jueves, 16 de julio de 2015

"SANTO DIOS, SANTO FUERTE, SANTO INMORTAL, APIÁDATE DE NOSOTROS"

Las palabras pronunciadas en el Trisagio del ritual de la Liturgia Hispano-mozárabe, marcan bien claro el sentido de nuestros tiempos y esperas.
 
Las públicas manifestaciones de Fe contribuyen a que el cofrade respire de otra manera, a que manifieste lo aprendido, a que rece compartiendo creencias, a que camine por la ciudad empapándola de las esencias que alimenten su memoria.
 
Pues, este año, nos quedamos sin una de las salidas que hacen, de nuestras calles, templo. En guardavela quedó el retablo que la fe de la familia de maese Manuel Barea alza al paso de Dios vivo entre las nítidas paredes de la calle del Aire.
 
Pendiente de próximas Octavas Sacramentales, en las que no sabemos si se volverá a procesionar por las calles del barrio o se hará solemne procesión claustral, se me plantea la propuesta de que sea la familia Barea la que se encargue de engalanar el retablo de San Antonio de Padua.
 
 
Porque fueron la mayoría de los retablos del templo de San Bartolomé Apóstol, de Andújar, los que se engalanaron de manera especial para honrar el tránsito claustral de Su Divina Majestad en la conmemoración de la Infraoctava del Corpus. Sólo quedaron sin engalanar los retablos de San Antonio y la Sagrada Familia.
 
Así, sobre el sagrario del manifestador que corona el presbiterio del templo, se alzaba el Sagrado Corazón de Jesús, escoltado por las lámparas de aceite; de igual manera, espigas y uvas, entre las macetas mimadas durante todo el año por las vecinas de la feligresía, daban vida y frescor al bello templo de asperón y cal.





Recorrió Cristo Sacramentado las naves siguiendo el periplo del Sol, deteniéndose, en solemne Estación, en los retablos de la capilla que ahora ocupa el Titular del Templo, en la capilla de Ánimas y en los retablos de las Cofradías de la Vera-Cruz, del Santo Sepulcro, de la Soledad y de los Estudiantes.
 
Pendiente queda para futuras ocasiones la Estación ante los retablos de San Antonio de Padua, el Señor atado a la Columna y la Sagrada Familia.


 
 
Lo que supuso para los cofrades poder rezar ante Cristo Eucaristía situado como centro de los retablos en los que veneran a sus Titulares Sagrados durante todo el año, sólo es explicable si partimos del sentimiento de que ese Pan vivo que  nos une y nos hace familia y un único cuerpo, venía a llenar, de nuevo, aquellos altares en los que, en la antigua liturgia, llegó a ser consagrado.



 
Felicitar a la hermandad de los Estudiantes por confiar en maese Óscar Menéndez-Quintana el exorno de su retablo con la recuperación, para la contemplación capillita, de las antiguas bambalinas del palio de Nuestra Señora de la Amargura.


 
Tiempos de Octavas Sacramentales que no han de desaparecer, ritual sagrado que confiere a nuestra identidad cristiana una raíz profunda y fértil. Tiempos de Octavas que, salgan o no a las calles, no pueden dejar de ser vividos y asumidos como parte de nuestras identidades.

 
Me siento muy ligado a la Infraoctava del Corpus de la Parroquia de San Miguel Arcángel, celebrada en honor al Sagrado Corazón de Jesús. La fortaleza, el tesón y la templanza de las feligresas de esta Parroquia mantiene vivo una Liturgia que se prende en la memoria andujareña.