jueves, 29 de septiembre de 2016

CUARTELILLOS

 
¡Ya tienen el incienso incrustado en las paredes! Cada cuadro, cada recorte de prensa, cada objeto de recuerdo, cada cabo de vela, cadar rizo en sus cortinas,... guardan ya una memoria irrepetible para sus pobladores.
 
 
¡Este es el tiempo que les es más natural, porque es el momento en el que mejor saben las vísperas! Todo tiene color de atardecida equivocada de Primavera. ¡Y parece que el frío viene a decirnos que pronto sacaremos los trajes para ir llenando nuestros altozanos de Cuaresma!
 
 
Es la conversación que no tiene pausa, que se auto-alimenta a si misma. Son los dejes de una cadena que va enhebrando ideas, sueños, proyectos, recuerdos (buenos y menos buenos), sainetes, óperas, poemas sinfónicos y marchas reales que nos mantienen en una tibia duermevela.

 
Los que están en plena efervescencia,... junto a aquellos que yacen yerrmos, ausente ahora el alma que los desbordó y alimentó su razón de ser, su significado, sus singularidades,... ¡su verdad auténtica, aquella que tan difícil de entender resulta para "toda persona ajena a esta obra"!
 
 
Suelen ser los de etiqueta roja,... ¡aunque hay una tirada de etiqueta blanca y verde que se ha sabido hacer su sitio en estas "Vitaltecas"! Están presentes sobre el mostrador de campaña, identificados con jirones sobre sus etiquetas. Van y vienen en un bendito trajín de emociones verdaderas.
 
 
 
La imagen de los televisores muestra canastos tallados, orfebrería tintineante, nubes de incienso, racheos en esquinas mil veces reviradas, "levantás al Cielo" amortiguadas por miradas costaleras anhelantes de ceñir de nuevo el ropón del esfuerzo...
 
 
Callejean sus usuarios hasta llegar a ellas; sus moradores se apoltronan en sus esquinas, repitiendo, una vez más, aquella legendaria historia tantas veces vivida; los niños juegan ya a ser parte de estos espacios sagrados, aprendiendo cada una de las normas no escritas que organizan esta vida, voluntariamente elegida.
 
 
Se respira el olor a los productos empleados durante el trajín de las Priostías. Las cristales protegen y muestran, a un tiempo, los sueños alcanzados, las maderas veneradas, los metales "reliados" en sus transparentes escudos de vísperas.
 
 
El legado transmitido se asume, se entiende y se conoce, haciéndose uno con esta historia salvada, enriquecida, fortalecida y puesta en valor dentro de la ciudad.
 
 
¡Algunas se echan en falta, pues restaban visitas por realizar y tardes de ensayos de las que disfrutar en compañía de auténticos amigos y admirados maestros!
 
¡Pero ninguno de estos "Cuartelillos" cofrades desaparece!,... ¡puede que haga un receso en su actividad,... mas... su memoria permanece adherida a lo que somos y a lo que seguiremos siendo,... nos busquen las cosquillas por donde nos las busquen!
 
Así pues, y como Dios quiere que sea: ¡COMPAÑEROS, DISFRUTAD DE LAS ETERNAS VÍSPERAS CUARTELERAS!
 

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