Se nos han sumado dos años a la piel y aquí estamos, entre anhelos y proyectos, con ganas de volver a navegar.
No sé que pasó aquel mes de julio de 2019, pero no llegué a guardar donde correspondía estas fotografías y han pasado estas inquietantes vísperas en la memoria de un disco duro que consultaba con menos frecuencia. ¡Y ha querido la Providencia que fuera hoy, festividad de la VIRGEN DEL CARMEN, que diera con ellas!
16 de julio de 2019. ¡Qué poco sabía nuestra conciencia que habría de ser tan larga la espera!
La gratitud de la familia carmelita será extensa hacia la generosidad de doña Mercedes Fernández Arco así como hacia la bonhomía y caballerosidad de don José Antonio Hinojo. De dulce memoria fue su labor en la hermandad y maravillosa herencia patrimonial es la labor de bordados realizada por maesa Mercedes, que formuló, gracias al esfuerzo de todos sus cofrades, la actual línea argumental de la Cofradía de la Parroquia de Santiago.
Vivimos así el segundo año sin la presencia de la SANTÍSIMA VIRGEN DEL CARMEN en nuestras calles, bendiciéndonos con ese color jazmín que ilumina su semblante. Pero no es un año que pase de vacío, pues la junta de gobierno de su grupo parroquial, bajo la presidencia del párroco de Santiago, don Antonio José Morillo, acordó la restauración de la venerada Imagen, que marchaba hacia el estudio del restaurador en la primera quincena del pasado mes de abril. Aguardamos su regreso como ese Caudal de Agua viva que vuelva a saciar nuestra sed de sentir su presencia sanadora entre nosotros.
Una buena parte de mi infancia transcurrió en la Corredera de Capuchinos cuando aún la conocíamos como la Avenida, y por eso es tan grande el anhelo de mi familia de poder reencontrarnos con nuestra Madre bajo las ramas de aquella extensa arboleda entre San Roque y la Puerta de la Virgen de Consolación, en ese arrabal de tránsito fecundo y donde debe volver a vibrar el futuro de nuestra ciudad, como esa arteria primordial y latente que fue en tiempos pretéritos.
¡Y qué mejor regalo le cabe al barrio que recibir la visita plena y generosa de la REINA Y SEÑORA DEL CARMEN llegando desde su confín de Santiago, sobre la mecida correctísima y el andar elegante y cautivador de una cuadrilla con cofrades llegados de lugares tan diversos que acuden a servir bajo las trabajaderas de la VIRGEN MARINERA DE OLIVOS atentos a la "igualá" y a la voz de maese Rafa Mondéjar, capataz desde el vientre de su madre, autodidacta, estudioso e investigador del "Arte de saber andar los pasos" que no ha cejado ni un solo día de su vida en su formación, convirtiéndose en uno de los referentes de esta ciencia en nuestra Tierra Santa y Cofrade de Andalucía.
¡Lo siento, maese Rafa!... ¡sé que me quedo corto! Hablar de ti como capataz solo pueden hacerlo el andar de frente de un Paso de Misterio y el roce sublime de la bambalina en el varal. Me quedo corto,... siempre me quedaré corto, pues te vi en tus comienzos y veo ahora que sientes la misma pasión que brota de cuanto eres hacia esta manera sublime de rezar a DIOS y a su MADRE amantísima.
¡Seguro que todo volverá a su curso, de una manera más o menos parecida, en un tiempo más o menos próximo,... pero volverá porque no dejamos de soñar en que así ocurra! ¡Dios mismo es quien infunde este sentimiento en tantas y tantas almas!
¡Felices vísperas, cofrades!
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