lunes, 27 de mayo de 2013

ROSA ESCOGIDA DE CAPUCHINOS


En el año 2008, tuve el honor de pregonar a la Divina Pastora que custodia nuestras almas desde el que fuera convento capuchino iliturgitano de San Roque, actual parroquia donde desempeñan su labor pastoral los Padres Paúles. En aquel texto, quedaron recogidos cuatro anhelos, de los que dos ya se han hecho realidad.



Guarda el Redil Pastoreño de Andújar el gozo de que el oficio religioso con el que la Iglesia Universal celebra la fiesta de la Divina Pastora en todo el mundo naciera en el convento de nuestra ciudad, durante la estancia en él del venerable Frai Diego José de Cádiz, con motivo de sus multitudinarias predicaciones. Así, aquel oficio vendría inspirado por las meditaciones de tan piadoso freire capuchino en aquel lugar, idóneo para la oración y el trabajo en las huertas, bendecidas por la fertilidad de su tierra y la bonanza de las aguas subterráneas que buscaban el Guadalquivir. Sin duda, era el espacio más propicio para el alumbramiento de la Devoción Pastoreña en el alma de los iliturgitanos.
   
La Pastora ha marcado mi infancia y buena parte de mi adolescencia. En este barrio se desarrollaron mis juegos infantiles, en él están los centros donde recibí mi formación y las viejas fotografías de mi álbum conservan la memoria del hogar familiar que, desde la /serviguera/ de la entrada hasta el corral que lindaba con la Calle Ballesteros, se desmadeja aún en jirones de imágenes, las más de las veces, recuperadas de las sombras al ser verbalizadas y compartidas con Candy  y Manuel chico.

En Andújar tenemos calles dedicadas a los oficios artesanos que sostuvieron a las familias andujareñas: caldereros, boteros, tiradores, talabarteros, esparteros, tintoreros,… Igualmente, guardamos memoria de la calle de los sastres y de los zapateros, y hay nobles oficios que dejaron su impronta en calles como la de los hornos o la de las ollerías. Alguno de estos artesanos mantenían labores íntimamente ligadas a la ganadería, que adquirió su importancia gracias a los buenos pastos de nuestras dehesas serranas. Este mundo pastoril, que tuvo uno de sus epicentros en el oriente ciudadano, vio nacer en Andújar la devoción hacía la Virgen María contemplada como Madre del Divino Pastor y, por ende, Pastora bendita de toda la Iglesia Cristiana, Cuerpo Místico de Cristo y redil de las almas que confían en nuestro Buen Pastor.

Bienaventurada advocación a través de la que nuestra Madre media para que las Gracias Divinas se extiendan sobre nuestra ciudad, manifestando su significación a través de los atributos pastoreños con los que se engalana la Virgen purísima: el sombrero adornado con flores de primavera, el pellico de piel de borrego, el cayado y el zurrón pastoriles y el árbol en flor que cobija a su figura, coronada por los propios querubes celestiales.

 

Y ahora, en el periodo que abarcan los últimos tres años, hemos vuelto a tener a la Madre del Divino Pastor caminando entre nosotros.

En épocas pasadas, hemos visto procesionar a la Pastora de Capuchinos sobre Pasos llevados con ruedas, e incluso, impulsados por tracción motora. Décadas complejas durante las que las Cofradías andujareñas tuvieron que hacer frente, de la manera que tuvieron a mano, a la penuria de medios y al debilitamiento de las devociones.


Por todo ello, quiero mostrar mi admiración y reconocimiento a las personas que, con su esfuerzo, consiguieron que la devoción a la Pastora de Capuchinos no se perdiera en Andújar y, de igual manera, quiero dar mi más sincero agradecimiento a este Grupo Parroquial que está infundiendo vitalidad y esperanza a tan significativa celebración religiosa, en un nuevo momento de pujanza y de ilusionadas realidades que tiene admirado al entorno cofrade de nuestra ciudad.

Lo primero que nos ilusiona es la recuperación para la venerable Imagen de la Divina Pastora de sus galas pastoreñas. Bellísima y dulce estampa de la Señora que reproduce las trazas del cuadro primigenio que dio origen a esta advocación, de nacimiento sevillano, hace ahora 310 años.

Como detalle a señalar, tenemos la mano derecha de la Señora, que busca acariciar a esa oveja, metáfora del alma humana, que la Madre del Divino Pastor protege bajo su manto. El cayado pastoreño, adornado con flores y sustentado por su mano izquierda, permite, a la par que completar la iconografía, abrir la efigie mariana en una delicada diagonal, que enriquece la contemplación del devoto de tan sublime visión de nuestra Madre y protectora. Frai Isidoro de Sevilla dejó bien definida esta iconografía y David Pérez Gavilán, su vestidor en este año 2013, ha interpretado perfectamente cuanto nos muestra el lienzo pintado por el maestro Alonso Tovar en 1703, que los fieles Pastoreños veneramos.


Una cuadrilla costalera nace a instancias de la profundidad y la capacidad de convocatoria de una devoción particular y se consagra gracias al carisma y buen hacer demostrado por su capataz y los auxiliares de éste. La amistad entre costaleros y el tiempo en el que tiene lugar la Procesión de la citada devoción son otros de los parámetros que acompañan la creación y consolidación de una cuadrilla. Francisco José Villar, junto con Ángel Medina, han mostrado su capacidad para convocar y aglutinar a una cuadrilla formada por costaleros llegados de distintas hermandades de penitencia, quienes me hablaban de corrección en la forma en la que han sido igualados bajo la parihuela de la Divina Pastora andujareña, y su satisfacción por el trabajo realizado al servicio de la Madre del Divino Pastor.
 


Desde aquel difícil primer año, Francisco José ha sabido asumir las riendas de esta bendita entrega a favor de la Reina de todo un barrio y le ha tributado la ofrenda de su trabajo con la creación de un cuadrilla de costaleros que sienten ya la llamada de la Madre de Capuchinos como una convocatoria de alegría y como una oportunidad para compartir con la ciudad su forma de creer.

Paco Pepe me demostraba, momentos antes de dar comienzo la procesión de la Pastora, su confianza en el trabajo realizado a lo largo de los ensayos, y me anunciaba una feliz noticia para el próximo año, dentro del apartado iconográfico que rodea a esta bellísima advocación andaluza.

Enhorabuena al capataz, enhorabuena a la correcta y ordenada labor desempeñada por su segundo, maese Ángel Medina -a la altura de las más nombradas castas costaleras-, y felicidades a todos los costaleros que respondieron a la llamada de la Divina Pastora de las Almas. Ellos han recuperado una de nuestras cofradías, salvándola del posible final de su actividad devocional, tal y como ocurrió con otras devociones andujareñas como la de Santa Cecilia, San José o San Antonio.
  
 

(Una de las tres banderas que posee la Hermandad y que no ha salido este año)

 

En este año, el cortejo aún no abrió su marcha con la Cruz alzada, pero si pudimos ver en su cuerpo de guía a un joven que ha dado muestras de su esencia cofrade desde muy corta edad. Se adivina un gran futuro cofrade en él, ¡sin lugar a dudas!


 La Cofradía de la Divina Pastora de Andújar cuenta con tres Banderas que va turnando en sus distintas salidas procesionales, entre las que destaca, por su belleza y singularidad, ésta, donada por don Eduardo Barranco López.


Viendo el saber hacer demostrado por la Comunidad Educativa del Colegio “Madre del Divino Pastor” en su reproducción, para la Romería escolar, de la Bandera conmemorativa de la concesión de la “Rosa de oro” a nuestra Patrona, me planteo la posibilidad de que esta comunidad educativa, regentada por la Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor, realizara, según el canon empleado en la Hermandad de la Pastora, una Bandera dedicada a la Beata María Ana Mogas Fontcuberta, fundadora de este Instituto religioso, o, en menor escala, un guión procesional luciendo la Imagen de la Beata fundadora, que pasara a formar parte del cortejo de esta deliciosa Devoción andujareña. ¡Es una idea que dejo recogida en estas Escuadras ensoñadoras!

 

Participaron en el cortejo las Hermandades y Grupos Parroquiales de carácter letífico de nuestra ciudad, además de la Archicofradía de la Agonía de Jesús en el Huerto y Nuestra Señora de los Dolores, con sede en el templo de la Divina Pastora.




 Yo fui un niño que, vestido con mis galas “marineras” de aquel día en que recibí mi Primera Comunión, acompañé a la Divina Pastora y a Jesús Sacramentado; Es por esto que defiendo, encarecidamente, este tramo presente en las cofradías de toda España durante el tiempo de la Pascua. Así lo pudimos ver durante la Procesión de la Pastora, quien marchaba acompañada por un numeroso tramo de niños y niñas de Primera Comunión que llenaba de luz esta celebración gloriosa. A ellos se unía un pequeño conjunto de niños luciendo trajes camperos y niñas con trajes de gitana que nos recordaba la presencia de pastorcillos y pastorcillas en los cortejos de esta advocación mariana. Aquí queda otra iniciativa para llevar a cabo por parte del AMPA del Colegio “Madre del Divino Pastor” para conmemorar así la gran fiesta del barrio y del propio centro educativo. Un buen ejemplo lo podemos ver en la Procesión de la Divina Pastora que, partiendo del Colegio de las Madres Franciscanas, se desarrolla por las calles de la cordobesa localidad de Villa del Río.


Guarda la Hermandad Pastoreña en su capilla un conjunto de varas que bien podrían servir para brindar escolta a su Estandarte corporativo, tan correctamente ubicado durante la procesión de este año 2013. Algunas de estas varas también podrían ser empleadas por los Fiscales de la Cofradía, como es costumbre en Andújar.




 
En la misma línea, la vara sobredorada que completa el juego de cetros para los vice-hemanos mayores y que se encuentra en la cetrera antes señalada, bien podría ser empleada por el preste que acompaña a la Procesión de la Titular de la Parroquia Paúl.

(El preste con la vara que para él realizó la Archicofradía de la Agonía en el Huerto y que la hermandad cede para la Procesión de la Divina Pastora)

Muy  bien conservadas parecen estar las dos varas conteniendo el anagrama de la Virgen María orlado por dos palmas y bajo corona de cuatro imperiales. Llama la atención, igualmente, la presencia de dos varas que contienen la Custodia Sacramental bajo clásico tabernáculo goticista.

Lo interesante de este asunto es el hecho de que la hermandad cuenta con diez varas de las que sólo emplea tres.

En cuanto al acompañamiento musical, durante los previos procesionales pude conversar con Sergio Balches sobre los clásicos sonidos de Eritaña, como concepto base para las sabias agrupaciones musicales.
 




Pude estar junto a la Pastora en cuatro puntos diferentes de su recorrido y he de decir que la participación de la Agrupación Musical de “Nuestra Señora de las Angustias”, de Andújar, resultó elegante, siendo muy numerosas las composiciones musicales que interpretaron en los lugares por los que presencié el discurrir de la Pastora Divina.





 De especial significación resultó el paso de la Pastora por la calle Pablillos: lo acertado del andar costalero se dejó ver en las emociones cosechadas al Paso de la Santísima Virgen entre las gentes de esta frontera de su Barrio, traducidas en una lluvia de pétalos y oraciones. Y al cadencioso andar y al correcto acompañamiento musical, se unió el reconocimiento, por parte de algunos vecinos de esta calle tan pastoreña, hacia todos aquellos que infundieron y siguen prestando vida a este Barrio, tan castizo y rancio para sus cosas, al que los andujareños debemos tanto y que tanto ha perdido a causa de la ancestral dejadez de nuestros paisanos.


Tenemos a la Pastora viva, tenemos a la Madre del Divino Pastor reinando sobre los corazones andujareños… y tenemos que agradecer todos estos logros a familias cofrades que están propiciando el resurgir de una de nuestras Glorias más queridas.

1 comentario:

  1. La devoción a la Divina Pastora de las Almas nació en el Convento de los Capuchinos de Sevilla, de la mano del Padre Isidoro de Sevilla, el 8 de septiembre de 1703. "La primera que fue presentada al mundo vestida de Pastora"

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