Imagen tomada del Blog de la Cofradía de Jesús en su Agonía en el Huerto y Nuestra Señora de los Dolores
Es el Dios nacido en Andújar de las manos del maestro Aldehuela; Es Aquel que sostiene el firmamento entre sus manos, siempre abiertas.
Es el Dios que tiene su barrio entre el coso y la plazuela, a la que da luz su arco y refrescaron las acequias dando vida y esplendor a la fertilidad de sus huertas.
Es mi Dios que suda sangre por el miedo de esa ofrenda por la que la vida se le escapa frente al Ángel que le muestra, el amargo cáliz que recogerá su sangre sobre el cerro de La Calavera.
Es el Dios de los hombres cabales y de las madres andujareñas que siembran, con el vuelo de una capa grana, el fulgor de la Primavera.
Es el Dios que mira al Cielo y que mirando al Cielo reza para que este pueblo nuestro guarde siempre su esencia.
Es mi Dios alfarero, con las rodillas "hincás" en tierra, que va mecido sobre el mar de su cuadrilla costalera.
Es el Dios que tiene en si un firmamento de estrellas, que son la palabra contenida en cada cita Evangélica que se hace "chicotá" en la calle Maestra.
Es un Dios de sentires, de verdades, ¡de promesas!, de faja, costal y zapatillas que van musitando penitencias.
Es mi Dios de Capuchinos, el Señor de la Corredera, Dios que en la Divina Pastora, nos aguarda y nos espera para llevarnos hasta la Gloria junto a su Madre de Azucenas, Nuestra Señora Dolorosa bajo su Palio de oro y seda, donde una Gloria Concepcionista proclama a la Virgen como Reina y un vestidor de categoría acaricia con tul su rostro de pureza.
Es mi Dios, criado en mi Barrio, el Dios del que me habló mi abuela. El la Gloria de los Cielos que tallara maese Luis Aldehuela. Es la Pasión según mi pueblo. ¡Es mi alma que sobre los pies navega!
En el Blog dedicado a Luis Aldehuela por sus amigos y familiares, encontramos esta fotografía, donde el maestro contempla, por última vez, a su Cristo por la Corredera (muy cerquita de la casa donde crecímos mis hermanos y yo, junto al ejemplo de fe de mi abuela María Jesús) Era el año 2010 y, en el enlace señalado, Francisco Manuel Carriscondo nos habla de las emociones vividas en aquel instante junto al maestro.
Y es también el Ángel que reconforta, querido Manuel, que consuela, que intenta mitigar el dolor del Hijo que asume el cáliz que le manda su Padre.
ResponderEliminarque bien dicho lo que te inspira este Cristo....me llega el gesto de dolor de esta imagen que salieron de las manos mas cercanas a mi.
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