Camino de la celebración del tercer centenario de su creación, la Hermandad Carmelita de los Dolores del Carmen envuelve de blanco un barrio y lleva a sus Titulares, Nuestro Padre Jesús de la Paciencia, el "Señor de los carpinteros", y a una jovencísima Virgen María del Rosario, por entre esas siete revueltas que les conducen del Altozano de San Pedro a la Plaza del "Mercao".
Siete recodos que graban siluetas nazarenas en su cal, siete "revirás" sobre los pies, siete giros entre nubes de incienso, siete de los diez "Ave María" de ese primer Misterio de tu Rosario de Fe que empapa las calles Alferez Moreno y Comedias y postigos. ¡Siete sueños cumplidos!
Los más pequeños todavía hacen aquello que sus padres hicieron de chicos: acercarse a ver por donde viene el Señor y encontrárselo dando cuenta de la primera de esas esquinas... ¡y quedarse embelesados contamplando la escena perfectamente medida!
Aquellos que suponen un profundo orgullo para nuestra ciudad vuelven al hogar y, cortésmente, son ubicados en las presidencias, como muestra de la admiración hacia su trabajo, por su vocación de servicio a los demás y por su entrega.
¡Avanza el Señor envuelto en la penumbra del callejón, que se va iluminando de pleno con su mirada al Cielo, por la plata de sus candelabros y por la verdad contenida en la palabra enmarcada del santo místico carmelita!
A paso quedo, entre el compás de esa luz amarilla que alumbra Andújar en la noche y que todo lo viste de tonos sepia, el viejo canasto navega entre el dédalo de acantilados de esta serpenteante calle andujareña. ¡Costaleros obedientes, siempre fieles a su Cristo, al que no abandonan nunca, salvan el pretorio de esta calle escondida!
¡Y la esquina que se vuelve jarrita de nardos y en las macetas, las florecillas más hermosas alcanzan la plenitud de sus colores para que la calle esté más bonita para su Virgen morena, y el diapasón de los rosarios que va entrechocando con el varal y la bambalina y el néctar de la Sierra que perfuma su candelería!
¡No necesitas lágrimas para tu cara bendita, no tienen que herirte el alma las espadas de orfebrería, no es preciso un pañuelo que seque tus mejillas,... pues es tu cuadrilla la que te acompaña en el rezo del "Magnificat" que tu alma proclama al saber que el propio DIOS HA HECHO NACER DE TI A QUIEN NOS TRAE UNA NUEVA VIDA!
¡María Inmaculada baja de los cielos para enmarcarse entre la crestería de ese palio tuyo de luz de plata, madreperla y aguas marinas!
Me cautiva verte cobijada en la vieja torre, constituida ahora en tu capilla. Me enorgullece ver a estas familias que crecen en tu Fe viviendo el día a día de tu Cofradía. Me infunde esperanza tenerte paseando por Andújar al llegar tu festividad, con este Rosario tuyo de Aurora cristalina. Me sublima esa luz morena de tu rostro. Me emociona ver trabajar a tus cuadrillas. Me honra vivir en este pueblo al que Tú proteges. Me enamora cuando se mecen por ti tus bambalinas. ¡Colma mis esperanzas saber que, por tres siglos, tú has sido Madre y Reina de este sueño carmelita que Andújar nunca perderá, rezándote como Dolorosa o como Virgen del Rosario niña, y que guardará siempre para ti una plegaria frente a la vieja ermita donde Andújar de antiguo rezó a la Aurora de un nuevo día!
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