"Papelería Blanco", de Andújar. El expositor de tarjetas postales nos muestra una de estas viejas y desusadas postales conteniendo el perfil del Santísimo Cristo de la Providencia, que, como bien recuerda siempre mi hermano Veracrucero José Almagro Mazariegos, celebra el próximo año los 700 años de la tradición de combina la huella de su historia y de su leyenda.
No sé si podremos encontrar otro hito de nuestra Semana de Pasión en cualquier otro lugar de la ciudad. Fuera del ámbito de las propias hermandades no podemos hallarlos. En la oficina local de turismo, seguramente, aún sigan almacenados aquellos libros sobre nuestra Semana Santa editados, deprisa y corriendo, por la Diputación Provincial de Jaén.
Uno se plantea la utilidad de las Declaraciones de interés turístico. El sentido de nuestra celebraciones de carácter religioso camina aparejado al desarrollo de nuestras ciudades. Hay que comprender cómo estas públicas manifestaciones de unas creencias asumidas incide en el día a día de todo un pueblo.
Hay que vivir una fe y celebrar una forma de entenderla, de compartirla, de disfrutar de ella, de crear arte en cada momento y de invitar a comprender lo que somos y, como gran asignatura pendiente, sentirse parte de un conjunto, aportar ideas, colaborar con quien ha tomado la responsabilidad de coordinar a todo el grupo. Asimismo es muy necesario que estas personas sepan pedir ayuda en el momento adecuado y seguir haciendo partícipes, cada vez, a mayor cantidad de personas.
Hay que vivir una fe y celebrar una forma de entenderla, de compartirla, de disfrutar de ella, de crear arte en cada momento y de invitar a comprender lo que somos y, como gran asignatura pendiente, sentirse parte de un conjunto, aportar ideas, colaborar con quien ha tomado la responsabilidad de coordinar a todo el grupo. Asimismo es muy necesario que estas personas sepan pedir ayuda en el momento adecuado y seguir haciendo partícipes, cada vez, a mayor cantidad de personas.
Nuestras vocalías de Caridad han dejado de ser una sección de nuestras mayordomías. Los cofrades han asumido las funciones de catequistas, visitadores de enfermos, grupos de vida cristiana, ministros de la comunidad parroquial. Lo han hecho en una pequeña medida aún, pero su ejemplo ha de crecer, ¡seguro!, porque tenemos párrocos inteligentes que saben abrir el corazón de sus parrorquias a quienes forman parte de ellas de manera tan persistente.
El interés turístico más importante de nuestras cofradías está, definitivamente, en su día a día... lo que siempre os digo: ¡en el disfrute de sus vísperas!
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