jueves, 20 de febrero de 2014

TIEMPO DE PASIÓN POR SANTIAGO

Concilia su sueño la noche sobre Andújar recorriendo su Casco Antiguo, y recupera el andar insomne del cofrade, que gusta de ver la Luna lamentar la pérdida del suave perfil  del templo de Santiago.



Este tránsito, de cirio bajo y cuadrilla costalera de Providencia, recorre los altozanos palaciegos para recalar junto a la puerta de San Pedro de la Iglesia Mayor de Santa María, en una guardia de honor, de juncia y mayorazgo sacramental, sintiendo frente por frente el Sagrario, donde la Madre y Reina aguarda el tesón de todo un pueblo para recuperar su perdida imaginería. ¡Difícil labor ésta, en un tiempo de pocos respaldos y exiguos medios!


La ensoñación que hoy traigo a este “De escuadras…” de Invierno tuvo lugar en la capilla de los Reinoso, cuando se congregaron, en la manera que os muestro, tres de las obras de arte más valiosas y delicadas que dan lustre a nuestra ciudad. Así, la letanía con la que el caballero de Arpino rodea a María Inmaculada, compartió oración con Nuestro Padre Jesús atado a la Columna, efigie con una atribución dictada por Domínguez Cubero hacia las gubias de Jacobo Florentino, y la Dolorosa que con Él compartiera templo en pasadas centurias y a la cuál, Rafael Frías documentó como obra del escultor jiennense Manuel Ramos.


Sentir de una huella, puro camino entre siglos, cofre que guarda esencias. Mi ciudad abierta a la llegada de esta pronta Luna llena.

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