Dejemos que las claves del Gótico en Andújar nos guíen. Lo llevan haciendo siglos, mientras siguen saludando el paso de nuestras cofradías, cuando la luz de hachas de cera arranca de su ser de piedra tintineantes señales de vida.
En la calleja de Valdivia, el ángel sobre la ojiva protege las armas de la curia durante cuyo ministerio se llevaron a cabo los trabajos sobre la fábrica goticista del templo de San Miguel Arcángel. Un ángel más para guardar a sus cofrades y feligreses.
Cono señal de anacronismo, ya asumido por el infamado templo de Santiago, que tantas afrentas viene aguantando desde su "restauración", una vieira peregrina, de blanca piedra, asalta el reducto de la rojiza molinaza que da rigor y prestancia a la portada conopial.
Este elemento se ha convertido en otra seña santiaguista para este templo que contiene una interesantísima heráldica propia de la orden del Santo Protector de las Españas de la que hablaremos de aquí a pocas fechas.
Y del centro... al Arrabal de San Bartolomé y a la ojiva del templo que mira hacia el norte, hacia la dehesa, hacia las posesiones calatravas... y sobre cuyo arco conopial, como remate de rojas arquivoltas, figura esta representación humana de una figura que parece estar con las manos cruzadas sobre el pecho en señal de sumisión, de aceptación, de oración asumida, de reverencia callada...
Un buen amigo y maestro -uno de nuestros rescatadores de historia- me hablaba de él como de un posible "bafomet", esa efigie de huella cabalística que, quizás también coincida con la representación antropomórfica en el chaflán que contiene la Iglesia de Santa María en la esquina que da a la plaza de igual nombre. O tal vez, esta última figura de Santa María sea un maestro de cantería que quiso quedar inscrito en la longevidad que su obra alcanzara...
Este escultura pétrea andujareña me recuerda al personaje recogido en la esquina del friso gótico en la catedral de Jaén. En el siguiente enlace, encontraréis un artículo acerca de las simbologías heredadas por quienes habitamos esta tierra, llena de mitos y leyendas:
No podemos dejar a un lado el hecho de encontrarnos tan cerca de la localización de ese "bafomet" que concita en torno a él a tantos viajeros. Me refiero al que se encuentra sobre una de las portadas de la iglesia de Santa María, de Arjona, y que podéis ver sobre estas líneas.
Maravillosa senda, que tanto dice del saber de quienes nos precedieron y que tan jugosamente han sabido aprovechar nuestros escritores coprovincianos.
Esta es la representación clásica de esta figura "iniciática": una cabeza barbada situada en las entradas de los templos o sobre las claves de sus arcos y bóvedas maestras. Y este es, precisamente, el lugar donde podemos encontrar relieves de este tipo recreados durante la centuria del XVI en las iglesias andujareñas de Santa María y San Bartolomé, en cuya nave de la Epístola encontramos este coronamiento del arco que continene tan apabullante ventana abocinada:
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