sábado, 9 de febrero de 2019

DOMVS PILATO XI - HIC EST DOMVS DEI ET PORTA COELI


En la "calle serpiente", de Andújar, en el local que en aquella serpenteante vía tuvo "Ana la de las Perolas", maese Maudi Moreno Almenara me habló de todos los proyectos que llevaba en sí la recuperación de la Cofradía de la Santa Vera Cruz, de Andújar (Jaén). Todo cuanto me dijo aquella noche, lo hemos ido viendo hacerse realidad. ¡Hermosa conversación de vísperas aquella!

La primera vez que entré en la casa de la familia Moreno Almenara en la Corredera de mis abuelos, era para participar en una reunión en la que se trataría de las dimensiones que habría que dar al módulo que la cofradía se disponía a realizar para su caseta de feria, la inmemorial "EL CAPIROTE".

Recuerdo aquella estancia en el piso superior, repleta de libros y de antiguos muebles que el hermano mayor de la familia, maese Juan Carlos Moreno Almenara, había ido reuniendo en aquel altillo, con ventanas ovaladas.

Maese Antonio Bravo, como buen conocedor del mundo de la restauración, daba las directrices para atender la barra de aquella caseta, y mientras, yo dejaba que mi alma discurriera por aquellos cacharros y vasijas, aquellos libros y muebles, ¡por cada rincón de aquel espacio mágico!


El lugar estaba bendito por la memoria del convento trinitario de San Eufrasio presente en sus tuétanos. ¡Y el propio DIOS no quiso dejar pasar la oportunidad de volver a ocupar aquellas  estancias!

Y precisamente en la habitación que el DIVINO NAZARENO vino a ocupar durante sus primeros meses de presencia en Andújar fue donde, en un cabildo de oficiales, nació la idea de dinamizar la vida cofrade andujareña con la creación de una taberna cofrade que, bajo el nombre "CASA PILATOS", cobijaría a aquellos capillitas llegados de los rincones más diversos. Aquella vieja barra, tan recordada por nuestros mayores, volvía a sentir la más floreciente actividad.


Un día, Juan Carlos Agüera llamó a aquella puerta y le dijo a Miguel Ángel Moreno que si podía pasar a ver a aquel DIVINO NAZARENO que sabía que bendecía con su  presencia la casa de maesa Carmen Almenara y maese Maudilio Moreno.

Allí nació un pregón de nuestras vísperas, allí se vivieron animadísimas tertulias, allí se hizo posible talla, orfebrería, flor... ¡BELLEZA. en definitiva!

¡Y de allí caminó Jesús hacia su retablo para buscar nuevos misioneros que llevaran su Palabra a cada rincón en el que habitaran!

En esta semana, aquella casa ha dejado paso a nuevos hogares, a nuevas familias, a nuevos sueños por construir. Estas familias no serán conscientes que se encuentran en un lugar que para muchos de nosotros está bendecido por algunas de las premisas más importantes del ser humano: amistad, esfuerzo para alcanzar un proyecto, trabajar por un fin compartido sin cobrar estipendio alguno por ello.

¡CASA PILATOS es eterno, porque eternos son los valores que llenan las almas de quienes lo hacen posible!


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