Su nombre lo dice todo y contiene la historia en mayúsculas de la ciudad amurallada. La maestra de las calles es un eje ordenador de la aristocracia local que busca la cercanía del poder y la protección de la muralla. Cordón umbilical para el casco antiguo de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad.
Desde el Alcázar, caminamos por una senda que marca el eje de abscisas andujareño, en su tránsito horizontal, siguiendo el camino del sol desde la puerta que cobijara a la Virgen de la Consolación en su naciente hasta la vieja fortaleza dorada, ahora reducida a su mínima expresión, en cuya memoria deja caer el Astro rey sus últimos rayos.
El Señor de la Paz, Jesús de la Agonía en Getsemaní y Dolores de Capuchinos, Jesús del Gran Poder, Jesús Caído y nuestra Madre de Esperanza, El Señor de los Señores, la Virgen de las Angustias, el Cristo de la Expiración y la Virgen de la Amargura siguen este cauce e infunden a las fachadas de su patrimonio arquitectónico la luz de la Fe de todo nuestro pueblo. La calle Maestra se santigua al paso de Dios y su Madre.
El Gran Poder de Dios bendice las huellas de miles de cofrades iliturgitanos que así lo sienten y así le rezan en el corazón de su feligresía.
Esta es nuestra calle Maestra, este es el viejo corazón de la ciudad a la que amamos.
Y así la saludan los sones de la Agrupación Musical "Ntro. Padre Jesús de La Pasión", de Linares.
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