lunes, 11 de abril de 2011

LINAJE, SANGRE Y CASTA ANDUJAREÑAS I

La premisa del buen pregonero, no me cabe la menor duda, es la de llevar en su ser lo que dice. Ángel Custodio Ruiz Morcillo así lo ha demostrado por cuarta vez en nuestro pueblo.

El Pregón para la Semana Santa de Andújar que nos entregó el pasado sábado, día 9 de abril, constató la lógica que debe concitar la obligada relación entre las Cofradías y las autoridades y que no es otra sino estar a lo que estamos: la defensa y puesta en valor de nuestro pueblo. Cultura y fe, en esta Muy Noble y Muy Leal Ciudad, llevan siglos de la mano, por la más pura lógica de nuestra crianza.

Así lo dejó muy claro Maese Ángel con su Saluda inicial a la ciudad, canónico principio de todo Pregón que se precie, que hasta el propio Barbeito así entendió. Ángel nos presentó a una Andújar lozana, joven, en el esplendor de sus años y en la certeza de que los restos de su belleza que aún disfrutamos, sólo ella los ha sabido conservar (porque si tiene que ser con la ayuda de las autoridades, estaría hace años interna en algún centro especializado).

Buen pregonero el que declama cara al tendido, con las manos encadenadas a cada verso y a cada compás de la prosa poetizada. Así lo demostró Ángel acompañando el tempo de sus primeros versos con adecuadísima cadencia, gesticulación contenida y torera y el don natural de una voz calmada, que te va mostrando imágenes con la luz necesaria.

Y tras el Saluda y la mención a ese necesario entendimiento que debe de hacerse real de inmediato entre el Ayuntamiento y el mayor dinamizador cultural de la ciudad, es decir: EL MUNDO COFRADE, Ángel, tal y como nos dijo en la entrevista realizada para el boletín LIGNUM CRUCIS, de la cofradía de la Santa Vera-Cruz (creo que uno de los pocos medios de comunicación, si no el único, que dedicó un tiempo previo al pregonero... ¡así nos movemos en este mundo de nuestra Semana Mayor!) paseó por la ciudad, barrio a barrio, encontrándose con ella y con su realidad más cercana y permanente: SUS COFRADÍAS, las que le dan vida durante todo el año.

Desde la figura de Cristo Yacente y su canon procesional tan propio, pasando por la herencia Madre e Hijo presente entre las Imágenes de la Soledad y de Cristo llevado al Sepulcro, presentándonos la seráfica Letanía maternal dedicada a Nuestra Señora de los Dolores, soñada junto a San Juan el Evangelista bajo su Palio, o la invocación a Dios, como el bendito Nazareno o esa interpretación, en barrio y arcilla, del Cristo de la Expiración, el pregonero siguió su deambular por una, a veces desconocida, Andújar penitente y llena de arte.

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