lunes, 7 de febrero de 2011

LA PUREZA BAJO PALIO

Junto a esta orilla del Guadalquivir, guardando la capilla de un viejo colegio Jesuita, entre las postrimerías de lo que fue Hospital Municipal con su balconada para los enfermos frente por frente al Presbiterio donde Ella nos recibe como dueña y señora de su Altozano, promulgando sus Dogmas en el atardecer del Jueves Santo, gobierna sobre nuestras almas la Reina del Buen Remedio, clamor de Pureza en todo su ser iliturgitano.

Así lo manifiesta, aún cuando no lleva joya alguna que compita con su luz y su divina gracia; porque,, ¡mira que, cuando se viste de hebrea, está guapa!

Reina de su Capilla de San José, todavía antes de que cruce por su nueva portada:
Foto: Jorge Rodríguez Toribio
Perfecto amadrinamiento de la suprema Gloria sobre la Penitencia callada. Desde el joyel de la Sierra hasta el frontal de palio de esta radiante Estrella, la luz de Luna es entera de plata:

Foto: Jorge Rodríguez Toribio
Y para la Madre de Dios, Andújar hizo una calle que se hace Palio para su Virgen niña y santa.

Foto: Jorge Rodríguez Toribio
Pocas Reinas dejan ya su traza de luz sobre el legajo adoquinado de la calle Feria:


Fotos: Bibi Duro Ibáñez

Y es Ella la que sigue pespuntando chicotás a lo largo de esta vieja senda, con la luz de su candelería hecha permanente plegaria. ¡Dios, que buen "tío de la caña" tiene Madre del Buen Remedio encendiendo su Palio, ese Altar que no conoce lo que es un pabilo sin su llama!

Foto: Bibi Duro Ibáñez
Y, qué contar de ese acólito que, él solo, cubre de incienso santo el aire entre ciriales, perfumando el tránsito de la Señora como si cuatro incensarios la anunciaran.

En definitiva, esta es Nuestra Madre del Buen Remedio, la primera que recibió en Andújar la oración de treinta costales para llevarla.

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