Fotografía tomada del muro de "facebook" de maese Juan Navarro
Maese Luis de Prada y Marty se presentaba en la mañana estudiantil de vísperas como un "humilde nazareno raso" que atendía al llamado de su cofradía para presentar una cita irrenunciable de nuestra Cuaresma andujareña: la presentación del cartel de la Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración, María Santísima de la Amargura y Santa María Magdalena, nuestra Hermandad de los Estudiantes.
Pues esa alocución, ese nobilísimo título fue demostrado con creces, manifestado con orgullo estudiantil, con bonhomía de hijo agradecido a sus padres y con la elegancia de andujareño fiel a unos ideales grabados bajo la piel de almagra y mayólica de la ciudad que vive de espaldas a su propio reflejo.
Maese Luis nos arrastró a todos a recuerdos tan de Andújar como la torre de San Bartolomé, la torre inacabada del barrio olvidado, tan cercano al Guadalquivir y tan alejado de los intereses "turísticos" ciudadanos.
Lo que para su infancia fue arrebol de túnicas de gules y capas de sable timbradas por la corona y los clavos bordados por madres y abuelas, supuso para el resto de hijos e hijas de Andújar ese mismo revoloteo de telas nazarenas que acompañaron nuestra infancia.
En el timbre de voz de maese Luis, vibró el espíritu de la Cofradía de los Estudiantes de Andújar. Frente a él, sentados, le escuchaban los eternos "estudiantes", acompañados ya de sus generaciones sucesoras que han hecho de la recia soga anudada signo de penitente espera.
El presentador hizo de la vieja nave y del desalojado presbiterio de Santa Marina, salón de su propio hogar, removiendo almas en ese recuerdo que nos despierta marzo y nos va vistiendo de rojo y negro la espera.
Bellísima intervención de un cofrade que "acude fiel a la cita, se encuentre donde se encuentre", pues este es, sin lugar a dudas, nuestro más bonancible presente.
Daba paso y definía el presentador y pregonero el cartel de la Cofradia de los Estudiantes que, gracias a la constante generosidad de "Ferretería RECA", vestirá de sentimientos estudiantiles las calles, escaparates y hogares de la ciudad durante este tiempo de vísperas.
Maese Juan Navarro es el autor de este cartel para 2018, en el que entroniza al Sagrado Cristo de la Expiración en un amoratado cielo del Viernes Santo, custodiado en perspectiva de cera tinieblas prendida entre los hachones de su paso. La piel de Cristo interpretada por el maestro muestra sobre sí esos brillos que nos hablan de su condición de efigie nacida de las gubias del artista felizmente recuperado para nuestro pasado y futuro, maese Enrique Pariente Sanchís. ¡Todo un logro de don Juan conseguir mostrar en su óleo los matices de brillo de la piel tallada de Cristo! ¡Sublime cota de perfección pictórica, maestro!
Y en anacrónica realidad soñada, Nuestra Madre y Señora de la Amargura vuelve a atravesar la portada labrada de la Encarnación del templo raiz del Arrabal Mayor iliturgitano, precedida por el regio andar de sus nazarenos de sable y gules. El viejo palio que la aguardara en la lonja en aquellos ancestrales días que dieron origen a la "leyenda de la Cofradía de los Estudiantes. de Andújar", orla ahora la majestad de la Reina estudiantil en la tarde amortajada de duelo y espera del Viernes Santo. El mosaico de piedras que decora la lonja de San Bartolomé sitúa la escena y la memoria. trayendo a la conciencia el canturrear de los pájaros que habitan aquellas enfermas palmeras y que hacen que la tarde se vuelva competencia entre atardeceres, gorjeos y tronar de tambores y cornetas.
¡Magnífica nueva entrega de esta cita de vísperas de la Hermandad de los Estudiantes, que tuvo como banda sonora el trepidante y armónico compás de la "Asociación de Amigos de la Música", de Mancha Real!
Puñados de incienso correctamente arrojados sobre el ardiente caldero del incensario de vísperas.
¡Enhorabuena al pregonero, al autor del cartel, al director de la Banda y a la Junta de Gobierno de la hermandad por dar origen a tan magna mañana de Cuaresma!
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