Imagen de la segunda salida procesional de la Cofradía de la Santa Vera-Cruz andujareña después de su reorganización. Jesús atado a la columna, sobre el Paso procesional creado readaptando las antiguas tablas talladas de Pasos anteriores e iluminado por los cuatro hachones donados por la familia García Aldehuela, cruza la puerta gótica sur del templo de San Bartolomé.
Ya han pasado unos cuantos años, como podéis ver por el cambio sufrido en la moda andujareña.
Recuerdo que, una semana después, en el bar de las "Perolas" (cuando éste se encontraba en la calle Serpiente), Maudilio Moreno Almenara me convencía de que me hiciera hermano de la Cofradía, hablándome de los proyectos que esta Hermandad se preparaba para llevar a cabo.
Así lo hice, y he podido disfrutar y participar, durante estos años, en la ejecución de todos estos estrenos realizados gracias al impulso de los hermanos y hermanas de la Vera-Cruz andujareña. Todo aquello de lo que hablamos se ha hecho realidad.
Corría el año 1996 cuando la Cofradía de la Santa Vera-Cruz alzaba este Altar para saludar el paso de Jesús Sacramentado. Estamos en la calle de San Francisco, cerca del emplazamiento del viejo convento franciscano que fue sede de la Cofradía durante más de cuatro siglos. Frente a este solar donde se alzaron los Altares Sacramentales de la Cofradía de la Vera-Cruz durante bastantes años, se ha dispuesto en este de 2011 el primer Balcón adornado para esta Conmemoración Eucarística en nuestra ciudad. Una vez más, la Cofradía de la Santa Vera-Cruz ha abierto camino al sentir cofrade andujareño.
En aquel 1996, la Cruz aparecía centrada en el dosel creado por la Cofradía con la idea primera de servir de Altar de Cultos en el presbiterio de la parroquia de San Bartolomé. Diferencias con el párroco no permitieron que así fuera. En su lugar, fue usado para estos Altares de Corpus.
La alfombra de serrín con la locución: "Haced esto en conmemoración mía", escrita en latín, traerá a los Veracruceros recuerdos de esfuerzo y de largas madrugadas, que, terminada la Procesión y una vez recogido todo este miriñaque de sueños, eran seguidas por los míticos "raticos de enmedio" que tenían lugar en el eterno "Pilatos" y que siguen ocurriendo en su nobilísimo y ya avezado heredero: el "Pilatos chico" de la calle Tiradores.
Esta es la huella que hasta ahora ha imprimido el SER VERACRUCERO ANDUJAREÑO. ¡No me digáis que no son bellos estos recuerdos!
Bonita historia amigo Manuel. Da gusto entrar en este blog y poder apreciar aspectos tan maravillosos. Se aprende mucho. Un fuerte abrazo desde la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Gracias a ti, Pepe, porque tus comentarios dejan bien claro que esto del capillismo digital es como pasarse el año de Besamano en Besamano... ¡lo que para nosotros tiene que ser la Gloria bendita!
ResponderEliminarUn fuerte abrazo, amigo mío; disfruta de esta solemnidad de la Virgen del Carmen y, como te sé de Triana, que Santa Ana vele siempre por ti y por toda tu familia.