Volver,... lo que se dice volver... ¡no es la palabra!... ¡PORQUE NUNCA TE FUISTE! Te hemos sentido todo este tiempo en que tu sueño tallado ha permanecido en el estudio de maese Antonio Bernal en el revuelo de tocas de tus Madres de Desamparados, que entre oración y entrega hacia los nuestros, han seguido dando cumplimiento a tu Mensaje.
HUMILDES PALABRAS NACIDAS DEL REPORTAJE FOTOGRÁFICO REALIZADO POR MAESE SALVA MARCOS ANTE EL SANTÍSIMO CRISTO DE LA SALUD Y LA CARIDAD EN EL DÍA DE SU VUELTA A SU CONVENTO DE SAN JUAN DE DIOS, DE ANDÚJAR
Tu Madre ha calmado el llanto tranquilizando nuestras angustias y nuestros miedos, pues es la salud un bien efímero, que descose el alma y hace flojear la esperanza, la razón y la consciencia.
Siempre ahí ese consuelo, esa mirada de cristal que refleja aquel MAGNIFICAT por Ella proclamado ante Dios y que se sobrepone a la pena.
A Ella se le reza (¡casi siempre pidiendo!) y es al mirarla y al pensar en su absoluta entrega por AMOR que se escucha a nuestra propia alma, que encuentra en la experiencia y en la caridad vividas, respuesta a todas estas demandas de ayuda, recuperando motivos y recuerdos de la propia existencia.
Angustias es Madre atenta a esas sensaciones de soledad, de pesar, de sufrimiento, de hiriente espera, pues no en vano Ella soporta sobre sí el cuerpo sin vida de este Cristo que brindó su vida para darnos una vida nueva.
La más bella obra de arte de la ciudad salvada por el valor de una generación en guerra, recuperada en su belleza primera por la magistral calidad artística de maese Antonio Bernal, tratado con exquisito gusto y majestad por su hermandad a la hora de devolverlo a su culto diario y aquí mostrado por la sublime mirada del maestro Salva Marcos, ¡el fotógrafo de capilla más magno que han visto los tiempos presentes iliturgitanos!
Un Dios que se entrega, que se sublima sobre el árbol de la Cruz, para SER VIDA, entregando la propia entre un vuelo de golondrinas, que le llevan a anidar en el regazo maternal de esta Madre buena que colma las almas y los sentidos desde el corazón de la calle Ollerías a cuantos fieles devotos acuden a verla.
Cristo oferente de su cuerpo y de su sangre, altar en quien se consuma el sublime sacrificio de un AMOR sin límite. ¡El altar al que nos acercamos para ser alimentados por el Cuerpo de Cristo, por su ejemplo!
Una comunión entre hermanos, un camino emprendido, una juventud andujareña que se deja alimentar por esta perfecta imagen de VIDA que es la Palabra salvífica del Hijo de Dios.
¡Y la huella! ¡Y la luz! ¡Y las sombras de la tela! ¡Y los pliegues del damasco mortecino! ¡Y la piel de Dios que sangra de nuevo un cruento catecismo que ofrece más vida que muerte, porque no hay muerte CUANDO TAN SOLO SE CONFÍA EN CRISTO!
Hay un condición alcanzada en este proceso restaurador: ¡respeto a lo esencial!
¡Nunca te fuiste! ¡Porque viniste para quedarte en Espíritu; ese mismo soplo de vida que alienta nuestra existencia y que, en San Juan de Dios, se hace ARTE en cada mirada que busca consolar y asistir el desconsuelo de nuestra Virgen María!
¡ESTA ES LA REALIDAD CAPTADA POR EL FOTÓGRAFO!
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