Jesús, caído en tierra, por tu inmensa compasión, borra nuestras culpas, tal y como nos enseñaron los salmistas que adoraron primero al Dios de nuestros padres, y ten Misericordia de nosotros.
Jesús, caído en tierra, encumbrado sobre la mesa de tu Altar de Cultos ante tu Madre de Esperanza, ten misericordia de nosotros.
Jesús, caído en tierra, para quienes elevaron sus oraciones en tu viejo barrio, entre iglesias de piedra molinaza y palacios de cal y reja, ten Misericordia de todos ellos.
La conmemoración de la declaración pontificia del Patronazgo de Nuestra Señora de la Cabeza en la Iglesia de Santa María la Mayor y en plena Cuaresma, privó a Nuestro Padre Jesús Caído de recibir la veneración de sus fieles andujareños presidiendo la celebración eucarística de los días de su Triduo desde el Presbiterio del templo Asuncionista.
Cuando llegue su tiempo, hablaremos de calendarios. Ahora, en plena Cuaresma, el tiempo de que disponemos es debido por completo a nuestras Hermandades de Penitencia.
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