Hacer camino con el viento como consejero es una herencia andujareña que estremeció incluso a Bernardo Asturiano, pintor barroco que plasmó sobre el lienzo el tremolar de una bandera, captando así todos y cada uno de los hitos de la Romería a Nuestra Virgen de la Cabeza.
Esta entrada quiere ser un reconocimiento a quienes reciben el testigo de una vieja herencia iliturgitana y la elevan a la categoría de arte, puro y recio, de gentes que quieren a su Virgen morena con la entrega de su esfuerzo, de su elegancia, de su ser romero y cofrade.
En especial, quiero que estas palabras sobre los cofrades que portan nuestras Banderas se detengan entre los brazos de nuestro hermano Cristóbal Barragán Plaza.
Le conozco sólo de nuestro tránsito entre la Escuadra de Banderas. Y allí, entre el mar de Damascos, le he visto trabajar de firme, bromear con los compañeros y compañeras entre cada porte de nuestras altivas y seculares enseñas y como mantenedor del noble arte de dominar el espacio, el tiempo y los repiques del redoblante en cada tremolar de una Bandera andujareña.
A la vuelta de la Romería de este año, después de los Domingos de Banderas, del Jueves de Ofrenda, del Viernes de Recepción de Cofradías, del Sábado de Camino y Presentación y del Domingo de Gloria, terminado el Camino de vuelta, Cristóbal, junto a sus hermanos Abanderados, rezaba una Salve de damascos a las puertas de la Ermita y, en el último tremolar, cuando el magistral bordado en blanca seda de nuestra "Jubilar" estaba ya extendido y su urdimbre componía las primeras notas de su melodía, la tierra de la calle del Hospital de Nuestra Señora y el cansancio y las horas de entrega, vencieron la rodilla izquierda de nuestro hermano. Cristóbal fue atendido por sus hermanos y familiares, mientras aferraba, firmemente, su medalla entre los surcos dejados en su mano derecha por el magisterio de las Banderas.
Como véis, cuanto he compartido con él es muestra de que es un hombre cabal, atento a cada relevo, pendiente de cada necesidad, una de las glorias andujareñas en el tremolar de Banderas, siguiendo con hebras de buen hilo las maneras toreras de nuestro Fiscal Manuel Mena, un hombre de la Virgen que la alza a los cielos en cada porte de Banderas con el que le hablamos a Ella.
Va por Cristóbal, por su familia, por sus hermanos de Cofradía. Como él decía junto a nuestro Ayuntamiento en uno de estos Domingos de Seda: ¡Tenemos que estar locos! Sabia locura la que se alimenta de una raiz fuerte, firmemente asentada sobre nuestra tierra.
Nuestros Abanderados, los incansables, los que tienen las palmas de las manos encallecidas por el roce del asta de madera, son hombres y mujeres de la Virgen, que la llevan hasta cada casa andujareña, retocando con las cintas de nuestras Banderas los balcones donde las familias iliturgitanas se asoman para saludar al cetro de nuestra Bendita Reina. Son cofrades que han cruzado la puerta de la muralla derruida buscando la Pontanilla, dejando un Padre nuestro en el Camposanto que nos abre camino hasta su Sierra. Son hermanos de Camino y de esa noche abrileña, cuando rezamos la Plegaria de Presentación de nuestra Cofradía Matriz entre el vuelo de la seda, en la Basílica de Sierra Morena, ante su soberana presencia. Nuestros abanderados son alféreces de sueños en la mañana del último Domingo de Abril, tremolando vítores para nuestra Madre perfecta.
Carlos ejerció como decano de la mulería de abanderados en esta Romería de 2013. He aquí a un hombre de la Virgen que llegó a la Escuadra de Damascos de la mano de nuestro Fiscal Mayor, José Antonio López Martínez, como tambor, aún con el traje de su Primera Comunión, y que lleva esta ciencia de tal forma en el curso de sus venas que hasta tiene el aire clásico, las maneras de Abanderado elegante y la querencia por toda la belleza que ha nacido en nuestro pueblo: ¡ahí está Manoli como prueba!
Esta es nuestra gente, este es nuestro rito, nuestra sabia, nuestros músicos de la Banda de Música "Maestro Amador" haciendo repicar el Damasco de seda durante cada "Chicuelina" y en cada tremolar de Banderas. Esta es nuestra Cofradía. Aqui está la esencia de nuestro ser. Pináculos goticistas hechos de seda que se despiden de su Madre para caminar hacia ese Cielo de granito y jaras que la guarda en la Sierra.
¡Viva la escuadra de Abanderados de nuestra Hermandad! ¡Viva la Virgen de la Cabeza!
Manuel muchas gracias por tu apollo, me an encantado este comntario, estamos orgulloso de tener un abanderado como usted en la cuadrilla, que sepas ke siempre seras uno mas en el grupo y ke siempre tendras un relevo, muchas gracias Manuel un abrazo, VIVA LA VIRGEN DE LA CABEZA Y VIVA SU ABANDERAOS!!
ResponderEliminarCRISTOBAL
Una tranquilidad que los benditos Damascos tengan a su gente cabal asida al mastil. Entre ellos nos vemos.
ResponderEliminarEl sentir de un pueblo y el sentir de sus hijos hechos una prolongacion del mastil qe enfunda cada damasco bendito haciendo sentir su presencia; ella las mece y las acaricia con su viento, ese qe nos manda sierra morena y espera qe sus abanderados con sus brazos hechos de madera la acaricien a la hora de volver a su casa cada año en el dintel de su puerta.
ResponderEliminarCuando pase el tiempo y todo este andado y las esquinas con hebras de damasco acariciadas, cuando la fuerza se os vaya y veais qe ellas os siguen llamando pero no podeis llevarlas sentireis qe todo lo qe estais haciendo era tan grande qe recordareis cada momento toda la vida. Por favor haced qe esto siga qe no tenga fin para qe los qe no lo entiendan callen y para los qe sepan de esto lloren a cada paso qe demos. Somos muy grandes. Recordad y contad todo lo vivido siempre.