores exactos que él capturó en su pintura.
Ahora, Luis ayudará a los querubes a tintar las aguas del Cielo para que mejor cumplan con su función en nuestra Sierra.
Creo que pocas veces un artista ha despertado tanta admiración, sobre todo en, ¡ay! nuestra Andújar, tan dada a alabar lo efímero y a olvidarse enseguida de lo que perdura. Y así se puede constatar en todos los mensajes incluidos en los blogs que tratan asuntos andujareños. Tus palabras, Manuel, como siempre, muy acertadas.
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