Ntra. Sra. del Carmen. Parroquia de Santa María
Sagrada Familia (Bendito Patriarca San José). Parroquia de San Bartolomé
Santa Cecilia. Parroquia de Santa María
San Antonio de Padua. Parroquia de San Bartolomé
El momento que viven las Hermandades Letíficas y Patronales de nuestra ciudad de Andújar es un cúmulo de circunstancias que hacen que debamos detenernos, por un tiempo, para meditar en su pasado, en los derroteros que han ido siguiendo en los últimos años y en su incierto futuro.
A manera de proemio, he querido traer a vuestro recuerdo estas cuatro cofradías, cuyas Imágenes veneradas permanecen ya detenidas en sus altares y retablos durante los días de su memoria litúrgica. Las más afortunadas, aún abandonan su peana de camarín para recibir la veneración de sus fieles durante la celebración de Cultos consagrados a su memoria, ocupando lugar preferente en el presbiterio parroquial.
Sobre este pasado, el futuro, en cambio, nos habla de dos futuras Glorias, una de ellas nacida de una Imagen mariana conservada en nuestra ciudad y que llegó a nosotros a inicios de la década de los 60 del pasado siglo. La otra, será fruto de una donación de cofrades.
Mientras, en la memoria colectiva quedan procesiones de tiempos de Gloria con Nuestra Señora del Carmen, desde el bello templo, ahora sala de audiciones, de Santa Marina; o las salidas procesionales de esas dos cofradías que, en San Bartolomé, rendían veneración, por un lado, al grupo escultórico de la Sagrada Familia, dando especial relevancia a la figura del Patriarca San José (cuyas banderas exornan, en la actualidad, el presbiterio del templo); y por otro, aquella hermandad que rendía culto a la tierna Imaginería de San Antonio de Padua con el Divino Infante entre sus brazos (aún para su fiesta de regla, un ramo de flores perfuma la efigie del Santo franciscano, mientras que la Imagen del Niño Dios al que da cobijo recibe la veneración de los fieles del barrio durante la Pascua de su Natividad).
Lo decía en anteriores entradas y ahora lo reitero: hemos de felicitar, de manera encarecida, a los cofrades que están haciendo cuanto está en sus manos para rescatar el sentido procesional de la Cofradía de la Divina Pastora de las almas andujareñas, allá por Capuchinos, porque en ella se refleja la identidad de las Hermandades de Gloria de la ciudad.
Hay una idea que retomaremos en otras entradas y que pretende ser una solución para la continuidad y esplendor de nuestras Hermandades de Gloria: ¿y si nuestras Hermandades de Penitencia se adhiriesen a estas cofradías de tiempo de Pascua para compartir patrimonio, engrandecer la veneración a sus sagrados Titulares a través del aumento de cofrades, y extender el concepto de hermandades de barrio? De hecho, hay casos en los que vemos que esto, en cierta manera, se está llevando a cabo... Iremos hablando de ello.
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