lunes, 29 de noviembre de 2021

ENTRE CIELO Y TIERRA - LA SOCIEDAD FILARMÓNICA DE LA OLIVA DE SALTERAS, EN ANDÚJAR


De niños, todo lo que nos gustaba, todo lo que era intenso, todo lo bello, tenía su banda sonora en nuestra imaginación, que tarareábamos para hacer que cada instante cobrara mayor intensidad. La música nos hace crecer, nos construye por dentro, crea nuestro hilo argumental. ¡No somos nada sin música!

Vivimos un bucle en nuestro ser el pasado sábado 27 de noviembre. En este ambarino Octubre andujareño, pudimos sentir un nuevo rescoldo de vísperas gracias a la actuación sobre las tablas ya sabias del Teatro Principal de Andújar de la Sociedad Filarmónica de Nuestra Señora de la Oliva, de Salteras, y nos dejamos conducir por su directora, maesa Amadora Mercado Pérez, hermana nuestra de Guadalquivir, Rumblar y dehesas de Sierra Morena y afamada músico que ha hecho suyo el arte de Bernstein, modelándolo a su imagen y semejanza, como los ancestros de su ciudad hicieron con la inconsútil arcilla de su terruño.


Cada marcha interpretada era un aldabonazo a la puerta de nuestra infancia. Cada nota respondía a la perfección al pentagrama de nuestra memoria auditiva.
¡Tantas calles recorridas junto a ellos, tantos momentos de espera para poder gozar de esos minutos de gloriosa conjunción entre música y movimiento! Y para los componentes de la banda de música, tantas y tantas horas de ensayo, de equilibrio entre vida, oficio y estudios, tanto matiz repetido hasta convertirlo en un gesto, en una pulsión, en una respiración asumida y perfeccionada hasta el último detalle.

Disfrutamos esos detalles perceptibles en concierto y que en la calle se ven devorados por la vorágine de imágenes, sensaciones y mecidas: como ese bellísimo aleteo de dedos sobre clarinetes, flautas y viento madera que marca el inicio soñado por el maestro David Hurtado para su plegaria de madrugadas "Como Tú ninguna", con los músicos embocando sus instrumentos con la mirada fija en maesa Amadora, mientras el público mantenía la respiración contenida; O las magistrales indicaciones de tan sin para directora, cuando cerraba las manos frente a sí para contener la melodía y con un leve y grácil gesto de su mano izquierda, daba paso a la interpretación del melódico y dulcísimo trío de "Danos la Paz" por parte de las timbradas y gráciles voces de La Oliva.


Yo crecí entre las enseñanzas de la Banda Municipal de mi ciudad, de Tejera y de la banda de la División. Sus sones acompañaron mi aprendizaje mientras devoraba hojas y hojas escritas. Mi hermano Luis, que sirvió en Soria 9, nos trajo, de aquel glorioso año suyo entre Alcalá y Sevilla, un libro editado por la Región Militar que conservo y reverencio como un encíclica de la devoción de mi pueblo. Me eduqué con "Soria 9" tras el palio de mi Virgen Reina de las Aguas y de los Cielos... ¡y lloré como ese chiquillo que rodea junto a su madre la Plaza del Museo cuando los componentes de "La Oliva de Salteras" recrearon en el Teatro Principal los acordes de "Virgen de las Aguas", del maestro Santiago Ramos!


Emociones que anidaron en las almas cuando el pequeño Rodrigo recibió como homenaje de su cumpleaños cofradiero los compases de una "Coronación de la Macarena", señal preclara de ese manto que le envuelve y le acompañará siempre.
Emoción en el saludo de la directora al dar paso a la interpretación del "Morenita y pequeñita", herencia sonada de toda una devoción y "leit motiv" de este pueblo peregrino al que siempre le temblará la voz al recitar esos versos que nos recuerdan que somos puerta y arco triunfal que da paso a esa cita colgada entre Cielo y tierra.
Una jornada de gozo que se consumió entre las notas de nuestro himno nacional marcando el comienzo emocionado y agradecido de una nueva víspera.

lunes, 1 de noviembre de 2021

LA ESPERANZA ÚNICA RECORRE ANDÚJAR - PARTE 2 - TRONÍO EN LA CALLE FERIA


Soy de Andújar. La quiero, la extraño, la sueño más cuidada, agradezco cuanto hacen por ella tantas personas que también la quieren y lo demuestran con creces. Me duele cuando se le va la piel y hasta la propia carne en determinadas etapas crudas en extremo y me solivianto pensando en traer hasta ella aquellas muestras de cultura y de arte que disfruto en otros rincones de este amplio mundo.


Hoy es un día plenamente andujareño para hablar de una de nuestras dulcísimas Reinas Dolorosas, de nuestro tesoro custodiado en su joyero de plata y romero, de nuestra Madre, regalo infinito de Dios para el mundo entero, de Nuestra Señora de la Esperanza, Madre de Dios, mujer perfecta a través de quien Cristo nos hace llegar su Divina e infinita Providencia y patrona egregia de los toreros.

¡Qué bonito viste nuestra Esperanza! ¡Gracias Óscar, Carmela y a todo el equipo de camaristas por conocerla así, por atender a su peticiones para lucir en toda su realeza!












Mientras degustábamos el tránsito del cortejo, pudimos disfrutar de una maravillosa conversación con una de las madres de una cofrade perteneciente al grupo joven de la hermandad. Mi suegra y ella hablaban de lo bonita que había quedado la calle Feria y aquellos rincones del recorrido decorados por la juventud de Misericordia, Providencia y Esperanza, de cómo se habían levantado bien temprano para instalar el exorno para que éste no sufriera ningún percance en las horas previas y de los momentos de hermandad que les había deparado tanto la preparación de aquellos adornos como la de la "petalá" que pudimos disfrutar en aquella calle, corazón de la vida cofrade andujareña.




¡Y llovieron pétalos de fe desde los balcones de la calle!; ¡Y sonaron marchas de coronación y júbilo!; ¡Y los músicos del quinteto de viento "Ciudad de Andújar" nos invitaron a rezar cantado el "Ave María" y el momento se convirtió, para siempre, en una memoria cofrade sublime y eterna para la ciudad de Andújar!







Tenemos tanto que agradecer a la hermandad por estos días de fe, de religiosidad recibida de nuestros mayores, de arte de los maestros, de esfuerzo y voluntad de los jóvenes, de ejemplo de constancia de quienes cuentan sus años por Martes y Jueves Santos, de quienes, fieles siempre a su hermandad, sirven bajo sus parihuelas con el costal o sobre su hombro, de todos los que acompañaron a la Virgen de la Esperanza siguiendo la guía de su manto, rezando los Misterios del Santo Rosario.

Nuestra ESPERANZA, la que siempre permanece a nuestro lado, la que cuida de los pequeños y cumple las súplicas que le rezan las abuelas andujareñas, la que envuelve a los bebés bajo el arrullo de su muceta de terciopelo del color de la esmeralda. 

¡Bendita Madre celestial, gracias por el precioso regalo de hacernos nacer en esta tierra que Tú quisiste para que fuera tu trono y no cejes nunca de ayudarnos para que hagamos de Ella ese arca sagrada que guarde tu pureza, tu justicia y tu templanza!

LAVS DEO, VIRGINIQVE MATRI