miércoles, 25 de septiembre de 2013

ÚBEDA, UNA PUERTA A LA CULTURA

 
Ser Patrimonio de la Humanidad conlleva que la humanidad que puebla la propia Ciudad que recibe tal distinción brote por todos los poros del espacio callejero.
 
Úbeda lo ha logrado, porque a alguien se le ha ocurrido convertirla en página lígnea de su propia literatura. Expresión rotunda de la realidad deseada para la urbe de piedra grabada y, ahora, por fin, maderas escritas.
 
Si no recuerdo mal, fue en la calle Montiel donde nos detuvimos a leer esta medicina para el hastío. No todo permanece siempre igual. No todos hacemos lo mismo.




 
¡Habrá que seguir leyendo!

sábado, 21 de septiembre de 2013

LAS CRÓNICAS MONTOREÑAS

 
Volvemos a la actividad y lo hacemos desde un punto compartido con mis amigos montoreños: su forma de entender la vida según el canon cofrade. Me lo están preguntando ahora muchos compañeros de trabajo y me piden la respuesta razonada de a qué toda esta parafernalia, todo este ceremonial detenido en el tiempo y qué importancia puede tener en nuestro tiempo.
 
Ciertamente, con el paso de los años he ido esquilmando las respuestas, sólo me quedan recuerdos, prendidos al tono sepia del recuerdo, retornando de una media penumbra que es la suma de los días de mi familia, cofrade y de sangre.
 
 
 
 
Mi tiempo son momentos compartidos, imágenes que se repiten todos los años, pero que nunca son completamente iguales, la luz de los candelabros de guardabrisas de nuestra Madre Hiniesta a la salida de calle Francos, el pequeño nazarenito de San Gonzalo que me arrojó un caramelo cuando me vio allí, vencido, sentado en aquella acera junto al puente, ya de vuelta, aquella familia con la que compartí el tránsito de las Cofradías "de centro" del Lunes Santo, después de entablar conversación a la salida de mi Reina del Museo...
 
 
De Montoro me gusta su compromiso, la emoción que invade a un pueblo ante su Semana Mayor, su forma de transmitir el legado, su color de cal y molinaza, su forma de hundir sus raíces en el cauce del Padre Betis, su forma de creer en las Verdades transmitidas.
 
 

miércoles, 4 de septiembre de 2013

CARNE DE SU CARNE II

 
 
Relicario en forma de Cruz, fechado en el siglo XVII, que albergó una reliquia de la Vera-Cruz
 
Es un fuelle, unas jornadas de formación, un recreo, un retiro necesario. Estás fuera de una constante búsqueda virtual, que camina de la mano de la presencia de las maravillas conocidas y de aquellas a las que buscan con intensidad.
 
Cada tiempo de asueto para la familia tiene como recompensa un pequeño tesoro nutricional. Ver lo que los artistas han querido ofrecer a los siglos es un alto honor. Ver lo que guarda nuestra faltriquera es preciso.
 
Ésta sólo es una muestra de lo disfrutado en nuestro Levante. La recarga de ideas, de ilusiones, de intenciones, de objetivos, de actividades, de proyectos,... ¡es magnífica!
 
El Cabildo familiar habla ya de futuras expediciones en los meses de Otoño e Invierno.
 
Cada mañana, el Sol se sorprende al verme caminar a su encuentro. Mis días de trabajo caminan hacia él. Quizás por ello nuestras futuras expediciones de conquista caminarán hacia su ocaso, el rincón donde anidó el Barroco en trémulas hojas de madera y yeso.
 
 
Relicario rococó donde se ofrece a la veneración popular una gota de leche de la Virgen María

 
Virgen con el Niño, de Francisco Salzillo.
 
 
Custodia Procesional barroca.

 
 
 
Paño de hombros empleado en el Ritual Sacramental del Cabildo Catedralicio murciano.

 
San Jerónimo penitente, de Salzillo.
 
 
Crucificado atribuido a Francisco Salzillo.





lunes, 2 de septiembre de 2013

CARNE DE SU CARNE I


No hay expedición que no tenga su trofeo. No hay travesía sin rumbo, porque la bitácora se rasga y se adhiere a la piel y no deja transpirar la duda o el desaliento. No hay emoción sin lugar de reposo.
 
Pronto os contaré nuestro tránsito hacia el Levante.