lunes, 20 de febrero de 2017

DOMINGO DE RAMOS


 
Fotografía: Álvaro Mora López
En la calle Real de San Fernando, de Martos, se guarda el acervo artístico que cuadra el compás del Señor de la Paz por las calles de Andújar. En la calle del Carmen, de Andújar, estalla, cada mañana del Domingo de Ramos, el corazón de una cuadrilla valiente, cabal y hermanada como pocas, que se han dejado el cuello mañana y tarde por una querencia que han recibido de sus madres y que a ellas les enseñaron sus abuelas. ¡La jornada del Domingo de Ramos andujareña le rebosa de corazones cofrades!
Fotografía: Manuel Almansa

El Domingo de Ramos es un día de palma y olivos, de oro joven y verde vida, de luz reflejada en los espejuelos de la Cruz decana, de mucetas color "Inmaculada" y faraonas hebreas que coronan la grandeza de los infantes que cuelgan de su cuello la medalla que es orgullo para sus familias. ¡El Domingo de Ramos en Andújar, despierta con los andares "cum laude" de la cuadrilla inimitable de la "Borriquita"!

Fotografía: Manuel Almansa
¿Qué Sol nuevo, bajado de la Gloria, llena de oro las manos de los pequeños de la Cofradía de la Paciencia, Rosario y Paz? ¿Qué mejor escuadra de infantes "hebreos" sino en la cofradía donde se le reza a la "Virgen niña" andujareña?
Fotografía: Manuel Mora López
Y a Dios lo que es de Dios, y a su andar, gente valiente, y a su frente, la voz de Andújar y la mirada de un capataz con sangre de saeteros. Dios mecido sobre la FE de una cuadrilla de las que rezan, trabajan y celebran la vida como una gran familia. ¡Es muy grande ver a estos costaleros sentirse orgullosos de su legado costalero, desde niños!
Fotografía: Juan Carlos Expósito Romero
Fotografía: Avel Plaza
¡Un océano de blanca espuma de gorra de plato, un viento de pulmones marteños, otro mar llegado desde aquel olivar del Levante jiennense, una marejada de marchas marineras, un andar de oro fino bordado bajo ese canasto de perfiles ondulantes! ¡Mares de Tierra adentro!
Fotografía: Manuel Almansa
Fotografía: Manuel Almansa
¡No cabía mejor principio para nuestra Semana Santa andujareña! El esfuerzo callado e imperturbable, sin cansancio. ¡Y las buenas personas, sin lastres de ningún tipo! ¡Es la Paz, que llena las calles y altozanos de esta Andújar, tantas veces ajena a la belleza mantenida viva gracias a sus hijos e hijas cofrades!
Fotografía: Carlos A. Gálvez
La tarde del Domingo de Ramos es la segunda voz, que responde al salmista. Se hace la Luz del Poniente que inunda la Corredera presagio de lo que ha de acontecer de aquí a pocos días. Antes de ser llevado al Sepulcro, Dios carga con la Cruz al hombro desde los pies de la torre de molinaza de la Parroquia del Arrabal Mayor andujareño.
Cruces de penitencia, cruces de entrega, cruces de caridad en respuesta a lo que nos pide nuestra Madre y Reina, cruces de compañía, cruces de esperanza, cruces de catecismo en las tardes de invierno, cruces de procesión infantil cuando el azahar se haga dueño de las aceras, cruces de historia y vida, cruces de hombres y mujeres que han hecho de su vida seguimiento del Señor tal y como aprendieron de sus padres, de la manera en la que ellos tratan de transmitirlo a sus generaciones venideras.
 
Fotografía: Carlos A. Gálvez
Fotografía: Carlos A. Gálvez
¡Qué fácil es rezar viendo pasar al silente cortejo! ¡Qué miradas se quedan prendadas de la Cruz de sinople sobre las mucetas! ¡Qué sobresalto para las almas en cada "levantá" con la que el Señor alza nuestra plegaria hasta las estrellas! ¡Qué dulcísimo rostro de la Madre que sigue, siempre fiel a su Hijo, el camino de la Cruz verdadera! ¡Qué sublime inspiración recibió del propio Dios el maestro Manuel Luque Bonillo en aquellas tardes de la Primavera cordobesa!
Fotografía: Salva Marcos 

Fotografía: Carlos A. Gálvez

Fotografía: Carlos A. Gálvez

El penitente de la Vera-Cruz solo ve por unos instantes a Cristo a nuestra Madre y al discípulo fiel, cuando pasa frente a la puerta de la capilla de El Salvador, tras dar inicio a su discurrir nazareno al cruzar la gótica luz de la Portada de la Encarnación. Es una mirada breve, que luego encontrará su reflejo en el trabajo magnífico, que nunca nos cansaremos de agradecer, de los buenos fotógrafos que trazan esta "Catequesis gráfica" que nos acompaña durante todo el año.

Gracias, amigos míos, por cada instante que nos dedicáis, que os aleja de pasar esos momentos en familia, que no os permite ver el discurrir de Cristo y María más allá del objetivo de vuestras cámaras, pero que se convierte para los cofrades EN EL LEGADO MÁS HERMOSO QUE PODAMOS RECIBIR EN NUESTRAS VIDAS.

¡QUÉ DIOS BENDIGA A TODOS Y CADA UNO DE LOS FOTÓGRAFOS DE COFRADÍAS! 

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