miércoles, 3 de abril de 2024

TRES CABALLEROS: DON JUAN JOSÉ ARMIJO MONTESINOS, PREGONERO DE LA SEMANA SANTA DE SANTISTEBAN DEL PUERTO EN 2024


"Sé que no has ahorrado tiempo, trabajo y esfuerzo [...] en detalles que no saldrán a la luz pública, pero que solo tú y el Señor conocéis." Así presentaba doña María Dolores Castillo Requena al pregonero para la Semana Santa de Santisteban del Puerto en este año de 2024. Y lo hacía con profundo conocimiento de causa, pues la vida, la manera de ser y la constante actividad evangelizadora y cultura de maese Juanjo Armijo Montesinos, junto con su esposa, su hijo y sus miles de hermanos y hermanas en la fe está plagada de estos momentos de encuentro con Cristo que son el más bello regalo que brinda Dios a través de su Providencia.

El oficio de maestro tiene como instrumento y fin a un tiempo transmitir la importancia de APRENDER para construir la propia existencia. La condición de pregonero lleva en si misma esa llamarada para quien escucha el pregón de querer saber más, de saberse contenido en él, de seguir construyendo ese mensaje recibido de acuerdo a como le fue transmitido y como debe ser legado a quienes le sigan.

A don Juan José Armijo Montesinos estos dos oficios le cuadran como un perfecto par de guantes, hechos a medida a base de su esfuerzo, su trabajo, su estudio, su investigación y su formación en la fe, como cristiano y como catequista que la sigue comunicando con cuanta realidad, liturgia y confianza este don recibido de Dios lleva consigo.

Como un niño, ¡pero grande,... muy grande!,... nervioso al tiempo que imparable frente al atril, alzando las manos como buen músico, para acompasar su palabra, la voz y el gesto que comunicaron a su familia y a sus paisanos santistebeños su orgullo por pertenecer, eternamente, a aquel sagrado rincón donde María Santísima quiso su morada, coronando aquel bendito Collado para la fe de toda su comarca. 

Maese Juanjo no ha demostrado, una vez más, que es maestro que no olvidará nunca todo lo que como alumno aprendió, aprende y aprenderá. Maravillosas han sido sus alusiones a la música a lo largo de todo su pregón. De aquel chiquillo que comenzó empleando una caja de quesos como tambor a este compositor de la música y del verso que con el ritmo, el compás, el tempo y contratiempos precisos, entre notas, acordes y calderones le compuso a la tierra donde sus padres le dieron la vida una bellísima marcha sinfónica pregonada, a la que dio por nombre RESURREXIT SANTISTEBEÑA.

 La rememoranza de los niños que entraban a probarse los trajes que ilustran los pasajes biblicos. que acompañan a Cristo en su entrada en Jerusalén, llevaron a Juanjo a pedirnos, con vehemencia y con el vivo ejemplo de sus actos, a que luchemos siempre por Cristo, con actitud enamorada, con la voz que vibre y con la sonrisa como sólido argumento de nuestra absoluta confianza en Él. Así nos lo fue reiterando en una palabra certera que repitió a lo largo de su plática: "¡Hermano, sal a evangelizar!"


Sus memorias de su vida en hermandad en su tierra natal y en sus cofradías, así como en nuestra capital del Santo Reino donde la vocación y el servicio llevaron a su familia, se vieron reflejadas en un hermoso principio, por desgracia, tan poco valorado en nuestros días y que el pregonero sostiene, mantiene y demuestra: "Me tocó cuidar de otros, como antes cuidaron de mi,... ¡como está mandado!"

Nos hizo partícipes el pregonero de la rica tradición que la fe cristiana sostiene y contiene en su pueblo, con la fundación de aquella cofradía de la Vera Cruz en aquel año de 1578 como referente de la vida en cofradía, rotundo manifiesto de confianza y compromiso que nuestra tierra demuestra como forma de pertenencia a la Iglesia y como manera de mantenerse atenta a las necesidades de los hermanos y hermanas.

No se dejó ni una sola flor sin cuidar con sus palabra: la figura de don Jacinto Higueras y la esencia que de DIOS regaló a su pueblo a través de su reflejo contenido en el Divino Nazareno; de pedir que no olvidemos nunca la fe que resiste al dolor y la postración, pidiendo con total acierto para que sea pronta la santificación del periodista don Manuel Lozano. Y personifiicó a todas las madres como reflejo de la Santísima Virgen de los Dolores, cuando han de enfrentarse al dolor de compartir la enfermedad de sus hijos, de sufrir ese dolor de verlos salir a un mundo que en tantas ocasiones asusta por su inseguridad y su falta de coherencia, de luchar por ellos cuando el trabajo les falta y la necesitad les agobia. Y a todas nuestras madres las supo refugiar entre el abrazo protector de la Viren de los Dolores, a Quien proclamó como "LA MADRE DE TODAS LAS MADRES Y MADRE DE TODA LA TIERRA."

Recordando todos los problemas que viven nuestros pueblos. nos recordó el consejo que siempre recibimos de la Santísima Virgen María: que cumplamos con el dictado de Jesucristo de amarnos unos a otros, acabando así con todas nuestras absurdas miserias.

No le faltó al pregonero recordar a la Santísima Virgen de las Lágrimas, solicitando para Ella su culto y su presencia entre su pueblo santistebeño.

A lo largo de mi vida, he llegado a conocer las conmemoración de nuestra fe durante los días de la Semana Santa en mi Andújar, en Sevilla, en Córdoba, en Jaén, un Vierrnes de Dolores junto a la suprema Reina de Arjona, un Domingo de Palmas en Calanda, a causa de mis días en aquellas aulas turolenses, y un Viernes Santo junto a mis hermanos nazarenos de Arjonilla, donde tuve el inmerecido privilegio de ayudar a desenclavar a Cristo de la Cruz y trasladarlo al sepulcro, que habría de quedar vacío al tercer día.

¡No he vivido la Semana Santa en más lugares que estos! Pues os puedo decir que gracias a la palabra del pregonero maese Juanjo Armijo Montesinos, ha despertado en mi el deseo de conocer esas calles que narra, esos momentos junto a Cristo y a la Virgen María rememorando su Pasión, Muerte y Resurrección a la manera en la que la viven las buenas gentes de este pueblo jiennense, protegido eternamente por la infinita Mediación ante Dios de María Santísima del Collado. 

Puedo decir, con total certeza, que el pregonero ha cumplido con su objetivo de proclamar la fe de sus mayores y las raíces profundas desde las que esta crece en su población de cuna.

¡Enhorabuena, maese Juanjo, por cumplir la labor que te fue confiada!






 

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