jueves, 19 de marzo de 2015

NOMBRES PARA LA HISTORIA DE LAS BANDERAS: ANTONIO JOSÉ MALDONADO TENORIO

La caballerosidad no se ha perdido. Hay caballeros criados, de noble genética, que perviven entre nosotros manteniendo un pulso con esos vientos vociferantes y vacíos que no nos llevan a ningún sitio.
 
Los caballeros que sustentan el sentido común de esta sociedad sobre sus hombros, acuden a la llamada de aquello que es puro desde sus inicios. Lo hacen junto a quienes pertenecen a su linaje; lo defienden, lo ayudan a mantenerse y lo llevan por bandera.
 
 
Hoy tengo el honor de hablaros de un Caballero Abanderado: maese Antonio Maldonado Tenorio. Junto a él, sirvo entre el grueso de Banderas de Nuestra Señora de la Cabeza, y a él le debo el ejemplo de hidalguía, de carácter, de valor, que se ha de infundir en los más jóvenes, para que tengan la certeza de que es auténtico cuanto defendemos.  
 

Os puedo garantizar, sin temor a equivocarme, que no existe parangón alguno en el momento en el que Antonio tomó entre sus manos, por primera vez, una Bandera. Sólo deciros que aún no había sentido la Cofradía de Andújar la emoción nacida de su presentación ante nuestra Dueña en la noche santa del Sábado de Romería y ya Antonio pudo entrar (¡sin esperarlo siquiera!) portando entre sus manos a nuestra Bandera Jubilar, después de haber caminado junto a Ella por las Calzadas, en una noche abrileña, sin conocer la liturgia de los vientos en los damascos y sin que nadie a su lado se la explicara... ¡SOLOS JUBILAR Y ÉL, Y LA VIRGEN SANTÍSIMA PEGADITA A SU LADO, SINTIÉNDOSE ORGULLOSA DE TANTA NOBLEZA, DE TANTO ARTE! Y con Ella llegó hasta el presbiterio, cuando aún no sabíamos de Abanderados, ni de ternos, ni de protocolos...
 
La Santísima Madre de Dios que lo vio entrar, supo que aquel niño que le rezó junto a sus padres ya se había hecho un hombre y estaría junto a Ella mientras Dios le diera fuerzas.
 
 
Ha recorrido España siguiendo los caminos de la fe de miles de peregrinos. Ha tenido muy cerca a nuestra Madre, la ha proclamado Emperatriz de la Vida, ha llorado y ha reído junto a Ella. Antonio es un caballero de la Virgen Santísima de la Cabeza; ha sujetado el Sol frente a la más bella Estrella en aquella noche del 11 de agosto de 2005.
 
 


 
Y Antonio, como buen cofrade, peregrino, hijo, hermano y amigo, es uno de esos sólidos puntales a los que mirar para saber cómo atrapar vientos entre las cintas de las Banderas para llevarlos ante nuestra Madre perfecta. Su planta es la de un maestro, un hombre que domina los vientos. Su silueta se triangula con el damasco y el mástil de cada bandera y forma los ángulos inimitables que unen el Cielo donde vive la Madre de Dios y su Basílica en el corazón de Sierra Morena.
 
¡Dios sabe lo que quiere,... estoy seguro de ello! ¡Sin lugar a dudas, elige a quienes han de ser Abanderados y Pregoneros de las Glorias de su Madre bendita desde la cuna! ¡Así es mi hermano Antonio: Abanderado de la Virgen Santísima!

3 comentarios:

  1. mariia rodriiguez martiinez19 de marzo de 2015, 15:37

    Tito estoy muy orgullosa de ti y espero que mi hermano siga tus pasos. Almansa te has esmerado, es muy bonito.������❤

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  2. Que cosa mas Bonita Maese Manuel Almansa.

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  3. Muchas gracias Manuel, gran culpa tienes de lo bueno que haya podido aprender en el mundo de las Cofradías en las que llevo a tu lado desde mi primer día y Dios quiera que nos queden juntos muchos raticos de ruan negro y de banderas adamascadas.

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