Mi Andújar es de ruan y raso, de terciopelo y seda, de capillo para los monaguillos y capote verde para cuando en la Sierra "otoñea" y las trochas vienen pidiendo guerra. Mi Andújar tiene la Primavera a un tiro de piedra, entre el turibulario y el mantón de manila, entre la flor "enrizá" y la jara abierta. Por eso, ahora es que os voy a hablar de mi Andújar interpretada por una maestra de la luz y del color: Alicia Borrego Casas, heredera de una nobilísima estirpe andujareña.
Hace ya más tiempo del que recuerdan las cambiantes calles andujareñas, en el ensanche de la rúa dedicada a Isidoro Miñón que mira hacia la memoria del castillo abatido, me tomé la primera cerveza junto a Alicia; ¡bueno,... a decir verdad, la cerveza la tomamos sus padres, Andrés y María José, y este humilde servidor... ¡Alicia se contentó con breves tragos al biberón que la acompañaba en su silleta!
Y parece que los lustros han ido pasando por el almirez de la espera y son ahora aliño de mañana del postrer Domingo de Abril en las cocinas de "Rincón del Arte", aguardando a que llegue la hora de que Dios quiera, otra vez, que una nueva Gloria nos alcance, y vuelva a pasar ante nosotros, un año más, en un eterno Abril, nuestra Madre, Alcaldesa, Protectora y Dueña: ¡la Santísima Virgen de la Cabeza!
¡A ver pasar la Gloria! A eso precisamente nos invita Alicia a través de su cartel para la Romería de 2015, en este XXX Aniversario de la Peña, cofrade y romera, "Rincón del Arte", de Andújar. Pero la joven artista nos lleva a un estadio aún más intenso. Alicia nos deja ante unas puertas de la espera abiertas de par en par, porque, para aumentar aún más las "buquelas" de nuestra vigilia, la artista recoge en su cartel el momento en el que la Dueña del mundo, la Virgen de la Cabeza, ya ha pasado ante la Casa-Refugio-Joyel-Tablao-Hogar de peregrinos que "Rincón del Arte" abre al mundo sobre el altivo Cerro Santo. Sí, la Virgen ya ha pasado ante la casa, y ahora se aleja buscando la Plaza de su Santuario sobre la mecida acompasada de sus anderos. Adivinamos el escudo de su Hermandad Matriz sobre el manto que diseñara y bordara maese Pedro Palenciano Olivares, y el Sol atrapado entre los imperiales de su Corona del Centenario. Acabamos de llegar pues ante aquel bendito lugar a tiempo para encontrar a los Rinconeros y Rinconeras hechos un manojito de emociones, a estadal por cabeza, desecha el alma en amor a jirones, como motas de seda bajo la medallita de su Ser Romero. No nos podrán hablar, porque hay un Jándula entero que les llena por dentro de paz, de bendiciones, de coplas antiguas, de letrillas de maese Pedro López, de compases de noche de Presentación, de plegaria cantada y de dar albricias a la vida después de toda una "madrugá" al compás de sevillanas.
Alicia, por tanto, nos ha dejado con la miel en la boca; ¡Hasta el año que viene, Madre mía!... es lo único que atinamos a imaginar. ¡Ahí queda la maestría de la artista que es capaz de captar con su obra la voz de barro de las campanas del Rincón cuando pasa la Mujer perfecta elegida por Dios como Madre!
Pero, si el momento es adecuadísimo y único, un auténtico lujo es también la composición de este cartel que nos ofrece Alicia, nacido del pulso de sus querencias y de su crianza andujareña.
Y es que la Sierra entera está interpretada en su cabal acepción de Paraíso sobre la Tierra. Esta maestra del color, esta señora de la luz, esta dama de la voz pronunciada y pintada, ha vivido sus años rodeada de cada libro, de cada sonido, de cada palabra escuchada y compartida con la cepa fértil de su familia. Alicia ha crecido entre el color de los maestros Aldehuela y Palenciano, que se ha afianzado en su mirada. Ahora, ella nos muestra que es capaz de interpretarla a través de sus manos con la misma fuerza, con el mismo vigor, con la auténtica verdad de nuestra Sierra. ¡Y es que, encima, hasta la cal le nace como un poema rimado con las colgaduras carmesís, y le hace carantoñas y la pone a bailar entre las madroñeras y atrapa en su dibujo no sé que airecillo serrano, "escapao" de entre los damascos de seda de nuestras Banderas y lo lleva hasta la espadaña del Santuario,... ¡ y, para mi, hasta sus bronces resuenan!
Y como Alicia es cofrade y tiene la ciencia de las liturgias y las presencias plenamente asumida, en la orla que contiene su pregón pintado, nos refleja los mimbres que Pedro Palenciano compusiera para saludar a una Reina, y es que, hasta el guión de la Peña "Rincón del Arte", se ha hecho marco de jaras y madroñeras, donde una voz de plata, hecha campanilla, nos devuelve a ese bendito encuentro entre un pastorcillo y la Dueña de todas las Estrellas.
¡No sé que más decir! ¡Qué bien respira mi Andújar habitada por gente tan noble, tan artista, tan leal, tan buena!
¡Sólo tengo una pena! Acababa de llegar de Marmolejo... ¡y no pude escuchar a mi Alba de Luna llena abrileña! Ahora me consumen las horas a la espera de poder tener junto a mi su timbre, su gracia, su seseo de esta tierra, de recuperar sus palabras, de sentirla de nuevo, andando por chicuelinas entre damascos de esas banderas que Alba también llevó como enseña, por cofrade y andujareña! ¡Por favor, qué alguien me brinde su voz en radio, en televisión, en grabación Rinconera... ¡como sea!, porque sin Alba,... ¡a mi no me amanecen las Vísperas Romeras!
¡Mil besos, Alicia y Alba! ¡Millones de abrazos, artistas abrileñas! ¡Y que viva la Peña "Rincón del Arte", que sabe tomar de Andújar aquello que mejor nos habla de Ella!
¡VIVA LA VIRGEN DE LA CABEZA!
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