Calle Cuna, calle Jordán, andar pausado por el adoquinado del arrabal mayor andujareño que nos lleva hasta las plantas de la torre de San Bartolomé, y allí una capilla que, cada Domingo de Ramos, es la mismísima Puerta del Cielo.
Muy cerquita de esta capilla, salvada la amplia Sacristía, tenemos la Capilla Sacramental donde se reserva al Santísimo en este personalísimo Sagrario, presidido por un Niño Jesús representado como Sacerdote oferente de las Sagradas Especies que contienen su sangre y su cuerpo.
Y esta es la imaginería que el Sagrario contiene en sus costados:
Guarda este templo la huella de otros sagrarios, ahora sin uso, como es el caso del que preside el manifestador del Presbiterio:
Un sagrario mas podemos encontrar en el templo del Apóstol San Bartolomé, a los pies de su Imagen, que en la actualidad preside la capilla que fuera de Nuestra Señora del Carmen.
Parecía que la Divina Providencia tenía reservado para este templo el honor de contener en sus altares a los venerados Titulares de la Cofradía de la Santa Vera-Cruz andujareña. Así lo muestra la representación de la vara con la sierpe de bronce enroscada que Dios mandó hacer a Moisés, pasaje del Antiguo Testamento al que damos lectura durante la Liturgia de la Palabra, en la celebración de la solemnidad de la Exaltación de la Cruz.
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