Se han cumplido, en el seno de nuestra Comunidad de Madres Trinitarias del convento de la Purísima Concepción, 115 años de tradición en la celebración de las solemnes Vísperas durante la jornada del Nacimiento de la Virgen María, en la medianoche del 7 al 8 de septiembre. Ochocientos años desde que, en la Comunidad de Cerfroid, la Reina de los Ángeles dirigiera el rezo de Maitines junto al co-fundador de la Orden de la Santísima Trinidad, San Felix de Valois, acompañada de los coros celestiales.
La veneración de la dulcísima Imagen de la Virgen Niña debería de marcar el inicio del Curso Cofrade andujareño por cuanto implica la celebración de esta bella solemnidad en nuestra ciudad. Así lo sienten, desde luego, los hermanos de la Cofradía de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora.
Las campanas del convento de Madres Trinitarias siguen llamándonos al júbilo. Este es un nuevo proemio a las benditas Vísperas. En San Bartolomé, la Vera-Cruz exalta ante el mundo el Árbol de la Vida.
Ha nacido una Estrella nueva y pura, una Estrella de la que nace el propio Sol.
Ha nacido una Estrella nueva y pura, una Estrella de la que nace el propio Sol.
Buena entrada Manuel, en una semana donde, además de la Exaltación de la Santa Cruz, la Virgen tiene una gran relevancia en su Natividad, en su Dulce Nombre y en su Dolor. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
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