Estamos frente al desaparecido convento de Capuchinas, junto a la portada de su iglesia que da a la calle Carvajal, lo único que se conserva del malogrado compás monjil.
Guardo en mi memoria el recuerdo (prácticamente en blanco y negro) de una visita al Monumento Eucarístico de las Capuchinas, realizado en una jornada de Jueves Santo, acompañando a mis padres. (Para mi madre es una obligación la visita a Jesús reservado tras la Liturgia de este día)
Perdido el convento, reutilizada la Iglesia como museo (¡y tenemos que dar gracias a Dios por ello!, aunque no le hubiera venido nada mal a una Cofradía como sede canónica), borrada la imagen de aquella Cruz que marcaba el fin de la calle Calancha, utilizados los estípites que sustentaban la arquitectura de su retablo como pedestales para candelabros y jarras de flores frente al retablo mayor del convento Capuchino cordobés (donde no pegan ni con cola, ya que es la figuración cordobesa una pieza retablística realizada siguiendo la estética capuchina de retablos sin policromar), mal ubicados parte de los escudos de sus fachadas y perdidos otros... ahora, como disparate final, nos encontramos con un supermercado embutido tras la puerta reglar que daba paso a la Clausura.
Y en la edificación resultante de todo este despropósito surge el zaguán que vemos en las siguientes imágenes, convertido ahora en un esteril "pasaje comercial", donde aparece una puerta que, por su altura (y si no presentara el inconveniente de esa escalinata que salva el desnivel de la calle Calancha con la Carvajal), podría muy bien servir como capilla de salida para una Cofradía.
Esta es la puerta norte del templo, con un dintel y jambas talladas en piedra molinaza, que debería incluirse en esa extensísima lista de patrimonio andujareño por restaurar.
Si os fijáis, si a la altura de la puerta del templo le sumamos su pétreo dintel, ésta iguala a la del portal comunitario. Rebajando la acera y el escalón de la entrada, estamos ante una puerta muy aprovechable para la salida cofradiera. Además, esa reja, sellada con los correspondientes paneles, sirve de maravillosa portada.
¡Un desperdicio no poder contar con este espacio, frontero a un viejo templo, si consideramos las pequeñas dimensiones que presentan las puertas de nuestros iglesias andujareñas.
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