La constancia toledana hizo que el Rito hispano-mozárabe se mantuviera en la ciudad. la tradición es algo más que la defensa de un privilegio. Ha de ser la continuación de un legado cultural muy profundo, que influya en nuestra forma de ser y de creer.
Cada domingo, en la Capilla del Cardenal Cisneros de la Catedral Primada de Toledo al igual que en otros templos que ostentan dicho privilegio en la ciudad, tiene lugar el Sacrificio Redentor de la Santa Misa según este españolísimo rito.
El retablo, rematado por un Cristo realizado en un único ramal de árbol traído de las Américas, marca las miras de la Eucaristía mozárabe con toda su riqueza y simbólica reverencia a la Iglesia que hemos hereaddo de nuestros padres.
He de confesar que el tríptico realizado por Borgoña en 1514 mostrando las fases de la toma de Orán por las tropas de Cisneros, distrajo mi atención en un primer momento. La cercanía con la obra conocida sólo a través de los libros sigue llenando los rincones de esa conciencia viajera que nos mueve a la familia.
Como elemento que quiero destacar de este Ritual hispano-mozárabe, os señalo esta fracción del pan, donde el sacerdote parte el pan nuevo trozos y forma con ellos la cruz sobre la patena. Encarnación, Nacimiento, Circuncisión, Aparición, Pasión, Muerte, Resurrección, Gloria y Reino son las palabras pronunciadas mientras el sacerdote signa con la Cruz la patena. El último trozo, Reino, será introducido en el cáliz que contiene la sangre de Cristo.
Como palabras que el sacerdote nos dice al ofrecernos la Comunión en las dos especies, le escuchamos decir:
"El Cuerpo de Cristo sea tu Salvación".
"La Sangre de Cristo permanezca contigo como verdadera redención".
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