Cuenta la ciudad de Andújar con un destacado conjunto de cofrades que han demostrado sobradamente su capacidad para la creación de exposiciones destinadas a mostrar, de una manera plenamente didáctica y mejor documentada, el patrimonio devocional, cultural y artístico que la labor de las distintas hermandades ha aportado a lo que Andújar puede ofrecer al paisano y al visitante.
Ante esta patente capacidad de generar expectación y admirables resultados, se intensifica ese deseo anhelado por los buenos cofrades de que estas exposiciones individuales o colectivas sean un elemento común a la llegada de cada Otoño a la ciudad, en cualquiera de sus espacios expositivos, pues generan un beneficioso ambiente para las cofradías, la cultura y el comercio locales.
En estos días, con motivo de la conmemoración del 75 Aniversario fundacional de la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Caído, Santísimo Cristo de la Providencia y Nuestra Señora de la Esperanza, hemos podido disfrutar de la última de estas magistrales muestras cofrades, que la sublime planta de la antigua iglesia de Santa Marina albergó durante una semana y que nos condujo a lo largo de estos tres cuartos de siglo vividos en hermandad de una manera atractiva, diáfana, repleta de magníficos datos, extraídos de los libros de actas, cuentas e inventarios conservados y magníficamente mostrada a través de bien elaborados paneles informativos de lectura muy atractiva.
Ilustrando estos datos históricos tomados de archivo, el comisario de la exposición, junto con el equipo de cofrades que pasaron intensas jornadas de montaje de tan extensa muestra patrimonial (¡a las que tenemos que sumar las igualmente intensas horas de desmontaje tras las exposición que les aguardan!) nos ha sabido conducir, a través de un bien elaborado montaje escenográfico, hacia lo que significa la evolución de una cofradía a lo largo de su historia, mostrado con la reconstrucción de un simbólico cortejo cofradiero conteniendo parte de esta bendita liturgia que nos atrapa y nos enamora en cada elemento, cada vara, insignia, terno procesional, paso, elemento tallado o bordado, a cada joya regalada como ofrenda de amor de una familia, a cada trozo de nuestra historia conservado y mimado por el amor de los buenos cofrades que saben guardar y conservar cada sentimiento contenido en una muestra de artesanía.
Supone todo un placer observar el orgullo con el que un grupo humano muestra su respeto a la fe y a las tradiciones recibidas, conservando hasta el más pequeño objeto de sus mayores y trabajando intensamente (dedicándole grandes periodos de tiempo que se le quitan al descanso) para acrecentar este patrimonio de una manera adecuada, en comunión con el significado del sello carismático de cada cofradía.
Así, esta exposición con motivo de la celebración de los primeros 75 años de la Hermandad de la Esperanza, nos mostraba los dos procesos creativos que en la actualidad lleva adelante la cofradía: por una parte, veíamos la ejecución del canasto del paso de Nuestro Padre Jesús Caído, creada por el dibujo de gubias del tallista cordobés, don Jorge Domínguez Conde, a la vez que era presentado el frontal de bambalina para el palio de María Santísima de la Esperanza, realizado en el taller del bordador andujareño, don Pedro Palenciano Olivares.
El hilo argumental de la muestra conducía al espectador, bajo las naves del bello templo de cal y molinaza, a encontrarse con todo el significado de lo que una cofradía es: una huella impresa en la historia donde queda grabado todo el trabajo desempeñado por tantas y tantas generaciones que nos precedieron y que pervive gracias al respeto y a la exquisita formación de cofrades bien preparados para hacerse cargo de esa antorcha de fe y devoción, de mantenerla encendida, de acrecentar la luz de su llama y de transmitirla, de la manera más respetuosa y plena posible, a las generaciones que han de seguir siendo sus portadores, transmisores de sus significados y continuadores de una senda asumida, comprendida y entendida de la manera más justa posible.
Enhorabuena a la junta de gobierno de la hermandad de la Esperanza, de Andújar, presidida por don Joaquín Jiménez Cortijos, y a cuantos cofrades están arrimando el hombro para embellecer y llenar de contenido la vida cofrade de nuestra ciudad de una manera tan ejemplar, participativa y respetuosa de nuestra historia.
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