Creo que nació cofrade y el Arte recibido por genética le llevó a sublimar ese don. Durante toda su vida ha estado presente esta ancestral devoción de su pueblo, ese infinito amor presentido entre sus gentes, ese horizonte enclavado en un Cabezo que domina uno de los rincones más bellos de la Tierra.
La "Viña Olivares" fue su particular "basílica" devocional, en la que, junto a su hermano Antonio, comenzó a realizar párvulas romerías en torno a una Imagen de piel morena, reina y señora de las nobles vides que dieron sangre a aquella centenaria bodega de sus abuelos.
Creció aprendiendo a mirar, a contar puntadas, a soñar vuelos de la madera tallada, a calibar el dibujo del buril sobre la lámina de plata. Es artista por su condición humana, por su capacidad creativa, por su apreciación del legado recibido, por su óptica, por su conciencia, ¡por esencias!
Pedro Palenciano Olivares, junto a su hermano Antonio, convocaron, una tarde de Primavera, tras la Romería de 1988, a sus amigos y compañeros de infancia y juventud para hacernos partícipes de un sueño que debía convertirse en realidad en aquel preciso momento.
Ellos son la simiente de aquel Grupo Joven que llegó a nuestra Cofradía Matriz dispuesto a cambiar las cosas.
Han sido muchos los pasos andados, difíciles las pruebas a superar, erróneas muchas decisiones, dolorosas las pérdidas, heridas que no debieron ser inferidas, pues es una cicatriz cuyo tacto recuerda las esperanzas perdidas, que fueron compartidas durante los mejores años de este Camino realizado.
Pedro Palenciano Olivares es autor de ese concepto artístico que ha unido el esplendor Renacentista vivido por nuestras Hermandades peregrinas con un futuro que sabe beber y nutrirse de las fuentes más puras de esta secular devoción, las más adecuadas para ello por cuanto nuestra Romería manifiesta.
Hay un tendencia natural entre los historiadores del Arte que han debido de superar procesos selectivos por oposición para catalogar la creación artística que se nutre de la fuente más adecuada en cada caso como movimiento "NEO". A raiz del Neoclasicismo, surgiría un espléndido cajón de sastre, con el "Neo-plateresco" o el "Neo-barroco" por bandera, que les permitiría a estos historiadores reducir, en gran medida, el extenso temario que habrían de dominar para superar esas pruebas selectivas.
Intentar definir el proceso creador realizado por los artistas que saben las nociones precisas que cada entidad requiere con estas clasificaciones es olvidar un dato determinante: la creatividad desarollada por el artista al saber conjugar formas, recrear maneras, utilizar técnicas válidas en todo tiempo, dominar matices que se pueden alcanzar con ellas, trabajar para un concepto determinado,.. en definitiva: ¡CREAR BELLEZA!
Debemos a Pedro Palenciano Olivares la recuperación del significado más pleno que encierran las Banderas de nuestra Cofradía Matriz; le debemos el hecho de volver a contar en nuestro patrimonio con aquel legado presente en la Bandera del "Conde" o en la de "Tordera", que él ha sabido continuar, introduciendo nuevos conceptos, fieles a aquella estructuración de los bordados sobre el paño.
Su primera obra, su primer logro, el primer blasón alcanzado por él entre el cuerpo de Banderas nació en 2000 con la creación de aquel diseño que Andrea Cayuela siguió con tanto amor y tanta dulzura, por el que nacería nuestra Bandera que manifiesta el título de la "Medalla de Andalucía" otorgada a nuestra Cofradía Matriz de la Santísima Virgen de la Cabeza. El diseño de sus esquinas, el preciso trazado de la greca que conforma su orla, la estudiada disposición de ambos escudos: el que reproduce la medalla situado de manera que quede manifestado cuando la Bandera está dispuesta en vertical, y el anagrama de "María" coronado mostrando su elegancia si el bendito paño fuera situado como repostero en cualquier momento que el ritual cofrade tuviera a bien demandarlo. Un diseño regio, contundente, empleando una técnica de bordado propia de estas enseñas, técnica de la que Pedro se muestra dominador y sublimador de sus matices, de la manera de transmitir su mensaje siendo fiel siempre al aire que ha de mandar sobre ellas.
El nombre de Pedro Palenciano Olivares estará ya inscrito para siempre en la historia de nuestras Banderas, pues ha recreado en ellas casi ocho siglos de arte, de vivencias, de sentimientos.
En el año 2002 nacía esa otra esmeralda que corona el joyel de nuestras enseñas adamascadas: La "Aparición" es una jovencita conquistadora de almas abanderadas: por su diseño, completísimo, por sus doces estrellas, verdaderas pregoneras de esta leyenda, por su forma de besar los aires que la despliegan, por su manera de ceñirse a la cintura de quien tiene la fortaleza de hacer revolotear su paño del color de nuestra Sierra en Primavera. ¡Enamora "Aparición", por sus siglos cumplidos y por ese revoleo de "ces" y barrocos roleos que la pueblan.
Don Elías de Medio nos dejó bien marcado el camino a través del concepto que inspiró nuestra bandera "Jubilar": celebrar y manifestar, sobre el damasco, los títulos y privilegios alcanzados por nuestra Cofradía Matriz, primera de cuantas Cofradías rinden y rendirán culto a la Santísima Virgen de la Cabeza.
Siguiendo esta premisa, Pedro Palenciano Olivares creó otra más de las grandes damas que han pasado a vivir sus Romerías junto al magisterio de la Abuela entre las Banderas, nuestra "Torre", ¡la "Campanilla", como el propio Pedro la llamó en aquellos primeros años, por el batir de su seda ante los vientos de nuestra Sierra! Se trata de la "Rosa de oro", concesión papal otorgada a nuestra Cofradía como tantas otras bulas que esta Hermandad ha recibido para velar por su Sagrada Imagen y por su Santuario de Sierra Morena. Privilegios papeles que no pueden ser olvidados.
En este diseño encontramos el equilibrio perfecto entre el bordado, los significados perseguidos y el dominio de la luz. ¡Una enseña que vuela sola, antes incluso de que la abrace el viento!
Pendiente quedó una Bandera que, ahora más que nunca, se hace extremadamente precisa por cuanta verdad contiene y cuanta gente olvidadiza parece pretender obviarla. En el diseño de la Bandera manifestando el título de "Matriz" de nuestra Cofradía, el maestro recoge toda una cátedra recibida de las máximas creativas utilizadas por los artífices renacentistas, la forma más precisa de manifestar la realidad de esta Cofradía que debe alzarse sobre prácticas medradoras que avanzan devorando la grandeza de esta historia de siglos de fe y devoción cofrades.
Pedro Palenciano Olivares es ejemplo de constancia, de saber esperar. Ha sufrido reveses imborrables durante este camino, pero, como él siempre dice, ésta es, ante todo, su Cofradía, desde el principio de sus días. A ella ha dedicado las creaciones más bellas que surgen de su maestría, por ella sigue soñando, junto a ella caminará siempre.
En estos tiempos, considero que el desequilibrio de esta situación que vivimos bien puede llegar a alcanzar su justo balance con la actitud demostrada por maese Pedro Palenciano Olivares a lo largo de estas cuatro décadas largas de su ser cofrade.
¡Mi más rendida admiración y mi agradecimiento perenne al maestro junto al que aprendí lo que significa esta devoción primera que alimenta nuestras vidas!
¡Y gracias, como siempre, a maese Juan Antonio Rodríguez Ortega, por poseer y transmitir este conocimiento enciclopédico sobre la devoción a nuestra Santísima Virgen de la Cabeza que es ANDÚJAR PEREGRINA!
No hay comentarios:
Publicar un comentario