Son el trasiego del duende. Tienen visos marineros entre el olivar jiennense. Se dejan el alma en esa voz de metal que le grita guapa a la Virgen de tez de azucena, mientras percusiones "aflamencás", nacidas de la querencia de nuestra tierra por las cosas medidas, resumen el sentido de un cortejo elegante, magno, como corresponde a la Coronación, a la humana usanza, de la Reina que Dios nos entregó como Madre.
Junto a su Virgen de Alharilla Coronada, los músicos de la Banda de Cornetas y Tambores de "Nuestra Señora de las Angustias", de Porcuna, vistieron sus mejores galas en jornada de tamaña importancia. ¡Todo un lujo abrir el protocolario cortejo con tan acompasados sones!
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