miércoles, 6 de octubre de 2021

VIVIÓ AMANDO A TODOS - BEATA MARÍA ANA MOGAS FONTCUBERTA. 25 ANIVERSARIO DE SU BEATIFICACIÓN


    "Afianzad, Señor, y asegurad los pasos que he comenzado a dar en el camino de vuestro servicio de tal forma que ninguna cosa de este mundo sea capaz de dar mis pies atrás".

    Con esta determinación afronta la Madre María Ana Mogas Fontcuberta sus primeros pasos en Ripoll, habiendo renunciado a la situación social que le ofrecía su familia, abrazando el ejemplo de entrega a Cristo de las máximas de amor, dedicación, humildad y pobreza del hermano San Francisco de Asís y alzando la bandera de su vocación para crear un instituto religioso que acerque la bondad, la cercanía y la educación a quienes se vieran privados de estas humanas necesidades en cualquier momento de sus vidas, tanto de manera material como espiritual.

    La beata María Ana Mogas, de quien hoy celebramos el gozo del 25 aniversario de su Beatificación por San Juan Pablo II, es ese abrazo permanente de tantas generaciones que recibimos de ella su amor, su impulso, la virtud de su ejemplo y la fortaleza y serenidad de su entrega absoluta.

    El amor a Dios es una bendición que se irradia, pues no entendemos gozo mayor que aquel de quien se entrega al Bien supremo. El maravilloso don que hemos recibido de beata María Ana Mogas está en que su ejemplo, su esfuerzo y la vocación de sus hijas, nacida de ese carisma que ella supo imprimir a su Instituto, nos impulsan a todos los que hemos recibido la bonhomía de su obra, a intentar manifestar nuestro amor a Cristo con la alegría, la entrega y la felicidad de quien sabe que podemos construir un mundo mejor si somos conscientes de que este es un bien que hemos de compartir para que adquiera la plenitud de su significado.


Misa de campaña en la casa de espiritualidad de Tablada

    En este primer cuarto de milenio que llevamos vivido, cuando la cultura del emprendedor se eleva como bandera cierta que nos permitirá crear un mejor futuro a través de la búsqueda de nuevas ideas y de la actividad que se emprende a través de la propia vocación, ¡y, en la mayoría de las ocasiones, buscando la receptividad de quienes nos acompañan en nuestra comunidad y confían en nuestras ideas inyectando esa ayuda financiera siempre necesaria a través de técnicas como el "crowdfunding", el ejemplo recibido de beata Madre María Ana, como el de tantas religiosas fundadoras de institutos entregados al servicio de los demás, creados durante aquella otra difícil época como lo fue el final del siglo XIX, nos demuestra el supremo valor de este amor manifestado a Cristo, por el que se es capaz de abandonarlo todo para entregarse a quienes están faltos de todo.

Por las sierras alrededor de la casa de Tablada

La atención a quien no ha conocido la dulzura y la protección de una caricia y de la cercanía de los seres queridos, el consuelo para quien se encuentra solo cuando la edad ya vence sus fuerzas, la dignidad de recibir una educación que brinde herramientas para vivir en sociedad a quien, de otra manera se vería falto de ellas son parte de los aspectos que beata María Ana quiso acercar a toda aquella sociedad que discurría a su lado falta de todos estos derechos que hoy día sabemos inalienables. Esta muestra de dedicación sigue viva y transpira esperanza, amor y caridad verdaderas en el seno de cada comunidad educativa perteneciente a la Fundación de Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor. Y estos valores se muestran, profundos e inalterables, en el carácter y la vida de aquellas personas que han podido disfrutar de su labor de entrega en el seno de cada colegio y cada casa de la institución a la que han tenido la dicha de pertenecer y con quienes han caminado durante una parte de sus vidas.

    En las crónicas recogidas sobre la vida de la Madre y su carisma manifestado entre sus colegialas, se recoge la bondad de sus gestos expresándolo de esta manera:

    "Las amaba con verdadero amor de madre; procuraba hacerse. la encontradiza con ellas, les ponía la mano en la cabeza, se miraba en su rostro como en un espejo".

    A nosotros con corresponde ahora el privilegio de tenerla y sentirla a ella como bendito ejemplo de amor, de humildad, de servicio y de caridad verdadera.


LAVS DEO VIRQINIQVE MATRI

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