sábado, 12 de julio de 2014

EL SENTIR DE UNA MADRE XVIII - ESTÍO 2014 (PARTE 1ª)

Tratar a la Virgen de Madre nos hace la vida más apacible. ¡Así tiene que ser! Venerarla ante las distintas Imágenes benditas que la honran y la saludan bajo las más diversas y bellas advocaciones es un privilegio de nuestra tierra, de nuestra cultura, de nuestro legado. Ha sido así durante siglos y así lo sentimos.
 
¡Admiro a todo aquel que se sitúa ante la Imagen de la Virgen, a la que tantas y tantas personas se dirigen para encontrar consuelo, y comienza ese ritual detallado y preciosista por el que responde a lo que la Imagen le dicta! ¡Estoy seguro de ello porque he visto cómo ocurre!
 
Me fascina ver al vestidor que llega ante la Señora, musita una oración, comienza a disponer cuanto precisa en el lugar más próximo a sus manos, y comienza su labor, lentamente, como si el tiempo fuera el alfiletero que le acerca la camarista y cada alfiler fuera un segundo, un minuto, una hora...
 
He visto como llega el momento de modificar un detalle... ¡o un tocado entero! Pero siempre hay ideas suficientes, opciones, pliegues conocidos. También he visto fijar el primer alfiler prendiendo el primer pliegue y definir sobre el rostro de la Santísima Virgen un marco precioso para la belleza soñada por el imaginero.
 
A ellos, mi más sincera admiración por cuanto sueñan, por lo que realizan y por lo que provocan entre quienes nos detenemos a rezar ante la Madre de Dios.
 
Retornemos a estas etiquetas dedicadas a los cambios de terno que la Santísima Virgen vive en nuestra ciudad de Andújar en este tiempo de estío.
 
 
María Santísima de los Dolores, de Vera-Cruz

 
Santísima Virgen de la Esperanza

 
Nuestra Señora del Rosario

 
Nuestra Madre y Señora del Mayor Dolor

 
Santísima Virgen del Carmen

 
María Santísima de la Cabeza, de la parroquia de Santa María

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