Pasear por el corazón de la ciudad primigenia, en estos compases del tiempo, no deja de suponer un desgarro para las expectativas del amante de las obras de arte. ¡Qué os puedo decir que siento cuando mis pasos me llevan hasta el viejo Altozano del Convento, frente al compás del desamortizado templo de Santiago, ahora convertido en almacen y depósito alimentario! Desolación es la única palabra que encuentro.
La cartela que saluda a Santiago como patrón de España y los leones armados con la encomienda de Santiago, nunca mejor utilizada en su interpretación como férrea y tajante tizona, se convierten ahora en una heráldica más propia de supermercado que de la noble cuna de los Caballeros veinticuatro de la ciudad, ahora desamurallada y derribada en su grandeza por la estulticia de los tiempos modernos que nos tocó vivir.
Memorias derruidas del templo de Santiago, rezos de Completas ahora silentes y olvidados, que las Madres Franciscanas visitadoras de enfermos elevaron a Dios frente al lienzo del Santiago guerrero pintado por Manuel Aldehuela. Goteo de cera y sangre de una penitencia cuaresmal llevada a cabo por los cofrades del Señor atado a la Columna. Postigo que lleva aún el nombre del Convento de Clarisas que en, este Altozano, dejaron la caridad de su humildad franciscana.
¿No serán capaces, entre Iglesia y Ayuntamiento, de ponerse de acuerdo para alojar este almacén de Cáritas Interparroquial en un lugar más indicado para esos menesteres y devolver a Santiago sus funciones culturales como lo demanda la factura de su fábrica de ladrillo plano y piedra molinaza?
Llegados a este punto y frente a este relieve del León coronado y armado, no me puedo resistir a hablaros de una nueva idea de diseño cofradiero, porque parece que ya la veo hecha realidad coronando una vara.
Y es que, imaginad este león realizado en bulto redondo, sobre soporte de metal (me vale el metal plateado, pero yo lo dejaría en una impronta de bronce), como remate de la vara del estandarte de la Cofradía de Ntro. Padre Jesús de la Columna, Ntra. Señora del Mayor Dolor y Señor Santiago Apóstol.
Esta bandera de Cristo Rey que forma parte del cortejo de la cofradía sevillana de San Esteban me sirve para brindaros una idea sobre el modelo de estandarte del que os hablo. Fijaos, especialmente, en el tipo de vara.
En cuanto al tejido, y teniendo en cuenta que en las armas de la cofradía habría de figurar la Cruz de Santiago, de gules, podríamos contemplar un tejido blanco crudo o uno azul turquí, lo que la Hermandad considerase oportuno. Este último color sería más adecuado, quizás, si contemplásemos la idea de un cuerpo de nazarenos vestido totalmente de blanco.
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