Si me lo permitís, quiero saludar de una manera especial al último de los cofrades de cuantos os habéis unido a esta nave cofradiera de sueños y de felices memorias; y es que Francisco Caño ha propiciado que yo haya tenido el honor de compartir con él momentos como éste que ahora veis. Se trata de la Consagración durante una Eucaristía en la Real Basílica de Sierra Morena, durante la Función Principal de la Hermandad de la Virgen de la Cabeza de Baena. A esta bella cuna cordobesa ha venido a recalar la vida de nuestro amigo, porque así lo quiso la Virgen morena, ¿verdad Francisco?
Este amor lo tiene Francisco compartido con su Arjona y sus benditos Patronos, estos dos andujareños que quisieron proclamar su orgullo junto a las gentes de Arjona.
Mi esposa y yo también hemos recibido la bendición de esas Banderas, bajo cuya protección he de llevar, muy pronto, a mi hijo Manuel.
En este año en el que me encuentro trabajando en esta atalaya a la que brinda su alcurnia la ciudad milenaria, he de decir que me considero afortunado de gozar de sus hechuras centenarias: del corazón de la judería, de la elegancia de la cripta, de la gracia esmaltada de su torre carmelita, de la plenitud de su Plaza de Santa María, del bafoumet, de la lápida templaria y de tantas y tantas antiguas e intensas prebendas como guarda la mitica ciudad blanca.
FRANCISCO, TÚ LO SABES, ¡TENGO UNA ENORME DEUDA PENDIENTE CON LA CIUDAD!
No tengo las palabras de agradecimiento por lo que aun me estas enseñando... GRACIAS por enseñarme el sentimiento cofradiero.
ResponderEliminarVolveré a "echarte" las banderas de los Santos, junto a tu hijo.
El mas fuerte de los abrazos.