Forman parte de nuestro patrimonio cultural y demandan su espacio entre el devocionario propio de nuestras cofradías, porque ellos componen nuestra historia de pasión por esta fe recibida.
Empiezo por el más reciente de los lienzos sobre la Pasión de Cristo que han vuelto a nuestros templos. Aquí vemos a Cristo atado a la Columna, lienzo pintado por el maestro Bartolomé Herrera, ceramista que deja aquí buena huella de su dominio del dibujo, con una solidez que podemos disfrutar en sus azulejos.
A través de don Pedro Palenciano Olivares, el lienzo llega, desde un donante, a la Cofradía de la Santa Vera-Cruz andujareña para que sea expuesto a la pública contemplación junto a su retablo situado a los pies de la nave del Evangelio del templo andujareño de San Bartolomé Apostol.
El segundo cuadro nos muestra a Jesús recogiendo sus vestiduras, acompañado por unos horribles sayones, de esos de los que nos predispusieron a los niños y niñas de Andújar a formar parte de las Cofradías.
Y, por esa puerta abierta, atinamos a ver un patio desde donde una figura en el primer piso convoca al reo ante la presencia de Pilatos.
Este lienzo de finales del siglo XVII nos sigue hablando de la Pasión redentora de Cristo sobre el muro de la Epístola de la Parroquia de San Miguel Arcángel, de Andújar.
Y para terminar, os dejo este otro lienzo sobre Nuestra Señora de los Dolores, que recibió culto en el viejo convento del Carmen, y que ahora se venera (eso sí, a demasiada altura) junto a las Imágenes titulares de la Hermandad de la Paciencia, en la capilla-torre de Santa María la Mayor andujareña.
¡Vaya lienzo propicio para ilustrar la Gloria de un Pasopalio bajo el que se cobijara el andar de una Dolorosa iliturgitana!
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