jueves, 26 de mayo de 2011

VEXILLUM CRUCIS II

Y, en la noche del Sábado, aquella primera Cruz cambió para dar paso al pequeño Paso procesional sobre el que la Santa Cruz, revestida en este año, a manera de sudario, por uno de los perizomas de damasco que guarnecen el bendito cuerpo tallado de Cristo atado a la Columna, celebraba esta exaltación de la vida que son las Cruces de Mayo en nuestra Cofradía.

Como exhorno floral, recurríamos a un elemento que está resultando particularmente significativo  para la Hermandad de la Vera-Cruz: esas cuatro piñas de siempre vivas, llenas de sentido nazareno y capillita.

A ellas, hay que sumar la presencia de seis tulipas, dos de ellas sobre los candeleros de orfebrería que brindaron luz a Ntra. Sra. de los Dolores durante su Via Matris, reservando los pabilos que prendían cera blanca de pureza:


Presidía una Cruz de Guía cubierta con una estola adquirida por la Hermandad para exhorno de María Santísima y San Juan Evangelista. Y como escolta de la Cruz, las nuevas hachetas estrenadas este año por la Cofradía:




 La banda... ¡pues ahí los tenéis!: uno de las Tres Caídas y el otro de Presentación de Dos Hermanas,... ¡a elegir!; la Infantil:

y la Grande:


Monaguillos turiferarios,... muy pendientes de lo suyo:

Y la Cuadrilla... ¡pues eso: ángeles Vera-cruceros!


En definitiva, y como diría el Divino Nazareno: "Sinite parvulos venire ad me".

¡Y eso mismo fue lo que hicimos!


Dios nos concede audiencia, junto a su Bendita Madre, desde su Altar de la Vera-Cruz de Andújar.

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