Desde mi última visita a Jaén, tenía en mente crear una entrada en relación a este tema que hoy abordamos, pero, hace apenas unos días, maese Juan Laguna dio respuesta a mis dudas con un artículo en la sección del Diario Jaén destinada a la participación de los lectores.
Os cuento. En mis visitas a nuestra capital provincial, mi zona de aparcamiento sigue siendo el compás del Salvador y mi tránsito de ascenso al centro administrativo de la ciudad me lleva siempre ante el viejo recuerdo del edificio de la Escuela de Magisterio. Hasta allí acudía para leer los versos de maese Pedro López compuestos en memoria de la peregrinación de buena parte del mundo cofrade al encuentro con María Santísima de la Cabeza durante su permanencia en la Santa Iglesia Catedral giennense.
En una de mis visitas me preocupó la falta de tres de sus azulejos, siendo en mi penúltima visita cuando ya no encontré ni azulejo ni marco de forja. Con la idea de preguntar sobre el destino de este azulejo en una entrada del blog, leo en el Diario la noticia a través de la que se nos informa del origen del azulejo, de la premura en el tiempo para su primera realización, de la retirada de lo que quedaba de él para su sustitución y de la creación de un nuevo azulejo, esta vez de la mano del artista cofrade que mejor podía llevarlo a cabo: maese Pedro Palenciano Olivares. El artículo se acompañaba de esta fotografía que ahora reproduzco y que nos muestra la elegancia en el trazo y la calidez en los versos. La luz de sus esmaltes llenará la capital de Santo Reino de una perfecta muestra del arte que aún conserva Andújar.
Visto todo esto, se despierta mi anhelo para animar al Ayuntamiento, a la Cofradía Matriz, a las comunidades peregrinas o a cualquier entidad que todavía pueda llevar a cabo este tipo de proyectos, para que cualquiera de ellas, o todas ellas en peregrina hermandad (si fuésemos capaces de lograrlo), crearan, para Andújar, un azulejo conmemorativo que nos recordase, de manera permanente, las Glorias vividas durante aquel centenario y demás celebraciones que dieron luz al magno Año Jubilar que hemos vivido.
Imaginemos, por un momento, la colocación de este azulejo en el lugar donde tuvo lugar el Solemne Pontifical durante el cual, el Nuncio de su Santidad colocó sobre las sienes del Divino Infante y de Nuestra Señora las coronas de oro, reproducción de las que los coronaron en 1909, preseas que, gracias al amor de sus fieles, volvían a lucir con motivo del Centenario de aquella primera Coronación de Nuestra Madre del Cielo.
Por supuesto, si esta pieza de cerámica contara con el diseño de Pedro Palenciano y los versos de Pedro López, la misma supondría un supremo epílogo a unas solemnidades que aún laten en la memoria de la ciudad.
No hay más que ver el azulejo conmemorativo de la visita de Nuestra Señora a la Parroquia de la Divina Pastora para imaginar el resultado de este sueño del que os hablo. Una ciudad con la tradición de Andújar requiere... ¡exige! este tipo de hitos.
Estoy totalmente de acuerdo contigo, Maese Manuel, los Andujareños estamos faltos de memoria y no digamos de iniciativa y hacen falta gente como tu para recordarnos tales olvidos.
ResponderEliminarHoy recojo este anhelo y lo trasladare a mi Peña para que entre todos encender la llama de esta justa propuesta y empezar a darle forma.
Vosotros habéis demostrado ser la arteria de muy importantes proyectos que han surgido y se han hecho realidad desde el corazón mariano de nuestra Andújar.
ResponderEliminarMe alegro de tenerte por aquí, me tenéis para lo que necesitéis; ya está más seguro mi anhelo, como siempre que he compartido plegarias a nuestra Virgen Morena junto a mis Hermanos Rinconeros.