Ha sido el sustento del cofrade durante jornadas sin término.
Supone el punto de inflexión entre las postulaciones y la primera marcha real.
Es el momento para realizar el "briefting" capillita; la puesta en común de lo visto; el balance de proyectos que pueden ver la luz; la energía que alimenta la espera; el pan que comulga con el blanco, el verde y el rojo...
El serranito es ese conector de conciencias e identidades, es ese "recibí" firmado de la más hermosa vigilia.
En estas Vísperas cofrades, queridos hermanos y hermanas, quiero brindar mi más altísono agradecimiento a nuestro común tesoro cofrade: ¡EL SIN PAR SERRANITO!
Que Dios lo bendiga por días cofrades sin término.
Rotundamente: ¡Amén!
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