lunes, 6 de marzo de 2017

NOS AUTEM GLORIARI OPORTET IN CRUCE DOMINI NOSTRI JESU CHRISTI

"Nos autem gloriari oportet in cruce Domini Nostri Jesu Christi: in quo est salus, vita et resurrectio nostra per quem salvati et liberati sumus."
 
"Nosotros debemos gloriarnos en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo, en el cual está nuestra salud, vida y resurrección, por quien hemos sido salvados y liberados." (Gálatas 6, 14)
                                                                                 
"Deus misereatur nostri, et benedicat nobis: illúminet vultum suum super nos, et miseratur nostri."
 
"Apiádese Dios de nosotros y bendíganos, ilumine su rostro sobre nosotros y compadézcanos." (Salmo 66, 2)
 
Con la rotundidad de las palabras de San Pablo comienza el Introito de la Misa IN COENA DOMINI en los oficios del Jueves Santo.
 
Aquellos oficios, en mi infancia, tuvieron la bóveda de ojiva de San Miguel Arcángel, de Andújar, como tornavoz para la Palabra formulada por un Cristo Nazareno que nos anunciaba un nueva vida.
 
Durante mi edad de zagal, sería la iglesia de Santa Cruz, en la sevillana calle Mateos Gago, la que me mostrara el significado de la entrega absoluta con el traslado del Cristo Eucarístico al Monumento que lo reservaba en aquella noche llena de palabras, imágenes, luces, sonidos, olores, sensaciones que colmaban la imaginación de un chaval que se encontraba, frente a frente, con la magnitud de un mundo siempre en vísperas.
 
 
Jueves Santo: Luz de Luz,... ¡absolutamente irrenunciable! Y en Andújar, el Jueves Santo es portal abierto de par en par, diálogo de Cristo con sus gentes: Sentenciado en el pretorio de Santo Domingo, recibiendo su Cruz al hombro en la Iglesia del Arcángel "quis sicut Deus" y cayendo bajo su peso por tres veces al suelo en las calles de la Judería.
 
Fotografía: Víctor Castro
 
Fotografía: Víctor Castro
 
Fotografía: Salva Marcos
 
Fotografía: Salva Marcos
 
Fotografía: Salva Marcos
 
Fotografía: Salva Marcos
 
Fotografía: Carlos A. Gálvez
 
Majestad al andar de la Madre de Dios, en su permanente Buen Remedio y bajo su Esperanza infinita. Dos palios del Cielo que caminan por Ollerías. Uno, calado en sus mallas, juega a atrapar soles de miel que doran las juncias eucarísticas para el tiempo de Pascua. El otro, que no conoce el temple de ese mismo Sol sobre sus flecos, va atrapando lunas de plata para que cobijen su dogmática Gloria Asuncionista.
 
Fotografía: Carlos A. Gálvez
 
Fotografía: Carlos A. Gálvez
 
 
Fotografía: Carlos A. Gálvez
 
Fotografía: Carlos A. Gálvez 
 
Arcángeles custodios desde el taller cordobés de un imaginero costalero se han venido a escoltar al Señor del Gran Poder. La oración de nuestras abuelas se hace jaculatoria letífica para el Cristo de las Almas que sueñan hacer de este, un mundo mejor y más justo. Y las promesas se arraciman tras la huella firme del Señor que camina.
 
 
Fotografía: Carlos A. Gálvez
 
Fotografía: Jorge Rodríguez Toribio
 
Fotografía: Jorge Rodríguez Toribio
 
La dulcísima mirada de Cristo Misericordioso busca la respuesta de su pueblo, que ante Él, se santigua, prometiendo no volver a permitir que sea el propio Dios quien haya de cargar con nuestras dificultades de cada día, pues, siguiendo su ejemplo, será nuestro andar firme, continuado, con la gallardía de cristianos orgullosos de serlo y demostrarlo en todo momento.
 
Fotografía: Carlos A. Gálvez
 
 Fotografía: Juan Carlos Expósito Romero 
 
¡Y una Esperanza de seda, con las lágrimas que resbalan por esa tersura inmaculada de una piel soñada por maese Enrique Pariente Sanchís, dejará Andújar dispuesta para una nueva noche de vela junto a Cristo Sacramentado, al que siguen visitando los andujareños en los Monumentos alzados en nuestros conventos y parroquias!
 
El Jueves Santo es la Luz que nos inunda para entender mejor el auténtico significado de la Semana Santa.

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