Capilla desmontable de salida de la Cofradía del Gran Poder, ante la ojiva norte de San Miguel Arcángel
Capilla desmontable de salida de la Cofradía de la Soledad, ante la ojiva norte de San Bartolomé Apóstol
El Nacimiento de la Cuaresma en Andújar ocurre de esta manera. Y, como véis, no se trata de un abrir las puertas a cuanto nos llega, sino de alzar las puertas de la espera para que, entre sus jambas, nos llegue este tiempo de vigilia, este conjunto de días sacros que se consumen presa del azogue de los preparativos, de la incertidumbre ante lo que desea hacerse y lo que podrá verse cumplido.
El calendario de actos, ahora, está repleto, e incluso se nos encabalgan las fechas. La Cuaresma es un entorno más "romero" que cofrade en nuestra ciudad, y nos cunde en demasía el tiempo preparatorio para los penitentes de túnica y costal. Se entrecruzarán acciones, emociones y oraciones que a muchos nos gustaría vivir y que esta cuarentena de cera y terciopelo, apretujada por el corpiño de los días, no nos lo permite como quisiéramos.
Dos de las tres hermandades iliturgitanas que han de alzar capillas de salida no permanentes han dispuesto ya las hojas de sus puertas para intentar poner freno a este tiempo de conversión, ayuno de garbanzos con panecillos y ensayos costaleros por el itinerario completo de nuestra Estación vernidera. Los días de nostalgia quedan ya para la Pascua,... ¡y para las horas que siguen al montaje en nuestras casas de hermandad andujareñas!
Felices Vísperas, queridos cofrades, ¡y qué las viváis a manos llenas!
No hay comentarios:
Publicar un comentario